•Descripción: cuarentena significa que Harry y tú están obligados a sobrevivir solos. Eso es hasta que él vuelva a casa, pero tu lo sorprendes...
•advertencia: Este capítulo Contiene Smut (Si no te gusta este tipo de lectura, puedes saltarte esa parte o no leer el capítulo)
•Cantidad de palabras: 2005 palabras
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Tus piernas se movían arriba y abajo con anticipación mientras viajabas en el auto desde el aeropuerto hasta la casa donde se hospedaba tu novio.
Habían pasado casi cuatro meses desde que ustedes dos se vieron en persona; gracias a una pandemia, fronteras cerradas y estar en cuarentena. Tu novio, Harry, se había quedado atrapado en Los Ángeles mientras tú estabas atrapado en tu casa en Londres. Afortunadamente, tu novio pudo pasar este tiempo con algunos amigos cercanos, pero te quedaste sola.
No fue del todo malo al principio, pero luego llegó a ser demasiado estar sola. Entonces, invitaste a la hermana de Harry, Gemma, y a su novio, lo que ayudó mucho.
Sin embargo, todavía extrañabas a tu novio. Hablaron todos los días, a veces varias veces al día, incluso con la diferencia horaria. Pero ya no podías soportar estar lejos de él.
Una vez que descubriste que podías volar hacia ahí, lo organizaste rápidamente, pero no le dijiste a Harry. Uno porque querías sorprenderlo y dos, sabías que te diría que no lo hicieras por tu salud. Te preocupaba el tema de viajar, pero ibas a tomar todas las precauciones que pudiste y lo hiciste.
La única persona que sabía que estabas en camino era la persona con la que Harry se estaba quedando. Habían pedido algo de comida que tenías que recoger y entregar, pero Harry no lo sabía.
Cuando llegaste a la casa, tomaste tu equipaje y la bolsa de comida antes de dirigirte a la puerta principal.
Mariposas de emoción y un poco de nerviosismo llenaron tu estómago mientras esperabas después de llamar. Escuchaste la puerta abrirse y abrirse con un golpe revelando a Harry con dinero en la mano. Le sonreiste y la comprensión finalmente lo golpeó.
"¡¿Kiara?!" Jadeó. "Espera ... ¿qué? ¿Cómo?"
Sonreiste subiendo tus gafas de sol y poniendo las bolsas en el suelo, "Soy yo", abriste los brazos.
Se rió corriendo hacia ti y tomándote en sus brazos. Su agarre se apretó a tu alrededor mientras tus piernas se envolvían alrededor de su cintura. Rápidamente presionó sus labios contra los tuyos y tú sonriste en el beso.
