- Bienvenidos al aeropuerto Adolfo Suárez Madrid-Barajas...
Escucho de fondo esa voz de mujer robótica mientras me despido de mi madre.
- Ay, hija te voy a echar de menos. Me parece una tontería que te marches dos meses para volver y luego volver otra vez...
Me rio. Me hace gracia que después de tantos años no sepa que me encanta viajar. La vuelvo a abrazar para tranquilizarla y le digo al oído mientras la agarro fuerte:
- Tranquila, voy a estar bien. Pedro va a estar conmigo y me va a enseñar la ciudad. No estaré sola.
Nos separamos y esboza una sonrisa triste.
- Haz caso a tu hermano en todo momento. Si te dice que no vayas por una calle, no vayas. - Lo dice como si mi hermano fuera muy responsable solo por ser mayor, ser abogado y tener su propio bufete. Resoplo. - No resoples que es de mala educación. A ver si vuelves con mejores modales depués de estar con franceses.
- Claro mamá. -miro el reloj. Dentro de tres cuartos de hora sale mi avión rumbo a París. Debería pasar ya el control.- Me marcho.
Nos volvemos a fundir en un último abrazo de despedida.
- Adiós. Llámame cuando llegues.
- Sííí. Adiós.
Me separo de ella, perezosa y me dirijo con mi maleta de mano y mi nueva cartera para guardar los billetes y el pasaporte hacia donde se encuentra la policía. La cartera es un regalo de mi madre. Tiene forma de carta antigua y dentro varios apartados para guardar lo necesario para viajar en avión. Me encanta. Paso el control de la policía sin problemas. Sinceramente no es que tenga cara de terrorista. Primero busco la puerta de embarque para saber donde se encuentra. Barajas es muy grande y todavía recuerdo cuando a los cinco años, me perdí en el aeropuerto de Londres. Que mal lo pasé! Desde entonces procuro saber donde esta cada cosa antes de sentarme a esperar y no pensar en nada. Miro el reloj. Son las 11:30 tengo tiempo de sobra. A lo lejos diviso unos paneles donde se mira qué puerta de embarque le toca a cada vuelo.
《A ver... con destino a Los Angeles, no. A Marruecos, no. A Egipto, no. A París, sí. Puerta V4345.》
Después de buscarla durante un buen rato, me topo con ella de casualidad. Por suerte todavía no esta abierta y puedo ir al baño con tranquilidad. Ya sé que en el avión también hay pero suelen estar muy sucios y me da "repelús". Ya, cuando salgo, la han abierto y se ha formado una cola de tres pares de narices. ¡Pero, si solo llevo en el baño un minuto de nada! Me pongo de última y espero. A diferencia de otras veces, hoy vuelo con IBERIA y esta, a su vez está relacionada con Air Europe entonces el avión es de un tamaño considerable. Al cabo de unos minutos llega mi turno de enseñarle a la azafata mi billete con el pasaporte. Paso por el " finguer" con una ilusión contenida. Ya había pasado por varios pero siempre me ilusiono. Entro y saludo a más azafatas vestidas con el uniforme de la compañía.
- Buenos días.- dicen a coro como si lo tueviesen ensayado.
Respondo y me dirijo a mi sitio. Me ha tocado ventanilla. Estupendo, así podré ver las nubes y posteriormente los campos franceses sembrados. Empieza a sonar una musiquilla machacante que se apaga cuando están todos los pasajeros sentados, para dar paso a la voz de otra azafata y del piloto que espera que lleguemos en hora y media más o menos. Al acabar, en las pequeñas pantallas, comienzan a mostrar imágenes en inglés, subtituladas. Los muñecos muestran lo que se debe hacer en caso de emergencia. Sinceramente, es el video más malo y cutre que he visto en toda mi vida. Mi hermano pequeño siempre decía que era una patata cuando algo es realmente malo o penoso. Pensar en él me entristece y decido concentrarme en la patata pero es tan malo que me desconcentra. Prefiero mirar a la azafata que está haciendo lo mismo que en el video de explicación. Me alegro cuando acaba porque eso significa que podré dormir un buen rato. Anoche no descansé bien por culpa de la emoción de volver a ver a Pedro después de tanto tiempo.
Me despierto de una pesadilla que se lleva repietiendo varias semanas. Froto mis ojos llenos de lagañas. Miro las pantallas que muestran un mapa de Francia para mostrar por dónde de llegamos y lo que queda. Sobre 10 minutos. Me relajo en el asiento. Diez minutos...
