Estaba él en una esquina de su celda cuando una luz blanca apareció ante él que quedó sin moverse ante las palabras de aquella luz.-Prepárate si tu muerte quieres evitar-se disponía a entender más claramente aquellas palabras sino fuera porque el guardia lo interrumpió diciendole que tenia una visita y que se apresuarara, él sonrió con aquella palabras-Llegó la hora-dijo para sí mismo. Fue conducido por el guardia quien lo llevó con los ojos vendades hasta la sala de visitas, que solo era una habitación blanca pequeña con una mesa blanca y dos sillas blancas que impedian cualquier uso de hechizos o conjuros para escapar. Como el más común de todos que era el Kazam que era la desaparición en el acto.
Después de unos minutos se encontraba frente a su visita. Ésta visita era menos alto que él, su mirada atenta a lo que puede pasar y consideraba a los libros sus mejores fuentes de conocimiento. La visita miraba con un profundo respeto y consideración al reo que se encontraba en una prisión para los altamente peligrosos. El reo era alto, con aspecto descuidado, cabello largo color solo opaco hasta la espalda baja.
-Señor vengo a cumlir con mi promesa-empezó a decir el más bajo
-Bien por ti, además ya era la hora.¿Traes lo que te pedí?-continuó el más alto.
-Sí...se ve muy descuidado Señor...-
-Ya basta, no tengo tiempo de estar conversando y dame de una vez lo que te pedí-
El más bajo sonrió, junto sus manos de forma horizontal e inmediatamente pronunció: Zas Gam y al separar sus manos tan rápidamente como pronunció el hechizo entre sus manos apareció un objeto envuelto en varias telas y con gran orgullo de su hazaña por hacer un conjuro en ese tipo de sala de visitas le entregó en sus manos antes que lo guardias interrumpieran. El reo lo sostuvo entre sus manos y con sus largos dedos lo examinó en breve tiempo y al sonreir exclamó:¡Kazam!-y desapareció en el acto.
La visita maldijo entre dientes al oir que los guardias se acercaban y al notar en su cuerpo que el hechizo que anulaba el poder de la sala de visitas se acabaria en breve segundos exclamó:¡Kazam!
El jefe de guardias llego tan solo un segundo más tarde de todo lo sucedido lo que encarnizó en él la ira.-Alisten el zelepín-ordenó-voy a darle la mala noticia al excelentísimo rey Roku-finalizó
Por otro lado tanto el reo como la visita se encontraban en la montaña Bacuc don discutieron un par de cosas, más órdenes que conversación. Entre ellas que el más bajo siga siendo el bibliotecario del rey Roku, además de que le averigue un conjuro de cambio de aspecto como el que usó para ir a visitarlo pero con muchísima mas efectividad. Para poder así entrar al castillo del rey Roku y poder concocer a las princesas y obtener más información sobre una persona que vivía en el castillo.
El jefe de guardias ya se encontraba en el castillo para darle la desastroza noticia al rey, pero cuando entró alli vió a Lan Lan quien era el sirviente de confianza del rey.
-¿Qué desea el jefe de guardias Ta-jin tratar con nuestro rey?-preguntó calmadamente Lan Lan, el sirviente.
-Es un asunto confidencial-respondió iracundo Ta-jin, el jefe de guardias.
-Oh, ya veo...-
-El reo de nivel avanzado acaba de escapar de prisión con ayuda de la visita que segun nuetros registros era alguien que venia desde muy lejos-
-Se lo haré saber-
-Volveré-concluyó y se retiró.
El reo llegó hasta las Montañas del Sur para encontrarse con viejos amigos y pedir su hospedaje por unos dias o un tiempo.
-No pensé en verte de nuevo-Lo saludó desde atrás una voz amiga.
-Veronna veo que no has cambiado mucho-dijo entre risas.
