𝖳𝗋𝖾𝗌 𝗨𝗰𝗵𝗶𝗵𝗮𝘀 𝗒 𝗎𝗇 𝗽𝗲𝗹𝗶𝗽𝗹𝗮𝘁𝗮 𝖾𝗇 𝗎𝗇𝖺 𝗆𝗂𝗌𝗂𝗈́𝗇

𝗟𝗮 𝗺𝗶𝘀𝗶𝗼́𝗻 // 𝗨𝗻𝗮 𝗖𝗵𝗮𝗿𝗹𝗮.

Obito Uchiha se encontraba junto a otros tres anbus más en la oficina del Hokage. Los habían citado muy temprano para cumplir con una importante misión, la cuál requeriría de shinobis con grandes habilidades para su ejecución.

El azabache estaba entusiasmado ya que está era una ocasión especial para él.

Del tiempo que se había incorporado a anbu jamás lo habían asignado como capitán de un escuadrón, y eso lo había hecho sentir un poco desvalorizado. Pues hasta a Itachi siendo menor que él le asignaban ese rol de vez en cuándo.

Desde su paso por la academia hasta su ascenso como chūnin había pasado mucho tiempo, y el ya no era el mismo genin inmaduro que todos conocían.
Se había hecho fuerte gracias a su duro entrenamiento, y es por eso que el también merecía ser reconocido. Después de todo, el sería Hokage algún día.

—Hatake Kakashi, Uchiha Shisui, Uchiha Itachi y su capitán Uchiha Obito. —Los nombró el cuarto Hokage—. Hemos recibido información de que shinobis de la niebla rondan por los alrededores y que han intentado infiltrarse dentro de la Aldea.
Su misión será de espionaje, quiero que los encuentren y si es necesario, elimínenlos. Cuento con ustedes. —habló el Yondaime.

—Hai, Hokage sama. —Respondieron los cuatro anbus sincronizados, para luego retirarse rápidamente del lugar.

Kakashi quién se había sorprendido bastante de que hayan escogido a Obito como capitán en vez de a él, estaba empezando a molestarse.

Le preocupaba el desempeño de Obito en la misión y no porque que fuera débil o algo por el estilo. sino que su compañero tenía actitudes muy impulsivas y poco estratégicas a la hora de enfrentarse a una misión.

Aquello lo sacaba de quicio, ya qué podría poner en riesgo el éxito de esta o en el peor de los casos, la vida de sus compañeros.

Sin embargo, el que Obito fuera el capitán había sido elección del Hokage, y el no era nadie para cuestionar su autoridad. Quizás su antiguo sensei quería darle una oportunidad al azabache para que pudiera desempeñarse mejor como líder. De todos modos, el cumpliría con la misión como fuera.

Obito se encontraba motivado, quería que todo saliera perfecto y demostrar que podía ser un gran líder. Además, en ese momento un sentimiento de orgullo creció en su interior cuando lo asignaron a él como capitán, y no a Kakashi. Quería que los demás lo reconocieran, pero sobre todo, que cierto Hatake se fijara en él.

Pues el Uchiha, hace mucho tiempo que se había dado cuenta que la obsesión que tenía con su antiguo compañero de equipo, era más que una fuerte rivalidad.

Le había costado bastante aceptarlo desde un principio, sin embargo, con el tiempo fue aceptando esos sentimientos y dejando que poco a poco fluyeran dentro de él. Más de una vez intentó mostrar estos al peliplata; manteniendo la esperanza de que talvez el chico que tanto le gustaba, pudiera corresponder a sus sentimientos.

Pero a pesar de todos sus esfuerzos por llamar la atención de Kakashi, nunca habían resultado. Puesto que el peliplata siempre actuaba indiferente con el, siempre con su mirada fría e importándole casi nada su mera existencia. Hacía que algo doliera en su pecho, cada vez que notaba esas actitudes.

El quería estar con Kakashi más allá de una simple relación de amistad, quería ser la única persona que el peliplata necesitara y estar ahí para él en todo momento. Sin embargo, no sabía si su compañero se sentía del mismo modo que él, y tenía miedo de que talvez solo él fuera el que correspondía a esos sentimientos.

—Obito san —le habló Itachi con una voz serena—. Hemos recorrido el bosque en círculos durante horas, además ya esta por anochecer. Creo que deberíamos tomar un descanso. —Terminó de decir el menor de todos.