Llegó el día de coger el vuelo a Estambul, las componentes del grupo quedaron en el aeropuerto de Madrid Barajas. Todas se habían pegado un palizón de viaje para llegar hasta allí. Cuando se encontraron se saludaron con mucha ilusión, solo faltaba Encarna que se hizo esperar.
Cuando Judith la vio aparecer en el aeropuerto no pudo evitar darle un abrazo que casi le corta la respiración, ¡a la mierda la distancia social!, después de todo lo vivido en el anterior viaje le había cogido un cariño especial. Las chicas facturaron maletas y se dirigieron a la puerta de embarque. Todo estaba aparentemente tranquilo y parecía que así sería todo el viaje, pero como dicen, las apariencias engañan.
Aterrizaron en Estambul, el vuelo fue tranquilo y sin incidencias. La primera entrevista fue cuando un chico moreno se acercó a ellas.
- Hola, ¿Sabéis donde se cogen las maletas? – Preguntó el chico
- Si, ven con nosotras y te llevamos – Contestó Judith
- Gracias ¿De dónde sois? – Preguntó el chico
- De muchos sitios ¿Y tú? Con ese moreno pasas por turco – Contestó Encarna
- Soy canario, ¿estáis de turismo? – Preguntó
- Venimos a ver a Can Yaman – Dijo Judith. El chico las miró como si estuvieran riéndose de él. ¿Viajar para conocer a un actor? Pensó que estaban locas y no era para menos.
- ¿Tú que vienes a la sexta? – Preguntó Encarna provocando que Judith se echara a reír y el chico las mirara sorprendido.
- Seguro que viene a ponerse pelo, tiene toda la pinta – Dijo Judith
- La verdad es que sí, me quedaré unos días – Respondió el chico riendo y señalando la cabeza.
Las chicas anduvieron por el aeropuerto, con pasillos kilométricos hasta que vieron una casa de cambio.
-Chicas, aquí podemos cambiar dinero – Dijo Carmen señalando el sitio.
-Las que hablan inglés, por favor pasen y entiéndanse con el chico – Dijo Encarna señalando a Carmen y Sole. Pasaron al mostrador y cambiaron el dinero. Judith observó como el canario cambiaba cincuenta euros a liras turcas.
- ¿Con eso tienes intención de pasar unos días aquí? ¿Qué te mantienes del aire? – Dijo Judith riendo.
- Aquí es más barato, al cambio salgo ganando- Dijo el chico
- Una cosa es que salgas ganando y otra que en Turquía te regalen las cosas, con eso no tienes ni para pipas. – Dijo Judith
- Yo que tú cambiaba más dinero – Le aconsejó Montse.
El chico les hizo caso y cambió más dinero. Todas recogieron sus maletas, la primera incidencia fue cuando la maleta de Vero llegó con una rueda menos, empezaban bien... Se dirigieron a la salida donde les esperaba el transfer para llevarlas al hotel. Encarna y Judith se miraron pensando que empezaba la locura de subir en taxi, pero para su sorpresa el viaje hasta el hotel fue de lo más tranquilo, no se lo podían creer. Llegaron al hotel, las recibieron bien y se repartieron las habitaciones. Hasta ahí todo genial, las chicas dejaron sus cosas en sus respectivos aposentos, aparentemente todo bien, tenían de todo y la wifi funcionaba bien. Estaban cansadas del viaje y decidieron dar un paseo corto y cenar. Terminaron cenando en un lugar cercano al hotel, como una especie de club solo para hombres. De hecho, eran las únicas mujeres en todo el bar. Sole con su nivel de turco A2 y Carmen con el inglés C1 se las apañaron para pedir la cena. Diseñaron el plan de acción para su semana en la ciudad. Luego regresaron al hotel para descansar y comenzar con su Can-odisea. Tres de las componentes del grupo decidieron que ellas emplearían todos los días del viaje a visitar los sets de rodaje que conocían para poder ver a Can Yaman cada día, las otras cinco pondrían toda la carne en el asador para conseguir el objetivo el primer día y luego poder disfrutar de la ciudad sin presiones.
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Estambul me mata. Desafío a la RTÜK
AventuraAparca la limusina que llegan las estrellas. Nada puede frenar a estas chicas kamikaze en su sueño por conocer a Can Yaman, el actor turco que mueve fans de todos los países. ¿ conseguirán cumplir su sueño sin ser arrestadas por el gobierno turco? ...