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El entrenador me mando a dejar todas las pelotas desgastadas de tenis a una bodega. Al principio empecé a molestarme, según el no he puesto todo en mis prácticas. Así que ahora tendré que hacer el el trabajo de Jackoson, mientras el me dice que confía en mi y que será ligero el trabajo.

Podría estar molesto con el entrenador pero al contrario, ahora si, digo, ¡Bendito sea usted entrenador!

Baje a donde me dijo, y bendito todo el mundo que me tocó la suerte de verte.

Las duchas, ¿quién dijo que tenía que pasar por las duchas para ir a esa bendita bodega?

Caminando cabizbajo como me dijo tu entrenador en su oficina al decirle que dejaria pelotas, me adentre. Pero fue inevitable no voltear buscándole cuando, alguien, grito mi nombre.

Y justo saliste de la ducha con solo una toalla enredada en tu cintura, gotas de agua en el cuerpo y TUS BICEPS DESNUDOS.

Casi me convulsione, baje la mirada cuando todos los otros se dirigen a chillar. Patéticos.

Ame este día, ojalá que todos fueran como este

¡Déjame Lamer Tus Bíceps!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora