El presente se está viendo afectado por un nuevo virus, pandemia que se propaga a nivel mundial. Lee Felix quien gracias a sus nuevos vecinos, pudo escapar de la devastación que llegó a su hogar, luchará por sobrevivir y hacerse más fuerte y no ser...
El auto se puso en marcha nuevamente, ya había descansado lo necesario para resistir un par de horas más. Minho dormía en el asiento trasero, había sido una noche difícil por el embarazo, a esa altura, se mantenía alerta de los dolores que pudiera llegar a sentir. El menor de los tres miraba por la ventana la cual mantenía cerrada a causa del frío matutino siendo este más fuerte por la llegada del invierno que estaba más cerca de lo que pensaban. El radio del auto se mantenía en silencio, la señal ya estaba fallando, suponía que la energía igual.
ㅡChris, el auto casi no tiene combustibleㅡ Lix habló con algo de preocupaciónㅡ ¿Crees que aguante hasta que lleguemos al refugio?
Si era honesto, aunque quisiera, sabía que no sería así. Eso lo dejaba intranquilo, aún les faltaba un largo camino para llegar. Suspiró negando con la cabeza, lo menos que quería era estresar al chico.
ㅡNo lo creo, pero ya pensaré en algo. Debe haber pueblos cerca, si no hay combustible en la gasolinera, estoy seguro de que habrá algún auto con el tanque lleno.ㅡ Miró por el retrovisor a su novio viendo como este se removía en el asientoㅡ .Tu no te preocupes, los llevaré a salvo. Mantente tranquilo, si Minho te ve así, tambien estará estresado, no creo que sea bueno ahora.
ㅡEl estará bien ¿Verdad?ㅡ Era lo que más deseaba, pero no podía asegurar nada. No respondió y de nuevo todo estuvo en silencio, quizá eso volvía incomodo el ambiente.
Horas más tarde, Minho despertó, se veía mucho mejor que luego de haber recuperado su tiempo de sueño. El camino parecía no tener fin, solo había carretera y carretera, nunca sabrías donde comienza y donde terminaba. Al cabo de un rato, vieron un letrero en medio de unos árboles que les daba la bienvenida a un pequeño pueblo, en otro tiempo podrían haberlo tomado como un camino o parada para vacacionar, quien diría que ahora era una ruta de escape.
ㅡ¿Alguien más siente ese olor?ㅡ Su novio habló con desagrado. Ojalá hubiera sido solo asco por el embarazo, pero no, el tambien percibía ese aroma nauseabundo y putrefacto. ㅡ¿Acaso..
ㅡEl lugar está lleno de infectadosㅡ Por pura inercia, aseguró las puertas del auto, como si esas cosas no fueran capaces de romper los vidrios o algo así. ㅡPuedo ir directo por la carretera, pero quizá si entramos haya alguna gasolineraㅡ los miró a ambos.
ㅡSería mejor que vayamos, nada nos asegura que otro pueblo más adelante esté libre de ellosㅡ Asintió girando hacia la entrada de dicho lugar. Tal y como había mencionado, infectados más infectados rondaban las calles caminando sin algún rumbo fijo, solo estaban ahí.
Detuvo el auto y tomó una respiración profunda. Estaba asustado, no iba a negarlo, temía por su novio, por sus hijos, por el menor a su lado. Los llevaría al refugio y los mantendría a salvo, es lo que se prometió a si mismo.
Los chicos por su parte miraron a Bang con curiosidad, ¿Qué harían? Quizá los infectados aún no los miraban, no sabrían como estos reaccionarían al ver el auto en movimiento.
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