Confesiones de un vampiro

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Soy Shikamaru Nara, hoy estoy cumpliendo 117 años, lo digo enserio, son 100 años cómo inmortal, 17 que viví cómo humano, diecisiete años, los mejores de mi vida.

Vivía con mi madre, mi padre nos dejó, antes que yo naciera, una noche salió con unos amigos y no volvió, mi madre pensó que nos había abandonado, yo me enteré de la verdad cuando cumplí los diecisiete años, cuando lo ví por primera vez y me dió ésto, que consideró cómo regalo.

Recuerdo mi niñez, no fue tán fácil me expulsaban de cada escuela, no piensen mal, yo no era un niño problemático, sino un perezoso... jajaja, recuerdo que me quedaba dormido en el escritorio durante las clases y si hablaba era para corregir al maestro, no era mi culpa que el torpe, se equivocara en las ecuaciones.

Al cumplir los 12 años, mi madre me inscribió en una de esas escuelas para niños genios, no hice amigos ahí, aún seguí en contacto con los que tenía, Choji, Naruto, Sasuke y mi mejor amiga de la niñez, Sakura, a pesar de su carácter nos llevábamos muy bien.

Cuando tenía 14 la conocí a ella, Temari... la chica más hermosa que había visto, me enamoré de ella, pero yo era un nerd y ella una chica popular, Sakura me ayudó para que pudiera salir con ella... jajaja aún recuerdo sus regaños.

Sakura... ¿porque no me di cuenta antes? mi flor de cerezo, te extraño tanto...

Todo iba bien, andaba con la chica más popular, pasaba tiempo con mis mejores amigos, pero todo cambio ese maldito día, aún recuerdo ese primero de enero, después de la fiesta de año nuevo, tuve un paro respiratorio me llevaron grave al hospital, recuerdo ver a mi madre llorar, mientras hablaba con el doctor, me diagnosticarón cáncer de pulmón, era mi fin...

Fueron meses duros, las quimioterapias hicieron que se me cayera el cabello, mi cara lucía demacrada, mis amigos iban a verme de vez en cuando, la que más iba era ella, mi regañona flor de cerezo, de hecho ella pasaba más tiempo conmigo que mi propia novia, recuerdo un día que la besé, la cara que puso, creo que sentía asco de mí y como no, apestaba a muerto.

Aunque... bueno, después de mi muerte comprendí, que ella en realidad no me amaba.

Para no hacerles el cuento largo, les contaré sobre ese trágico día, cuando cumplí 17 años, mis amigos me organizaron una fiesta, comimos pastel, incluso me llevaron una piñata, pero lamentablemente tuve una recaída, me llevaron gravemente al hospital, por la pequeña ventana que había en la puerta, pude observar a mi madre desconsolada.

Ya eran cómo las diez de la noche, sentí un aire frío entrar por la ventana, vi a un hombre alto, él se acercó a mí.

— ¡Te ves fatal hijo!

— ¿Quien eres??... —Me estaba quedando sin aliento, a pesar de estar conectado a esos aparatos.

— Soy tu padre y vine a darte tu regalo de cumpleaños.

Sentí un ardor en mi cuello, aquel hombre metió sus colmillos en mi piel.

— Si resistes ésto, estaremos juntos, hijo mío.

Aquel hombre se marchó, yo empecé a convulsionar, recuerdo ver a los doctores, enfermeros tratar de ayudarme, pero mi corazón dejó de latir, recuerdo haber despertado en un lugar oscuro, tenía frío, estaba desnudo, era como un congelador, una especie de gaveta, no podía levantarme, así que empujé con mis pies, hasta que logré derribar aquella pequeña puerta, al salir un hombre me vio aterrado,

— ¿¿Dónde estoy??

El hombre no respondió, mire un cuerpo en una mesa, estaba en la morgue, empecé a sentir una sed enorme, resequedad en mi garganta, pude ver el líquido rojo correr por dentro del cuello de aquél hombre, él intentó correr pero me lancé sobre él, mordiendo su cuello, esa sensación era como beber el más delicioso elixir, fue un éxtasis, lo dejé hasta que me sentí saciado, me puse un pantalón y una gavacha, pero al acercarme a una ventana sentí que el sol me quemaba, así que me escondí en el sótano de aquella morgue, al llegar la noche salí, vi policías afuera, no supe ni cómo le hice para correr tan rápido, llegue a mi casa pero no entré, porque también había una patrulla de policía, me escondí detrás de unos arbustos, mi madre lloraba, Sakura estaba con ella... la consolaba, después que la policía se fue, seguí observando.

