La noche caia lentamente, como cuando se amaban mutuamente.
La noche caia lentamente, como cuando su amor se apagó.
La noche caia lentamente, por las lágrimas derramadas.
La noche caia lentamente, por las sonrisas de felicidad.
La noche caia lentamente, por el dolor mutuo.
Lo que el no sabía, era, que el amor que vivía en ella no se había apagado ni había disminuido, solo que ella estaba acostumbrandolo a vivir sin ella.
Lo que ella no sabía; era que el había pensado quitarse la vida, ya que sin ella no podía vivir.
Lo que el no sabía; era que ella tenía un cáncer terminal a un punto metastásico.
Lo que ella no sabia; era que el ya tenía las navajas preparadas.
La noche caia lentamente, por el descanzo eterno de ambos.
La noche caia lentamente, por el amor eterno de ambos.
La noche caia lentamente, por las sonrisas agotadas.
Lo que ninguno de los dos sabía, era que de ese amor había surguido un hermos fruto.
