ex-crush // chuuves.

02

— Me ha mirado desde que llegué —.

— ¿Estás segura? — le preguntó Mina, volteando hacia la estudiante — Puede que te haya mirado unos segundos y tú crees que... —.

— No, lo juro — volvió a susurrar Jiwoo, mirando de reojo a la chica que la había estado mirando hace rato — Lleva casi 10 minutos volteando hacia mí, ¿Tengo algo en la cara? —.

Se tocó los bolsillos con pánico, buscando su espejo de emergencia.
Al encontrarlo, inmediatamente lo abrió para verificar la razón por la que la chica mayor la mirara tanto.

— No tengo nada raro... — susurró, mientras seguía buscando alguna imperfección.

Y en casos extremos, un rayón con los plumones nuevos de Changbin, sus víctimas siempre eran quiénes se dormían en clase.

La linda joven se acercaba lentamente.

— ¡Ay, Mina! — se exaltó Jiwoo, tomando del brazo a su amiga — No me dejes sola, por favor —.

Cuando finalmente llegó junto a ellas, se paró en frente de Jiwoo, acercando su rostro hasta el de la más bajita.

¿Porqué se sentía tan nerviosa?
Sí, era muy linda, tal vez demasiado. Pero a ella no le gustaban las chicas.

— Eres más linda de cerca — dijo la mayor, sonriéndole — ¿Cómo te llamas? —.

— ¡Kang Mina! — un grito interrumpió la conversación, la mencionada volteó rápidamente — ¡Ven aquí! —.

— Ay, perdón Jiwoo, tengo que irme —  le soltó el brazo y caminó hacia su mejor amigo — ¡Yo no fuí! ¡Fué Hendery! —.

El nombrado volteó sin entender, hizo una mueca de confusión y volvió a su trabajo, el cual era quitarle el enojo a Xiaojun con una sesión de besos.

— Así que te llamas Jiwoo... Es un lindo nombre para una linda chica — dijo la mayor, sonriéndole.

— G-gracias, tengo que irme —.

Su salida hubiera sido exitosa de no ser por la mano de aquella chica en su muñeca.

— ¿Me das tu número? — preguntó nuevamente, con una voz suave — Me gustaría que habláramos en otra ocasión —.

— S-sí, claro —.

Luego de cumplir su petición, se despidió cortésmente y volvió rápidamente con sus amigos.

— ¡Chuu, bebé! — gritó Mina, yendo a abrazarla por la cintura — Perdón por abandonarte pero es que Mark me había llamado —.

— Está bien, y... ¿qué quería? —.

— Alguien le escondió el celular, juro que esta vez yo no fuí — puso ambas manos frente a ella, intentado demostrar inocencia.

— Yo si te creo, no te preocupes —.

— Ay, que linda eres — la abrazó nuevamente y besó su mejilla — Ahora cuéntame que pasó con la chica guapa —.

El rostro de Jiwoo enrojeció levemente y sus mejillas estaban calentitas.

— Epaaaa, ¿Cómo que chica guapa? — preguntó Lucas, quién pasó sus brazos por sobre los hombros de ambas chicas.

— Ay, no seas hetero, por favor — le dijo Mina, mirándolo desaprobatoriamente.

— No estoy siendo hetero, estoy siendo chismoso — aclaró el chino, volteando nuevamente el rostro hacia Jiwoo — Ahora cuéntanos, cariño —.

Lo meditó unos segundos, ¿era buena idea contarles?
Confiaba en ellos, claro que lo hacía, pero son tan raros en ocasiones...

— Me pidió mi número... Y me llamo "linda" varias veces —.

Sus dos amigos empezaron a chillar, tomándose las manos como las chicas de las películas.

— ¿Sabes que significa, Jiwoo? — preguntó Mina, la otra negó — Dile, Yukhei —.

El mencionado se paró en frente de ella y puso un mano en su hombro.

— Está interesada en tí — su sonrisa se agrandó lentamente y soltó un grito extraño y poco masculino — ¡Siempre quise estar presente en este momento! —.

— ¡Yo también! ¡Chócalas! — gritó Mina.

Ambos se dieron los cinco, mientras que Jiwoo parecía pensativa.

¿Será eso cierto? ¿Gusta de una chica?
¿Y que tenía ella de especial?

Se consideraba una estudiante bastante simple, le gustaban los pastelitos y el bobo de Hendery.
Oh bueno, ahora que lo pensaba bien, ya no le gustaba tanto como antes...

El chino siempre había sido su crush, desde que lo conoció había quedado flechada por su hermoso rostro y divertida personalidad.

Pero claro está, que él no siente lo mismo.

Y tampoco lo culpaba, Xiaojun es una increíble persona, y YangYang tiene ese toque dulce pero malévolo que a cualquiera le podría gustar.

Sus esperanzas eran nulas desde hace bastante tiempo.

La pantalla de su teléfono se encendió, notificando un nuevo mensaje.

Hola, linda.
¿estás menos nerviosa ahora?

Ay, no.
Era ella.
¡ERA ELLA!