V

53 3 0
                                    

Tal como predijo Nicol, cuando llegamos a la cafetería la fila le daba la vuelta al salón de música <<y pensar que hoy fue el único día que pude traer dinero en dos semanas, ¡Uch!, hoy definitivamente no es mi día>> y ya con humo en la cabeza fuimos al final a hacer cola.
-Y... que mas cuentan?- dijo Jason como para "calmar los ánimos", aunque personalmente en mí no tuvo mucho efecto, la verdad creo que solo Andrea le puso cuidado.
-Pues que ayer en la clase de inglés me asignaron un tutor porque supuestamente "tenía dificultades lingüísticas para expresar un párrafo en inglés" y ahora tengo que venir en los descansos de la tarde a partir de mañana!, ojalá no hubiera reprobado inglés, ¡y ahora tendré que sacrificar media hora de mi preciado tiempo hablando y escribiendo en alienígena!, no tengo tiempo para esto, aj que pereza.- A continuación experimentamos uno de esos tantos momentos incómodos que tenemos en la vida, y este se debía a que todos nosotros sabíamos que Andre quería ser diseñadora de modas de gente impotante, y para eso tenía que aprender mas de un idioma extranjero cuando de por sí ya tenía dificultad con el inglés; ya se estaba volviendo palpable la tensión cuando alguien (agradezco infinitamente a esa persona sea quien fuere) nos gritó '¡caminen!' y tuvimos que avanzar hasta donde iba la fila.
Nadie habló por un rato, todos teníamos hambre y cada vez que nos acercábamos a la caja el servicio se hacía mas lento, empecé a tener miedo de que el timbre sonara antes de que pudiéramos comprar; afortunadamente eso no sucedió, llegamos a la caja y pedimos lo que quisimos, corrección, lo que pudimos porque desafortunadamente eran unos careros en mi colegio. Yo compré una dona y un jugo, lo habitual cada vez que traía biyuyo, Sara se compró una pizza, Andre unas papas picantes, Nicol un brownie y Jason eh Ian trajeron onces; fue tan tierno cuando los vi sacar sus loncheritas negras con el escudo de su colegio y sacar unos emparedados de mermelada, admito que muchas veces yo también traía mi comida pero no en loncherita, ademas traía otro tipo de comida, no un sándwich de jalea y... awwww! Ian sacó una galleta con una carita felíz, nunca pensé que mandaran ese tipo de cosas a los 17 años; miré su rostro y vi que estaba ligeramente ruborizado, se había quedado pasmado con la galleta en su mano observándola como si en algún momento fuera a explotar, dejé escapar una pequeña risa y él me fulminó con la mirada guardándola de nuevo en su lonchera, se dispuso a comerse su sándwich y (no sé que hice en una vida pasada para merecer este día) sonó mi buen amigo: el timbre. Todos soltamos una exclamación frustrada ya que nadie había podido comer mucho, nos despedimos rápidamente y yo acompañé a Ian a llegar a nuestra clase compartida de Ciencias Naturales mientras trataba de embutirme la mayor parte de mi dona en la boca para no tener que botarla, guardé el jugo en mi bolso y llegamos justo en el momento en el que Amelia, la profesora, estaba por cerrar la puerta.
Nos sentamos con agilidad en los únicos puestos que quedaban, los cuales desafortunadamente eran los que estaban en el centro de la primera fila. Y empezó la clase, la profesora escribió la palabra Evolución en el tablero - Niños, hoy vamos a definir la palabra evolución y luego haremos un trabajo escrito sobre como Darwin descubrió su existencia a través de los pinzones; pero antes quiero que me entreguen sus trabajos de el cuaderno que les dejé la anterior clase, hay alguien que no lo haya echo?- preguntó, yo anteayer había recordado hacerlo y me quedó bastante bien, me incliné a coger el cuaderno y... adivinen que?, no estaba, ¡rayos!, pensé, habíamos venido tan aprisa que yo olvidé pasar por mi casillero. ¿Y ahora que haría?, tendría que pedirle permiso a la profesora para salir y explicarle lo sucedido, con algo de suerte lo lograría, pero lastimosamente, ese día creo que no tenía mucha; en todo caso tenía que intentarlo, así que me paré y fuí hacia Amelia con la cabeza baja y traté de usar mi mejor tono educado que sabía - Sra. profesora, sucede que he olvidado mi cuaderno en el casillero aunque si hice la tarea, quería pedir permiso para ir por él, no demoraré. - para ser honesta no creía que fuera probable, para ser realmente honesta, no creo que lo lograría a menos de que tuviera que pagar un alto costo por ello,- Humm, puede ir, pero no demore más de 20 minutos o no podrá entrar a la clase, de todos modos le pondré falla por esto- dijo con tono severo.
-pero... esta bien regreso enseguida- concluí, inmediatamente salí del salón para hacer una carrera impresionante hasta el casillero, el cual no quedaba tan lejos pero igual temía llegar tarde, presioné mi huella contra la pantalla del candado y se habrió, revolqué todo lo que había adentro hasta encontrar mi cuaderno, lo saqué y volví a cerrar el lóker a toda carrera y me devolví lo mas rápido que pude al salón, <<hoy corrí demasiado >> dije para mis adentros y choqué la puerta para abrirla, entré y me senté, pedí información a mi vecino y luego de actualizarme seguí la clase con normalidad.

La realidad de un sueñoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora