✨𝕮𝖆𝖕𝖎𝖙𝖚𝖑𝖔 𝖚𝖓𝖔:✨

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- ¡Vamos, ______!- escuché que me llamaba mi madre.- ¡Date prisa!

- ¡Sí! ¡Ya voy!- respondí yo terminando de cerrar todas las maletas.

Eran las 6:30h de la mañana, y mi família y yo nos estabamos preparando para que yo cogiera un avión hasta Madrid, donde pasaría una larga temporada estudiando en la Universidad. Yo vivía en el centro de Barcelona, donde me mudé muchos años atrás debido a la situación laboral de mis padres.

Salí de mi habitación arrastrando cuatro maletas. Sí, cuatro, y eran de las grandes.

- ¿Estás segura de que necesitas llevar tantas cosas?- me preguntó mi hermana pequeña Lucía.

- Segurísima, nunca se sabe cuanta ropa se necesitará en un año.- la miré y sonreí, pero solo me respondió con una cara de asco y un girada de ojos, siempre tan simpática ella.

- Ay, no pongas es cara de vinagre y ayúdame.- le ofrecí dos maletas, las cuales ella cogió con mala gana, y salió de casa, donde estaban mis padres en el coche.- Respira... Sólo tiene 12 años, tranquila...- pensé.

Suspiré hondo y finalmente, yo también salí de casa, cerrando la puerta tras de mi.

- ¡¿Está lista mi princesa?!- escuché que me preguntaba mi padre mientras dejaba todas las cosas que quedaban en el maletero.

- ¡Tu princesa está muy asustada, pero más lista que nunca!- respondí sentándome en la parte de atrás del coche, al lado de mi hermana.

- Ay, mi pequeña se hace mayor, ya irá a la Universidad...- dijo mi madre, llevándose una mano al pecho y haciendo un puchero.

Mi padre arrancó el coche y nos dirigimos al aeropuerto.

- Jo mamá, que no es para tanto.- como yo me sentaba detrás de mi madre, extendí mis brazos y le puse las manos en los hombros.

- ¿Que no es para tanto?- dijo mi padre mirando la carretera.- ¡Parece que fue ayer cuando te llevaba encima de mis hombros en el parque de atracciones!

Yo solo reí y me mordí los labios, evitando no soltar una lágrima, ya que si alguien me escuchaba o veía llorar, lloraríamos todos, y no era plan estar así durante el viaje en coche.

(*.*.*)

Llegamos después de 15 minutos de trayecto. El ambiente "triste" que había después de que mi padre dijera eso, desapareció completamente después de que mi hermana pusiera una playlist de canciones que siempre escuchábamos en nuestros viajes en coche.

Salimos y cada uno llevó una maleta hasta la puerta de embarque, donde dejamos al personal de la aerolínea hacer el trabajo.

- Bueno cariño...- se acercó mi madre y me cogió suavemente por los brazos.- No te olvides de escribirnos cada día, de llamarnos, o lo que sea, ¿de acuerdo?- me señaló con su dedo índice.

- Sí, mamá.- asentí y sonreí, haciendo que mi madre me abrazase muy fuerte.

- Te quiero mucho.- noté como su voz se rompía con cada sílaba, parecía estar triste de verdad al ver marchar a su hija mayor.

- Y yo a ti.- susurré.

Se separó y se fue con mi hermana.

Después se acercó a mi mi padre, quien soltaba alguna que otra lágrima.

- Mi princesa...

- Papá.- me abrazó muy fuerte, provocándome un nudo en la garganta.

- Hija, tú se fuerte. Si te ocurre algo, tranquila, sé que podrás afrontarlo tu sola. Sé que no estaremos físicamente allí, pero puedes llamarme cuando tu quieras, ya sea por la madrugada, yo te lo cogeré y te escucharé.- se separó y me miró a los ojos.- ¿De acuerdo?

- De acuerdo.- asentí.

- Te quiero.- me dio un pequeño beso en la frente y se separó, volviendo con mi madre.

Esta vez era el turno de despedirme de Lucía. Nuestra relación era amor-odio, alguna vez la quería muchísimo, y otras veces la quería ver estampada contra el suelo. Lo que entendía que fuera así de repelente, las hormonas de las niñas de 12 años no hay quien las entienda, pero hay que aceptar que todos hemos sido así alguna vez.

- ¿Qué tal, hermanita?- le pregunté al ver que sus ojos estaban llorosos.

- Aunque no lo parezca te voy a echar muchísimo de menos.- y dicho esto me abrazó con todas sus fuerzas. Yo me sorprendí un poco, pero le correspondí al instante.

- Y aunque tampoco lo parezca, yo también a ti.- su cara estaba cubierta por mi abdomen, ella era muy baja a pesar de su edad, así que le di un tierno beso en la cabeza, acariciando su rubio pelo.

Se separó y sollozó unos segundos.

- Vuelo a Madrid, 7:00h, pasajeros, acérquense a la puerta 6, por favor.- anunció una mujer por los altavoces.

- Creo que es para mi.- levanté la mirada hasta el techo y después miré a mi familia.- Me tengo que ir, os quiero.

- Y nosotros a ti.- dijeron todos al unísono.

Suspiré y me dirigí a la puerta que me tocaba. Mientras andaba, veía a familias dirigirse a otras puertas, haciéndome recordar a los días que me iba de viaje con mi familia fuera de España. El nudo que tenía en la garganta se apretó más, llegando a dolerme.

- No llores aquí, estás en mitad de muchísima gente, nadie te puede ver llorar.- pensé. Intenté calmarme y no recordar muchos momentos bonitos.

Finalmente llegué a la puerta y entramos al avión. Miré en mi billete el número y letra de mi asiento, me había tocado ventanilla, fenomenal. Me senté y esperé a que el avión estuviera del todo en el aire para ponerme mis auriculares y apretar el botón de "Aleatorio" de mi playlist. Salió "Still breathing" de Green Day (multimedia). Sonreí y cerré los ojos, sintiendo la melodía y el ritmo.

Te odio... - Alexby y tú © [𝚃𝙴𝚁𝙼𝙸𝙽𝙰𝙳𝙰]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora