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Habían pasado algunos días y Jimin comenzaba a preocuparse, sobre todo porque Yoongi aún no se había comunicado con él, había intentado enviarle mensajes y hablarle directamente, pero el Alfa no le daba señales de vida, así que solo le quedaba esperar y ser paciente, o al menos eso era lo que se decía para no volverse loco, ante la insistencia de su Omega, el cual parecía demasiado ansioso por no tener al Alfa a su alrededor. Debido a que su búsqueda del tesoro había concluido con el hallazgo del libro, ya no tenía ningún motivo real para permanecer en Corea, sin embargo, el que estuviera completamente enamorado de Yoongi era lo único que lo anclaba a ese lugar.

Jin, quien se había convertido en su confidente en todo lo relacionado con Yoongi, le aconsejaba que esperar a que el Alfa se comunicara con él y mientras tanto, buscaba mantenerlo ocupado; llevándolo de compras y a visitar algunos lugares turísticos, fueron planes que daban el resultado positivo, al menos por las horas en las que los dos Omegas se mantenían a fuera, cosa que cambiaba cuando Jimin se quedaba solo encerrado en casa, al menos hasta que, sorpresivamente cerca de dos semanas después, Yoongi se presentó en la entrada de su edificio.

— ...Hola — dijo Yoongi tímidamente al ver llegar al par de Omegas.

— Hola — respondió Jimin sorprendido de verlo nuevamente, pero al decir aquello miró a Jin, quien rápidamente entendió la indirecta y solo se despidió de ellos para dejarlos solos.

— Lamento, lamento no haberte contestado — expresó honesto el Alfa.

— Estaba preocupado, Yoongi... Yo, no sabía qué hacer — respondió Jimin guardando su distancia.

— Lo imagino... ¿Te gustaría ir a tomar algo para que hablemos?

— Claro — contestó Jimin tras el paso de algunos minutos, después de la lucha interna que tenía con su Omega, quien deseaba arrojarse a los brazos del Alfa.

Caminando llegaron a una pequeña cafetería, la cual se encontraba no muy lejos de donde vivía Jimin y se sentaron en una de las mesas más alejadas de la entrada, para tener un poco más privacidad. Tras un silencio incómodo, que solo duró hasta que un mesero tomó su pedido, Yoongi comenzó a relatarle lo que había sucedido después de que él, se marchara de su departamento.

—... Creo que no debiste marcharte — dijo al finalizar su relato.

— ¿Y qué esperabas que hiciera, Yoongi? ¿Qué me quedara a escuchar como tu madre me insultaba?... ¡No lo creo!

— Lamento tanto lo que ella dijo... ¿Sabes? Esa es precisamente una de las razones por la cual decidí irme a vivir solo, no quería que ella o mi padre siguieran dándome órdenes.

— Pues, yo no creo que hayas tenido mucho éxito con eso — dijo con ironía Jimin.

— Sí, es posible y tienes toda la razón, siempre la tienes, pero quiero que entiendas que no quiero alejarme de ti... — Yoongi mencionó y en un acto reflejo, tomó las manos de Jimin — tal vez para mis padres está mal, pero quiero que sepas que...— se interrumpió a sí mismo, ya que le estaba costando trabajo continuar con lo que iba a decir.

— ¿Qué sepa qué?

— Que te quiero... — dijo mirando fijamente a los ojos de Jimin, los cuales se encontraban muy abiertos al escuchar tal confesión — que me pareces el Omega más hermoso del mundo... Jimin, tú, tú eres justo lo que no estaba buscando, contigo siento que estoy completo.

— Yoongi yo... — Jimin no sabía que contestar, estaba totalmente sorprendido, especialmente porque no era lo que esperaba que Yoongi fuera a decir.

— Escucha, no quiero que digas nada... Por ahora, solo quiero que confíes en mi ¿sí?

— Si confío, Yoongi — fue lo único que Jimin logró decir con una sonrisa en su rostro.

Adore You [Yoonmin/omegaverse]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora