No había nadie en la casa. Bill y yo preparamos todo ese día, queríamos que fuera todo perfecto. Gordon y nuestra madre llegarían hasta el día siguiente y la oportunidad se había presentado.
-Me encanta estar contigo Tom. Desde siempre -era la voz seductora de mi hermano rozando la piel de mi cuello. Dando ligeros mordiscos que en más de una ocasión me había dado a escondidas.
-Lo sé pequeño. Yo amo cada momento que estoy contigo. Desde siempre -le dije tomando su mentón y mirando sus pupilas dilatadas que tenían un brillo muy especial. Respiraba ansioso por la boca y lo atraje hacia mí una vez más. Su piel que descubierta estaba sobre la mía no dejaba de emanar calor, yo respondía a sus impulsos y acariciaba cada parte que me pedía que lo hiciera-. Me encantas -fue lo que le dije para ver una amplia sonrisa en su rostro. Se acerco para besarme y lo hacíamos de la manera más apasionada que se nos permitía.
-Ha pasado tanto tiempo Tom. Ya no quiero seguir esperando... estoy listo -sus palabras me dejaron boquiabierto. Bill se estaba entregando completamente a mí y la manera en la que lo había dicho me dejo descolocado provocando que mi erección me doliera de solo imaginarme estar dentro de él. Era doloroso, excitante, embriagante.
No errores, no vuelta atrás, todo perfecto y sin daños. Ahora... ahora era mío, lo marcaba como mío, era mío por fin y yo suyo. Esa idea me volvía loco cuando sentía lo ajustado que estaba mi miembro dentro de él, era la sensación más maravillosa que podía sentir. Bill, apretaba sus uñas en mi espalda, tensándose cuando entraba en él, regalándome placenteros gemidos que robaba con cada mordida que le daba en los labios. Lo embestía cada vez más rápido, el clímax se acercaba, masturbaba a Bill mientras él cerraba fuertemente sus ojos y se corría en mi bajo vientre. Solté su miembro y lo sujete de su cintura, lleve mi cabeza hacia atrás y seguía embistiéndolo: tres, dos, uno...
-¡Uhmmnn! -sí, estalle en un placentero orgasmo. Recargue a Bill en mi pecho mientras nuestras respiraciones se acompasaban.
-Te amo, Tom -lo dijo, lo dijo terminando con un suspiro. Lo mire, él me miro.
-Yo también te amo -le acaricie su rostro, quería besarlo. Estaba por sentir sus labios.
La puerta se abrió.
Nuestra madre estaba parada ahí, ¿por qué estaba parada ahí? ¿Por qué había regresado? Con los ojos cristalizados, sin poder expresar ninguna palabra. Su cara era de horror, desprecio, asco, decepción; absoluta decepción. No dejaba de apretar el pomo de la puerta, como si de ello dependiera su vida, la mano le temblaba; Bill y yo no dejábamos de mirarla estupefactos. Soltó a llorar y de un portazo cerro la puerta.
Estábamos perdidos.

ESTÁS LEYENDO
Beautiful Lie
FanfictionNuestro cariño había crecido, con el paso de los años se fomento y abrió paso al gran amor más allá de lo fraternal; estábamos más unidos y cada vez nos costaba más ocultarlo. Las circunstancias nos orillaron a Tom y a mí, en pensar y crear una de...