IV

1.2K 120 94
                                        

Habia despertado más relajado de lo normal, dio un pequeño bostezo para luego estirar un poco su brazo y alcanzar su móvil que estaba en un mueble al lado de su cama, reviso si tenia un mensaje del escoces, pero no habia nada, soltó un suspiro para luego levantarse e ir hacerse el desayuno.

—Tiene día ocupado y yo también—

Decía mientras que bajaba la escalera con tranquilidad, al llegar al primer piso miro a la entrada y pudo jurarse al ver visto alguien parado frente la puerta, cerro sus ojos y los volvió abrir y no ver a nadie por lo que llevo una mano en su cabeza, mientras que negaba. Estaba terminando de beber su té para luego escuchar su móvil y ver quien era.

—Mex, ¿Ahora que quiere?... Buenos días Nueva España—

—No vengas con la pendejada de Nueva España... Hoy a las 9, disco, disfrutar—

—Dale, con Arge ¿Cierto?—

—Si, como siempre, te espero y no llegues tarde—

—No pasara...—

Corto la llamada para luego suspirar y mirar por la ventana y notar la misma figura de antes, por lo que negó y se levanto para limpiar lo que uso, podía sentir como alguien lo miraba detrás de el, por lo que tomo un cuchillo de forma sigilosa y rápidamente apunto a la "persona" que estaba detrás de el, pero no habia nadie, se llevo una mano a su frente mientras que cerraba sus ojos.

—Dios, necesito dejar de quedarme despierto hasta tarde... Estoy imaginando cosas que no son—

—Oh tal vez no—

Abrió sus ojos para luego ser alzado y tirado encima de la mesa, mientras que aquel desconocido empezaba estrangularlo, por lo que empezó a patalear para que lo soltara.

—Ahora si que tendrás lo que te mereces, maldito pecador—

—Y-Ya... Sueltam... Ayuda!—

—Nadie te va escuchar mocoso—

—Q-Quien eres...—

—Eso no debería de importarte...—

Dijo para hacer mas presión en el cuello de este para luego pensar mejor las cosas y dar un gruñido molesto y soltarlo, el chileno empezó a toser y tomar aire de forma desesperada, mientras que tocaba su cuello y lagrimeaba un poco.

—Tienes suerte, de que yo jamás mataría a alguien...—

—P-Pero... ¡¿Qué mierda te pasa?! ¡¿Y quien eres?!—

—Alguien que no debería de importarte—

—Te acabas de meter a mi casa y trataste de matarme, ¡¿Cómo no debería de importarme?!—

—Chillas demasiado, sera mejor que me vaya...—

—Espera, como que te vas-...! a ir...—

Miro a lo lados y notar que ya no estaba, empezó a temblar y no podía procesar lo que acaba de pasar se fue corriendo a verse en un espejo y notar aquella marcas moradas en su cuello, ¿Realmente acaba de pasar? Era lo que decía en su mente, dio un pequeño salto al escuchar su móvil por lo que contesto con desconfianza.

—A-Alo?—

—Hola pequeño, ¿Cómo estas?—

—¿E-Escocia?—

—¿Sucedió algo? No te oyes bien—

—N-No lo se... A-Alguien acaba de entrar a mi casa y... Necesito que vengas, p-por favor... N-No quiero estar solo...—

Decía con las voz entrecortada, mientras que miraba a sus lado con un poco de miedo.

—¡¿Te hicieron algo?! ¡¿Dime, qué te hicieron?!—

—S-Solo ven si... Te explicare todo aqui...—

Dijo para cortar la llamada e ir al pasillo y sentarse en el suelo con sus rodillas en su pecho, noto como aquella persona se sentaba al lado de el y lo miraba de forma burlona.

—¿Me tienes miedo? jajaja y eso que no te eh mostrado mi peor parte—

—Cállate, tu no eres real...—

—Si no fuera real, no podría hacer esto—

Tras dicho aquello dejo al chileno acostado en el piso, mientras que el estaba encima y tocaba su cuerpo sin expresión alguna .

—¿Ahora me crees? Tienes una piel suave y linda...—

Dijo para enterrar sus uñas en su piel, sacandole un pequeño quejido de dolor, podía notar como este derramaba finas lagrimas, algo que le causo bastante satisfacción.

—Como me encanta esto—

Dijo con una sonrisa para luego con sus dedos tomar un poco de sangre que le habia sacado para llevárselo a su boca y probarla.

—Nada mal pequeño—

—Aléjate de mi maldito desquiciado!—

—¡Chile!—

—¿Escocia? ¡Escocia!—

Empezó a gritar y a patalear para alejar aquel sujeto, pero este solo lo miro molesto para luego levantarse e irse a una habitación cualquiera, el escoces habia entrado dando una patada a la puerta seguido de ir rápidamente con el chileno.

—¿Estas bien? ¿Qué te hicieron y quien fue?—

—N-No se quien fue, pero s-se fue a esa habitación—

Dijo apuntando a una habitación por donde se habia ido el sujeto, el escoces llamo unos de sus guardias y mando a revisar la habitación, pero salieron casi al instante al no encontrar a nadie.

—¡¿Cómo que no hay nadie?!—

—Lo siento jefe revisamos toda la habitación, incluso las ventanas están cerradas—

—Pero como pudo escaparse asi de la nada... ¿Estas seguro que se fue a esa habitación?—

—Claro que si, l-lo vi entrar ahi... Esto parece una maldita pesadilla... ¡Agh!—

Dio un quejido al sentir un ardor en la herida que le habían causado antes, el mayor lo reviso y noto que hasta estaba sangrando.

—¿El te hizo esto?... Joder, debí haber llegado lo antes posible... Dime ¿Te hizo algo mas?—

—Me estrangulo por unos minutos... ¿No se que fue que le hice o por qué me hace esto...?—

—Tranquilo, ya estoy contigo, no te va ser nada, mientras que yo este a tu lado—

—Por favor, no me dejes solo otra vez...—

Lo abrazo para buscar un tipo de protección en él, no quería volver a pasar por lo mismo, realmente fue algo muy horripilante para a el, en especial si se trataba de una persona que ni conoce.

Mi pequeño demonioDonde viven las historias. Descúbrelo ahora