De sus ojos comenzaron a salir pequeñas lagrimas de desesperación y miedo, miraba a todos los lados en busca de ayuda, pero el personal, solamente los ignoraba y seguían con lo suyo, sabían muy bien que no debían de meterse en los asuntos de su jefe.
– E-Escocia espera... A-Ahora estoy muy o-ocupado... N-No puedo i-ir contigo...
– Soy tu jefe~ Y haremos lo que yo quiero~ estrellita~
Dijo con un sonrisa lujuriosa para si llegar a la oficina y lanzarlo a un sofá que había en el lugar, el chileno daba pequeños jadeos de dolor, ya que por accidente se habia torcido su muñeca por la caída, miro como el escoces cerraba la puerta con llave, alertándolo más que nunca por tal acción.
– (Donde estas Rusia... Siempre estas conmigo jodiendome... ¿Donde estas ahora?)
– Ahora haremos~ todo lo que me has prometido~
Tras dicho aquello, se acerco al menor y tomo de su barbilla para que él lo mirase, pero este solamente giraba su rostro con una expresión de desagrado, algo que sin duda lo irrito bastante, no era la primera vez que hacia aquello, por lo que su deseo de tomarlo aumentaba cada vez más.
– Si no serán por las buena... sera por las malas... tal como a ti te gusta...
El escoces lo tomo rápidamente de sus muñecas para si acostarlo en el sofá y comenzar a besarlo con mucha desesperación y necesidad, para luego acomodarse entre las piernas del menor, donde rozaba con descaro y sin pudor su erección en el trasero del chileno, quien le causaba bastante asco por tal acción, deseando de que alguien viniera y lo ayudará, pero sabia perfectamente que aquello no sucedería por miedo al escoces.
– (Rusia... Alemania...) Ngh!
– CReo... QUe esTAs TOcanDo... ALgo MIo...
El Europeo no habia alcanzo reaccionar, habia caído inconsciente arriba del chileno, quien lloraba en silencio, por lo que acababa de suceder, ahora sabia perfectamente lo que era estar en una situación como esa, noto como alguien le quitaba el escoces arriba de el, por lo que suspiraba entrecortado para si levantarse y mirar el piso con angustia.
– Sin duda eres alguien cobarde... Sabia que no podías solo...
– C-Callate... p-por favor... c-callate... agh...
Llevo una mano a su muñeca, la cual estaba levemente inflamada por la torcedura, el contrario al ver aquello, se acerco a él, lo reviso con detenimiento y cuidado, para luego suspirar y acariciar levemente aquella zona.
– Vamos aun hospital, pero no van hacer mucho... pero de algo servirá
– ...
No dijo nada y salieron juntos de la oficina, dejando completamente solo al escoces inconsciente. Al estar en la calle el chileno se mantenía callado, mientras que finas lagrimas bajan por sus mejillas, haciendo que el ruso, se sintiera algo mal por ello, pero no hizo y no dijo nada para molestarlo de momento, de alguna manera manera se sentía culpable por ello.
– (Sabia que era débil... es como un niño...)
– G-Gracias...
Fue lo único que dijo durante el camino, teniendo su mirar en el piso, mientras que temblaba levemente por los nervios. Después de ir al hospital, estaban devuelta a casa, los dos estaban sentados en sofás diferentes, ni siquiera se dirigían la mirada o la palabra, algo que sin duda les ponía demasiado incomodos.
– (Siempre esta hablando una que otra tonteria, pero ahora... solo me molesta que este tan callado...)
– (Desde cuando es tranquilo... aun no me ha humillado...)
– ¿Cómo esta tu muñeca?
– Huh?... D-Duele un poco...
– Sera mejor que dejes de trabajar con él
– N-No puedo...
– ¿No puedes o no quieres?
– Sé muchas cosas... y Escocia sabe que seria un peligro si llego decir algo sobre su club y su vida... Me mataría con solo irme de su lado... de seguro ahora esta planeando algo contra mío...
Escondió su rostro entre sus rodillas, realmente era la primera vez que sentía miedo por su vida, habia muchas personas que le habían advertido de tal personas, pero su codicia y terquedad, nunca los tomo en cuenta hasta ahora.
– Solo queda esperar a que venga y me "castigue"...
– Ahora te das cuenta de todos los errores que has cometido... pero dudo que te arrepientas de todos ellos
– La verdad es que no... todo lo que hice fue por mandados y por cuenta propia... supongo que ya debo tener en cuenta lo que me espera... aunque eso me dé miedo...
– Supongo que eso es algo valiente...
– Eso crees?...
Pensó un poco para si sonreír, aunque el contrario no lo demostrara aun asi tenia su lado amable, miro un momento al ruso, pero en eso abrió sus ojo a más no poder al igual que confundido.
– ¿Desde cuando hay otro tu?
– ¿Qué?
