❤CAPÍTULO 6❤

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   A través del cristal se veía todo claramente ¡Guarros! No pueden estar ni un segundo a solas que ya se ponen en sus cochinadas y el pobre chofer ¡En coma!, pero...¿Saben qué?

Si Andrea no folla...
¡NADIE FOLLA!

   La simple idea de lo que a continuación haría hizo que riera yo sola como psicópata. La diosa que llevo dentro se relame los labios. ¡Malévola!

   Caminé decidida hacia el carro y con brusquedad jalé la manilla que abría la puerta trasera y sin más ni menos los dos tórtolos cayeron de bruces al suelo.

   —¡Andreaaa!— Se quejaron ambos al unísono mientras se ponían de pie, sobando sus traseros.
   —¡Ni Andrea ni leches, acabas de interrumpir el mejor polvo que iba a echar en toda mi vida! Me preocupo por ti porque no contestabas y aquí andabas, cogiéndote a Nate el tiquismiquis— Ahora mismo estoy histérica, en pleno apogeo de mi escándalo pude por el rabillo del ojo, a través del espejo retrovisor del carro como el chofer se levantó con un sobresalto que me hizo gracia. Nervioso se bajó como pudo.

   —¿Y aquí que ha pasado?— Su tono de reclamo me ha dejado totalmente descolocada, mejor darle un sustito como el de Simona.
   —¡Y tú mejor te callas sino quieres que haga que te despidan!— chillé dando golpazo en el techo del auto, el pobre entró nuevamente al carro con el rabo entre las piernas.

   Volví mi atención a aquellos dos personajes que solo podían mirarme anonadados.

   —¿Para qué me llamabas?— puse mis brazos en jarras y mi mirada "atraviesa-almas" fulminando a Erika.
   —Pero yo...— intentó explicar pero una vez más, mi celular sonó, impidiéndole el habla. Rebusqué en mi bolso como llevaba haciendo todo el día, saqué mi teléfono (aún sonando) y se lo planté en la cara con su nombre de contacto en primera plana.

   —Oh mierda— siseó mi amiga entre dientes y se metió dentro del carro una vez más, buscando nosequé.

   Nate se mantuvo cruzado de brazos con su habitual expresión incorrompible, la mayor parte del tiempo era así, muchos lo llegaban a subestimar por su taimada forma de ser pero a decir verda yo ¡Lo amo! En el buen sentido porsupuesto, es el unico chico inmune a los encantos de Andrea Holt, sin embargo se ve a kilómetros su debilidad por Erika y su torpeza.

   —El teléfono se quedó trabado entre los dos asientos y parece que entre tanto barullo, se activó el teclado y el primer número en la lista de marcación era el tuyo— expuso mi pelirroja favorita mientras bajaba del carro.
   —¡Perdona cuchuuu! Ya vendrán más oportunidades— añadió mientras caminaba hacia mi para darme un abrazo.
   —Enserio quería tirármelo ¿sabes?— acepté su gesto de afecto e hice un puchero, vi como Nate rodó los ojos. Le saqué la lengua por insensible y poniendole fin al dramón dije:

   —Listo escena terminada, pasemos a la próxima toma, subanse al carro que aún queda mucho por hacer antes de la noche.
   —¡Al fiin!— gruñó el lobo solitario, sexy y de mal carácter de nombre Nate.
   —Let's go friends— chilló Erika la psicópata con voz aniñada.

¿Y esta desde cuando es gringa?

   Durante el trayecto, puntualizamos ciertos aspectos de mi plan que hasta el momento habían quedado en el aire, el auto se detuvo poco a poco cuando pude vislumbrar al fin la gran casona donde residía. Debido a la presencia de Simona la carcelera, Erika y Nate serán quienes se encarguen de todo lo que hay que comprar.

   —Respeten todo lo que hay en esa lista y que no les falte nada, nos vemos aquí mismo a las 10:30pm ¡Besotes los amo!— sin darles tiempo de responder cosa alguna cerré la puerta del carro y vi como tras unos segundos se puso en marcha, dejándome atrás.

LLÁMAME BOMBÓNDonde viven las historias. Descúbrelo ahora