𝙲𝚊́𝚜𝚎𝚜𝚎 𝚚𝚞𝚒𝚎𝚗 𝚙𝚞𝚎𝚍𝚊 || ᗩᑌ OᗰᗴᘜᗩᐯᗴᖇՏᗴ || ᵍᵗᵃ ᵛ ʳᵒˡᵉᵖˡᵃʸ

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Horacio estaba recostado junto a Volkov en su cama, ambos estaban completamente quietos mirando hacía el techo, hasta que el de la cresta volteó lentamente para mirar a Volkov quién a sentirlo volteó para que sus miradas se toparan unos segundos, se sonrieron un poco antes que decidieran desviarlas de nuevo con una pequeña incomodidad, Horacio suspiró cansado y enseguida le siguió Volkov.

—Estoy muerto te lo juro —dijo Volkov mientras se estiraba posicionando sus manos atrás de su cabeza.

—Sí, yo también —le respondió Horacio mientras volteaba a verlo una vez más con una tonta sonrisa.

Volkov cerro lentamente los ojos haciendo que Horacio pudiera notar mejor cada parte de él, se mordió un poco los labios, pero sin pensarlo por más tiempo se acomodo de tal manera que su cabeza quedo cerca del pecho de Volkov. Al sentir la sensación de peso Volkov abrió los ojos, pero en ningún momento detuvo las acciones del otro, ni siquiera cuando el de la cresta pasó una de sus manos sobre su estómago para poder abrazarlo, Volkov simplemente se quedó ahí en su misma posición y viendo como aquél chico se quedaba completamente dormido.

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Los fuertes sonidos del lugar hicieron que Gustabo despertara poco a poco, el chico había estado recostado sobre el suelo en lo que parecía ser un pequeño tapete, Gustabo dio un salto al notar que se encontraba en una pequeña choza y que no estaba sólo, volteó a mirarse dándose cuenta que estaba en ropa interior, el chico por instinto se cubrió con sus manos rápidamente.
La choza estaba divida en dos secciones y desde la parte donde se encontraba él podía notar movimiento al otro lado, puso una mano sobre su boca al ver como esa persona tenía lo que parecía ser un machete en la mano y estaba atacando a algo o alguien, Gustabo dio un suspiró tratando de tranquilizarse, miro por todos lados hasta que dio con un pequeño sartén encima de la mesa, no tenía opciones, el tiempo era oro así que siendo su única arma se levantó lentamente para poder acercarse y tomarlo con mucha cautela, cuándo logró su cometido se hecho a correr de puntillas hasta la división esperando que aquél extraño saliera para poder recibirlo con su ataque. Y así fue aquél hombre salió con toda la calma del mundo de ese lado, llevaba un coco en la mano, no se había percatado si quiera de que el chico estaba despierto.

Gustabo no lo pensó más —¡Acorcus cañaá! —grito con todas sus fuerzas mientras golpeó con el sartén al desconocido, le había dado en la cabeza, enseguida al reaccionar de la acción que había hecho aventó el sartén —Chispas —musitó con impresión.
Pero sin pensarlo más y aprovechando que él otro estaba inconsciente se agachó rápidamente para tomar el machete que al parecer su agresor llevaba en la mano, tratando de verse rudo tomo el arma con ambas manos apuntando directo a aquel señor.

La persona en el suelo paso a despertar de forma estrepitosa haciendo que el rubio diera un saltó, el señor comenzaba a sobarse la cabeza quejándose por el horrible dolor que sentía en ese instante —Joder —dijo mientras abría los ojos lentamente topándose así con su machete frente a él, siendo sostenido por aquél rubio de ojos zafiro que lo miraban con miedo —Tranquilo, no hay necesidad de-