𝙲𝚊́𝚜𝚎𝚜𝚎 𝚚𝚞𝚒𝚎𝚗 𝚙𝚞𝚎𝚍𝚊 || ᗩᑌ OᗰᗴᘜᗩᐯᗴᖇՏᗴ || ᵍᵗᵃ ᵛ ʳᵒˡᵉᵖˡᵃʸ

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Después de aquella "revelación" ambos estaban ya en el cuarto de Volkov, esté estaba tumbado sobre una cama improvisada de cobijas sobre el suelo, mientras Horacio se encontraba en la cama del susodicho, veían atentamente el techo no sabían muy bien que decirse o como actuar, hasta que Volkov decidió tomar la palabra.

—Oye...muchas gracias por eso.

—De nada —el de la cresta sonrió tontamente —Te vas a tener que inventar una muy buena historia de cuando nos conocimos, tal vez algo cursi, romántico y pasional —dijo mientras se mordía un poco los labios.

Volkov no perdió la vista del techo y sonriendo un poco hizo un sonido de afirmación.

Horacio suspiró acomodándose mejor sobre la cama —Buenas noches.

—Buenas noches —respondió sin más Volkov, para después acomodarse también.

Ambos chicos desde su lugar se quedaron pensativos, el ambiente de ese instante no era incómodo, se sentía extraño pero ni ellos sabían el como poder explicarlo.

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El vehículo de Gustabo llegó a lo que parecía un salón de fiestas, estaba ebrio, ya no tenía razón del tiempo, estacionó su auto para después bajarse de el con la botella y su mochila en la mano.

—Señor, usted no puede estar aquí —un chico que parecía el encargado de aparcar los automóviles se acercó rápidamente a él.

—Shhhh ten mis llaves —Gustabo se tambaleaba —hay...hay te lo encargo —dijo mientras le soltaba las llaves al chico.

—Pero señor por favor.

Gustabo estaba por entrar al salón, cuando rápidamente se regreso con el chico para entregarle la botella de alcohol.

—¿Me la guardas? —dijo para después darse medía vuelta y seguir con su camino.

( . . . )

El encargado de ambientar la fiesta estaba avisando por el micrófono que la novia de la boda iba a aventar el ramo, varias chicas se levantaron de sus sillas tras escuchar esto. Todas y cada una de ellas estaban formadas para recibir gustosas el ramo, el animador comenzó contar de forma regresiva y la novia estaba preparada para aventarlo, la cuenta llegó a cero, el ramo salió por los aires, las manos de esas chicas se alzaron con la esperanza de tenerlo en sus manos, pero todo se vio interrumpido ya que Gustabo entró en el alborotó siendo él quién triunfará llevándose el ramo, varias de las chicas del lugar trataron de arrebatárselo pero él lo jalaba con fuerza mientras repetía una y otra vez —¡ES MÍO!