-Entremos-dijo mientras caminaba hasta la modesta cabaña. Los recibó con una sonrisa tan hermosa como lo eran ella y sus ojos. Finalizaron el día concluyendo que su amigo se quedaria con ellos todo el tiempo que sea necesario. La bella mujer acondicionó una habitación para hospedarlo, le dejó unas toallas, ropas limpias, cosas de aseo, y entre otras cosas para que se sintiera cómodo. Al día siguiente se levantó más relajado despué del día ajetreado de ayer, aunque le faltaba averiguar quien le habia mandado aquella luz. Las ganas de comer se acrecentaron al percibir el delicioso olor que provenia de la parte baja, la cocina. Al bajar se encontró que Veronna estaba cocinando y que el desayuno ya estaba por estar listo.
-Traes mejor aspecto que ayer Toru-rió un poco con el nombre-no puedo creer que te llamemos por ese nombre tan chistoso a comparación de tu nombre verdadero-dijo mientras acomodaba los platos en la mesa.
-Ya Veronna no te rías tanto que el nombre que Gallican le puso al niño no es nada lindo tampoco-dijo mientras se disponía a comer.
-Toru, no te atrvas a meterte con él porque te ganas una guerra conmigo-dijo la bella mujer.
-Mi amada siempre lo va a proteger así que es mejor que ni con su nombre te metas-sonrió orgullosamente de haber ganado.
-Dos contra uno no es nada justo. Por cierto, quiero ir a andar por el pueblo, no te preocupes por los guardias de por ahi que sé muy bien como esquivarlos-
-Está bien, mi amada irá por unas provisiones y puedes ir con ella-
-Gracias Veronna-terminó por decir Toru.
Decidieron tomar el camino del bosque aparte de evitar la mayor cantidad de guardias posibles, repiraban aire puro sin la necesidad de usar "Kazam".Al llegar al pueblo,no pasó mucho tiempo para que Toru se perdiera entre al multitud y el aboroto hasta que se encontró en un callejón. Se detuvo un par de minutos reponiendose de tener a tanta gente cerca y amontonada. Alguien chócó contra él con tanta fuerza que lo terminó tumabando.
-Perdone usted-dijo una voz que a Toru le pareció la más encantadora tanto así que pensó que el corazón se le saldría. Cuando se disponía a irse, Toru sujeto su brazo y notó cuan delicado este era.
-Suélteme, que me está lastimando, además le pedí perdón-
-Perdone mi brusquedad, pero como la dejaré ir si encuentro usted tan encatodora voz , señorita-
-Gra...gracias-terminó diciendo.
Toru se dió cuenta rápidamente de que venían personas sospechosas. Tomó su mano sin preguntar y caminado entre las personas usó Kazam. Aparecieron a los inicios del bosque, él se sentó y comenzó a reir por lo sucedido y al clamarse se dió cuenta del rostro de confusión y enojo-Estoy en problemas-pensó para sí y siguió riendo.
-Tengo que regresar, mi padre se dará cuenta de que huí-dijo preocupada
-No cuenta como huida si planeas regresar-idjo sonriendole- vamos, sientese señorita que no la voy a comer-
-No parece que coma personas-sonrió levemente.
-Moriría por ver su sonrisa completa-se levantó y tomó su mano y la reposo sobre su pecho-¿Lo siente?mi corazón quiere salirse con solo escuchar su voz-
-Deténgase-se sonrojó-no pienso que es la forma correcta de tratar a una princesa-sacando su mano
-¿Princesa?eres la reina de mi corazón-
Se escuchó un movimiento entre los árboles, Toru gira un momento para percartarse con seguridad de que no se tratara de nada, pero al voltear ya no estaba la princesa.
Al caer la noche Toru fue a buscar al bibliotecario del castillo del rey Roku. El bibliotecario se sobresalt+o al ver a su amo, pero se repuso rápidamente-Tengo el conjuro, señor-dijo orgulloso y con una sonrisa, dandolé un papel.
-Perfecto-respondió Toru.
-¿Imitará a alguien Señor?-preguntó
-A nadie en particular. Ya arreglé las cosas con Veronna y Yoshimiru-luego leyó lo que decía en el papel-Ham Zam Mandeo Formus Aspectus ¡Ha Zam!-y entonces un gran destello se provocó solo por un breve momento.
-¿Cómo se hará llamar Señor?-
-Edgar Éden Sower-dijo con una sonrisa.