Capítulo 4.

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¿Tejiendo alas?

Capítulo 4.

Abro los ojos con mucha dificultad, un horrible dolor de cabeza me está martirizando. Quiero llevar una mano a esa parte en la que siento el latido de mi corazón pero un peso sobre mis manos me hace volver a la realidad.
Unos dedos están entrelazados con los míos.
Vuelvo a cerrar los ojos mientras los recuerdos de anoche inundan mi mente.

"-No voy a dejarte sola.
-Pronto vendrá mi madre, puedes irte.
-No me voy a ir Eva. -Hugo se quita los zapatos, se tumba en mi cama y me arrastra con él para quedar tumbados en el colchón que tantas veces fue testigo de nuestras noches revueltas. Suspiro para no mirarlo a sus ojos, me doy la vuelta para evitar caer en la tentación de besarlo hasta que las ganas se sacien y Morfeo venga a visitarme.- Ven aquí. -Los pocos centímetros que he logrado poner de distancia entre nuestros cuerpos él los ha acortado, pegando mi espalda a su pecho, entrelazando una de sus piernas entre las mías, haciendo que nuestros dedos jueguen juntos hasta quedarse pegados. Su mano junto a la mía baja hasta mi barriga y la acaricia, dejando pequeños escalofríos por mi interior.- Buenas noches. -Sus labios dejan un beso corto pero húmedo en mi hombro. Inconscientemente me acurruco en su cuerpo y dejo que sus brazos me envuelvan. Mi corazón así me lo pide, y esta vez, le ha ganado la partida a la voz de mi razón.-"

Una sonrisa inconsciente se dibuja en mis labios. Después de meses vuelvo a despertarme con el rubio abrazado a mí.
Vuelvo a escuchar su respiración tranquila al dormir, es el momento del día que más me gustaba observarlo, poder admirar cada facción de su cara cuando estaba tan tranquilo que no podía ver que me moría por cada centímetro de él.

Intento darme la vuelta, pero sus ojos verdes se abren asustados, le sonrío para que siga durmiendo, con su brazo me acerca más a él por mi espalda, dejando nuestras caras tan cerca que puedo sentir el aire de su respiración mezclarse con el que sale entre el pequeño hueco de que hay entre mis labios.
Tengo que alejarme de él antes de que sea demasiado tarde.
Antes de que termine de acortar los centímetros que nos separan y vuelva a besarme.
He resistido a un beso, no creo poder hacerlo con otro. No creo poder volver a rechazarlo teniéndolo tan cerca.
Se me acaban la excusas de que no va a salir bien, porque tengo miedo de que vea en mí que estoy tan loca por él como hace tres meses, que sí creo que podemos ser los dos, y a partir de ahora, los tres.

-¿Cómo estás?
-Me duele un poco la cabeza.
-¿Qué puedes tomar? -Sonrío al notar en su voz como se preocupa por mí y a la vez por el bebé.-
-No lo sé, iba a preguntarle a mi madre.
-Ya voy yo.

Deja un beso en mi nariz antes de levantarse del colchón y perderse fuera de la habitación. Ahora mismo estoy luchando ferozmente conmigo misma para no caer en los encantos del rubio que camina a sus anchas por casa de mi madre. ¿Por qué tiene que ser jodidamente así de atento ahora? Cuando quiere, Hugo puede ser la persona más cariñosa y atenta del mundo. Puede hacerte caer en sus encantos con su cara de niño bueno antes de que puedas pestañear. Puede hacer que te pierdas en esos ojos y volverte loca solo con su olor.
Suspiro apoyando la cabeza en la almohada. Necesito dejar de pensar en todo lo que me atrae de él, lo que me atraía hace meses y lo sigue haciendo a día de hoy.
Alcanzo mi teléfono, tengo llamadas pérdidas de Laura. Dudo unos segundos si llamarla, y marco su número. Da cuatro tonos y se corta, quizás la he pillado en la ducha.
Tengo que pensar como anunciar mi embarazo antes de que se note. Abro las historias de Instagram, saco una foto donde apenas se me ve algo más que los ojos y pongo de fondo el estribillo de la canción "Cuando nadie me ve" de Alejandro Sanz.

No quiero llevar días sin subir nada y lo primero que vean es una historia donde donde doy a entender que estoy embarazada. También tengo que hablar este tema con Hugo, quiera o no, él forma parte de esto, y es él quien tiene que dar explicaciones antes de hacerlo oficial.

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