¿Me he vuelto a dormir? La lucecita de abrocharse el cinturón está encendida lo que significa que vamos a aterrizar. Agarro los posabrazos preparada para el brusco choque contra el asfalto del aeropuerto francés. Cierro los ojos fuertemente y siento el choque. Me golpeo la cabeza contra el asiento de delante. Froto mi dolorida frente, que en estos momentos se estará poniendo roja como un tomate. Después de perder velocidad, el avión para, el piloto nos informa de la situación y nos agradece haber volado con su compañía.
Estoy esperando impaciente mi maleta azul. No me gusta esta sensación de pensar que mi pequeña pueda estar por ahí perdida sin rumbo... soy rara o a alguien más le pasa? Es muy posible que sea lo primero. Me relajo visiblemente al verla salir de las tiras de plástico negras que separan el interior del edificio del exterior. Una vez con ella en la mano y más tranquila, vuelvo a ponerme en tensión pensando que mi hermano no está esperándome fuera. Y vuelvo a relajarme en cuanto lo veo un poco apartado de la gente hablando por teléfono. Sonrío y me acerco sigilosamente para darle un pequeño susto. Pero no funciona, se gira y sonríe al verme. Se despide de la persona con la que estaba hablando y me abraza muy fuerte.
- Hola hermanita!!!! Qué tal el viaje?- se separa y me dice sin perder la sonrisa- estás muy guapa.
Me río como una boba ante su alago, y meneo la cabeza hacia los lados.
- Tú tampoco estás nada mal.- le digo poniéndome de puntillas y pellizcándole la nariz.
- Puff. Pues si tan guapo estoy, cuentame como es posible que las francesas ni me miren.
- ¿Sigues viviendo con ese amigo tuyo?- asiente con la cabeza- Esa es la razón.
Pone los ojos en blanco y se ríe.
- Vamos al apartamento estarás cansada, no?
Repondo con un efusivo " sí" seguido de un bufido. Me coge la maleta de forma muy caballerosa y nos dirigimos al parking. Alucino en colores cuando le veo abrir la puerta de un BMW gris.
- Es tuyo?
No consigo contener mi emoción.
- Sí. Mamá no estaba muy convencida cuando vine a Francia pero... ya ves.- sonríe con suficiencia.
Subo y me acomodo en el asiento de cuero. Giro la cabeza con el sonido de la puerta abriéndose y mi hermano sentandose en el asiento del conductor. Arranca el coche y desde la ventanilla veo pasar las calles desconocidas para mi. Según nos acercamos al distrito 1, las casas son más bonitas y antiguas si cabe, las tiendas más caras... seguro que no hay nada aquí que me pueda permitir sin tener que pedir un crédito. Paramos ante una puerta de garaje que se abre gracias a un botón que pulsa mi hermano. Aparca y subimos en el ascensor a su piso en donde durante un par de meses viviré. Entro y me quedo impresionada por el lujo que desprende.
- Instálate y descansa. Yo me tengo que marchar pero creo que Aramis está en su despacho trabajando. Procura no hacer ruído. Tu habitación es la primera puerta a la izquierda.
- Vale. Vuelve pronto y no trabajes mucho!
Antes de salir por la puerta alza la mano despidiendose de mí. Me dirijo a mi habitación. Es preciosa. Con una cama de matrimonio, una mesa de estudio y un gran ventanal que lleva a un pequeño balcón con unas vistas impresionantes. Se ve la punta de la torre Eiffel, lo que significa que si quiero ir a visitarla, está situada muy cerca.
Salgo del cuarto y busco la cocina. Justo en el momento en el que me dirijo al salón, choco contra algo duro, suave y cálido. Levanto la mirada y me encuentro con unos intensos ojos azules que me observan con curiosidad. Doy un paso atrás y le veo bien. Es un chico de la edad de Pedro más o menos. Lleva el pelo castaño recogido en un moño tipo hipster y va sin camisa. SIN CAMISA. Mis caprichosos ojos le examinan rápidamente y mandan un mensaje a mi cerebro.《Está buenísimo》
- Hola- dice con un encantador acento francés.
- Eeeeeeehhhhhh...
Maldita sea, es que solo me pasan estas cosas a mi?
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Hola a todos!!!!!! Que os parece????? Es mi primera novela romantica asi que me gustaría conocer vuestra opinión. Que os parece Maya??? Y Pedro???? Y ese chico que deja sin habla?????