Cuando mi madre se durmió entre a la casa, por una ventana, bajé a la cocina, observé a Sakura lavar los platos, de pronto aquella tormentosa sed volvió, observé ese líquido correr por sus venas, me contuve, corrí y salí llevándome la ventana de la sala con el pecho, me alejé lo más que pude de la casa.

— ¿¿Que me esta pasando??

— ¡Tranquilo!

Aquel hombre volvió y me dio una bolsa con sangre, la tomé y la bebí de un sólo sorbo.

— ¿¿¿Qué me hiciste???

— Nunca te di un regalo, así que al verte ahí, al borde de la muerte quise salvarte la vida.

— ¿¿¿Te parece que esto es vida??? ¡Mejor estuviera muerto! ¡No puedo acercarme a mi madre, mis amigos a mi novia!

— ¿¿Te refieres a esa rubia??

— ¿La conoces?

— ¡Ven conmigo!

Acompañé a aquel hombre, reconocí la casa, era el hogar de Temari, la ví sentada en el mueble, vestía unos shorts negros y una blusa de tirantes, seguro estaba triste por mi supuestamente muerte, fue lo que pensé en ese momento, pero todo cambio cuando lo vi a él... se sentó a su lado, la beso empezando a acariciar sus piernas, él, uno de mis amigos, Sasuke.

— ¡¡¡¡Malditos!!!!

— Ellos llevan saliendo hace unos meses, mientras tú luchabas por vivir, ellos se revolcaban juntos.

Sentí una enorme rabia, corrí hacia aquella casa pero aquel hombre me detuvo, era más fuerte que yo.

— ¡¡Déjame!! ¡¡Los mataré!!

— No vale la pena hijo.

— ¿¿Porque?? ¿Porque me hicieron ésto? Y tú... porque después de tantos años apareces.

— Yo siempre he estado cerca de ti, esa noche que salí, fui convertido en ésto, me costó un poco controlarme, perdoname hijo... pero no podía dejarte ir.

Mi padre me llevó con él, un mes después decidieron hacer una tumba, con mi nombre grabado, ya que no apareció mi cuerpo, ese día estaba lluvioso, fue al atardecer, me cubrí con una enorme capucha, al no haber rayos de sol fui al cementerio, ahí estaba mamá llorando sobre aquel ataúd vacío, Sakura la abrazaba consolandola, junto a mis amigos Naruto y Choji, mientras que Temari permanecía abrazada a Sasuke, según llorando, mentirosa.

Me alejé por unos años, luego me enteré que mi madre volvió a casarse, tuvo otro hijo, al cual nombró Shikadai, yo iba a verlo, le dejaba obsequios, le dijo a mi madre que tenía un ángel guardián.

También a veces iba a verla ella, de hecho por un momento pensé en transformarla, pero no, no podía condenarla a éste infierno, tiempo después ella se casó, mi gruñona flor de cerezo, se veía tan hermosa, se casó con un tal Sai.

¿Y se preguntarán qué pasó con Temari? pues ella y Sasuke se dejaron, él le fue infiel con Ino, Karin y muchas más, él falleció en un accidente... y pues yo la visite a ella en su lecho de muerte, su cara ya mostraba algunas arrugas.

— Hola Temari...

— ¿Quien eres tú?

— ¿Ya no me recuerdas?

— ¿Shi... Shikamaru?

— ¡Así es!

— Te ves..

— ¿Joven? Sí, resulta que no envejezco, sabes, si tu me hubieras amado, estaríamos juntos.

— Lo siento...

— No te guardo rencor, de hecho, vine a sacarte de la agonía.

Inmediatamente clave mis colmillos en su cuello, su sangre si que sabía bien, la dejé vacía como un cascarón.

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El genio de Konoha Lobos Y Vampiros. (one-shots)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora