C a p í t u l o 1

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¡Hola! Desde ya, me disculpo si aparece el guión corto en los diálogos, siempre que lo corrijo bien, Wattpad me lo vuelve a subir corto :(

Por cierto, el primer y segundo capítulo son bastante largos porque ocurren cosas muy importantes, pero luego la cantidad de palabras por capítulo se van acortando, así que tranquilos.

Ojalá no les resulte tedioso, ¡disfruten la lectura, bellezas!

[CAPÍTULOS SIN EDITAR; al finalizar la publicación, comenzará la edición de toda la historia]

Jadeante, me ayudo con ambas manos a despejar el camino frente a mí, intentando alejarme lo más que pueda de los acelerados pasos que se acercan furiosos

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Jadeante, me ayudo con ambas manos a despejar el camino frente a mí, intentando alejarme lo más que pueda de los acelerados pasos que se acercan furiosos.

Las ramas desnudas rasguñan la piel pálida de mis brazos, piernas y rostro, pero no me detengo ni disminuyo la agitada carrera.

Observo a mí alrededor con un rápido vistazo y tomo impulso con uno de mis brazos para girar hacia la derecha sin tropezar. Vuelvo a mirar detenidamente, divisando a la lejanía un pequeño charco de lodo en el suelo. Acelero hasta llegar a él, me agacho y con ambas manos recojo un poco del barro que, sin dudar, comienzo a esparcir por los restos de piel sin cubrir de mi cuerpo en un vago intento de ocultar la esencia del característico aroma que desprendo.

Retomo mi carrera durante unos metros más, pero me detengo con cuidado para esconderme detrás de una gran roca sucia cubierta de moho y demás cosas a las que no deseo prestarle atención.

Procuro pegarme todo lo que puedo al frío escondrijo e ignoro el creciente dolor de mi cuerpo. En silencio, tomo exhalaciones profundas para calmar la respiración, pero contengo el aire cuando escucho pasos acercarse y luego detenerse. Me quedo estática intentando ver por el rabillo del ojo algún movimiento que me indique si se acerca o no.

Atenta a cualquier sonido inusual que no provenga de los animales y el viento, logro escuchar un gruñido molesto después de unos cuantos segundos de quietud. A continuación, vuelven a oírse los pasos, esta vez alejándose hacia la izquierda.

Suelto el aire por la nariz lentamente. Permanezco unos minutos en la misma posición y cuando lo considero al menos un poco seguro, de manera sigilosa comienzo a mirar a mi alrededor para inspeccionar la zona cubierta de vegetación. Suelto un suspiro antes de comenzar a trotar con dificultad en dirección contraria a donde se alejaron las pisadas.

Esquivo piedras y ramas con cuidado. Me permito durante un segundo apartar la mirada de lo que me rodea para observar el cielo, como si éste pudiese decirme que dirección debería tomar. Hace quizá más de una hora que no sé por dónde es que estoy corriendo, a cada kilómetro que recorría iba notando como el bosque se hacía cada vez más espeso, su flora más abundante, diferente. Desconocida.

Niego con la cabeza, vuelvo la vista al frente y continúo abriéndome paso en cada obstáculo. En el camino me topo con muchas plantas mágicas, la nostalgia que me produce ver bellezas de todo tipo después de tanto tiempo es abrumadora. Jamás creí volver a admirarlas, pero aquí estoy, corriendo junto a ellas, su luminosidad cegándome momentáneamente pese a la luz del día.

Inquietante SerenidadDonde viven las historias. Descúbrelo ahora