•[Capítulo 2]•

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•[¿POR QUÉ...?]•

Meliodas Pov.
Arranqué la patrulla y me dirigí a mi casa. No sé por qué siento y hago esto. Creo que es porque me gusta o me enamoré de Elizabeth, pero desde que la vi no le he quitado la mirada de encima. Elizabeth... Su cabello plateado, su tes blanca, un ojo azul y el otro tapado por su flequillo, sus rosadas mejillas y su cuerpo bien desarrollado, todo me gusta de ella. Pero Elizabeth me sacó de mis pensamientos con su inocente voz.

Elizabeth: E-eh, disculpe oficial, ¿c-cómo se llama?

Meliodas: –la miré y sonreí– Meliodas Demon, un gusto –volví a mirar al frente.

Elizabeth: E-el gusto es mío. D-disculpe Señor Meliodas, ¿a-a dónde vamos?

Meliodas: A mi casa, lindura.

Elizabeth: ¡¿Eh?! ¡¿Por qué o para qué?!

Meliodas: Espera y lo sabrás –dije burlón.

De reojo vi que ella se sonrojó porque le dije lindura, pero es que es la verdad. Llegamos a mi casa y bajamos del carro, entramos y ella se sorprendió.

Elizabeth: ¡Wow! ¡Es muy linda y grande su casa, Señor Meliodas! Es la primera vez que voy a la casa de un chico –dijo avergonzada.

Meliodas: Ya veo. Ven, vamos a mi cuarto, tengo algo que decirte.

Elizabeth: E-está bien.

Entramos a mi casa y aproveché que Elizabeth estaba distraída para cerrar la puerta con seguro. Las cortinas y ventanas ya estaban cerradas, así que eso me hizo las cosas más fáciles. Subimos hasta mi cuarto, entramos y sin que ella se diera cuenta, también cerré la puerta con seguro..

Elizabeth: Y bien Señor Meliodas, ¿de qué quería hablar?

Meliodas: ¿Hablar? Já, ¿y quién va a hablar? –saqué unas esposas.

Elizabeth: –muy confundida y nerviosa– ¿Se-Señor Meliodas?

Meliodas: –acercándome lenta y peligrosamente a ella– Ven Eli, no te haré nada..

Elizabeth iba retrocediendo a cada paso que yo daba. Hasta que chocó contra la pared y se quedó sin escapatoria, ahí fué cuando yo la tiré a mi cama, le agarré las manos, las puse arriba de su cabeza y le puse las esposas en sus muñecas. Me coloqué encima de ella aún mientras sostenía sus manos arriba de su cabeza.

Meliodas: ¿Qué pasa Eli? Te veo muy tensa..

Elizabeth: ...¿qué me va a hacer?

Meliodas: Ya estás muy grandesita como para que no lo sepas ¿no?

Elizabeth: (•////•)

Meliodas: ¡Jajaja! Ya me entendiste..

Comencé a desvestirme y desvestirla a ella, y claro que ella no quería pero pude quitársela. Al fin habíamos quedado desnudos. La penetré de una sola estocada sin avisarle.

Un Amor IlegalDonde viven las historias. Descúbrelo ahora