JENO

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Antes de empezar y que haya mal entendidos, esto es de una adaptación que estoy haciendo, osea que tiene continuación. Si os gusta ya sabéis, pedirla.
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— Va a llover — me dijo. Levanté la cabeza y miré al oscuro cielo.
— ¿Cómo lo sabes? — le pregunté. Él también miró hacia arriba.
— Huele a lluvia — dijo.
Respiré profundamente y ese refrescante olor entró por mi nariz. Volví a mirarlo a los ojos. Se acercó más a mí y apoyó su cabeza sobre mi pecho. Yo solo acariciaba su pelo. Se seguía meciendo sobre la hamaca, con cuidado.

— Me haces tan bien — dije despacio.
Comenzó a llover. La fría lluvia comenzó a caer sobre nosotros. Se alejó de mí y me miró a los ojos. Sonreí y levanté la cabeza para que las gotas mojaran mi rostro. Esta sensación era tan increíble.
— Ryu — me llamó. Volví mi mirada a él.

— ¿Sí? — le dije suave.

— Quiero que me des algo — dijo.
— ¿El qué? — pregunté.
— Comparte un beso conmigo — susurró.

La lluvia se hizo más intensa. Estábamos completamente mojados. Él se seguía meciendo en la hamaca. Desde que lo vi, quise besarlo. Y ahora no puedo ni respirar. Sonreí levemente. Coloqué uno de mis dedos sobre sus labios y los separé levemente. Todo mi cuerpo estaba temblando. No podría detenerme. Después de esto ya no habrá marcha atrás. Ya tiene mi corazón.

— Prométeme que nunca olvidaras este beso — le dije.
— Te lo prometo.
Sin seguir dando vueltas me acerqué lentamente a su boca. Mi corazón, casi se salió de lugar cuando choqué contra sus labios. Como si nunca hubiera besado a nadie en mi vida, me encontré totalmente perdida ante esto. No sabía qué hacer. Su boca se empezó a mover, para darle señal a la mía. Con cuidado sus labios pasaban sobre los míos. Todo daba vueltas a mí alrededor. Se alejó dulcemente, para volver a acercarse. Nuestras lenguas se mezclaron en un suave baile. Y mi corazón, mi corazón iba a explotar. La lluvia seguía siendo fuerte. El sabor de sus labios, mezclado con la del agua salada, era el mismo cielo. Se puso de pie conmigo encima. Nuestras bocas no podían alejarse. Coloqué mis piernas en el suelo, pero apenas pude tocarlo. Estaba entre sus fuertes brazos. Con cuidado me aleje de él. Necesitaba mirarlo a los ojos. Sonreí levemente. Levantó su mano y acarició mi rostro. Cerré los ojos, ante el caliente contacto.
— Volvamos a casa — dije.
Asintió levemente. Tomó mi mano y comenzamos caminar debajo de la lluvia. Me giré a verlo y sonreí bobamente. Detuvo su paso y con un tirón me acerco a él para besarme. Mis piernas temblaron. Colocó una de sus manos en mi nuca para acercarme más a él. Jamás nadie me había besado de esta forma. Él era tan increíble, que de verdad no parecía que nunca besó a nadie. Me alejé de él para tomar aire, y al abrir mis ojos miré sorprendida a mí alrededor. Estábamos en la puerta de mi departamento. Lo miré bien. Sonrió abiertamente.

— Vas a enfermarte, preciosa. No quiero eso — dijo.
Tomé las llaves y abrí. Totalmente descontrolada de mí parte, lo tomé de la camisa y lo acerqué a mi boca. Con movimientos salvajes tomé sus labios con los míos. ¡Dios, era una locura! Él no podía hacer esto, pero ya no hay marcha atrás.
— Oh, Ryu — gimió levemente mi nombre.

Me alejé de sus labios y cerré la puerta detrás de nosotros. Me volví a acercar a él. Comencé a besar su mentón para bajar a su cuello. Su respiración iba en aumento al igual que mi cuerpo. Se alejó de mí y levemente me empujó contra la mesa del salón. Se acercó más a mí y me alzó en ella, para volver a mis labios. Rodeé su cuerpo con mis piernas, mientras que con mis manos acariciaba sus cabellos. Colocó sus manos en mis caderas y me pegó más a él. Gemí levemente. Lo empujé de mí para quitarle la remera. Lo miré detenidamente. Alcé una de mis manos y la apoyé sobre su fuerte pecho. Su pecho se elevaba por la respiración pesada.
— Como te deseo — susurré agitada — Mariposas bailan en mi pecho, el calor no se dispersa amor.

Bajé mis dedos a su pecho. Provocando que su piel se erizara bajo mi mano. Eso me hacía sentir poderosa. Sabía que tenía cierto poder sobre él. Pero siempre sabría al final del día, que él tenía todo el poder sobre mí.
— Te quiero besar de los pies, a la cabeza — le dije.

Gimió roncamente. Bajé y envolví uno de sus pezones con mi lengua. Metió su mano entre mis cabellos y me acercó más a su pecho. Subí mi boca por su cuello, para morder levemente su oreja. Murmuró algo en otro idioma. Me alejé y lo miré a los ojos.
— ¿Qué has dicho? — le pregunté.

Sonrió levemente. Colocó su mano derecha sobre uno de mis pechos. Lo acarició sobre la ropa, poniéndome tensa, haciendo que lo deseara más aún. Bajó por mi cintura, hasta el borde de mi camiseta. Metió su mano debajo. Mordí levemente mis labios. Se acercó de nuevo a mí y me volvió a besar. Su mano caliente, pasaba por mi cintura. Comenzó a murmurar algo que no entendía sobre mi boca. Algo pareció despertarse dentro de mí, era mucho más poderoso que el deseo. Se alejó y quitó mi blusa. Mis pechos estaban duros, tensos. Deseaban que él los saciara, tanto como yo.
— ¿Tienes miedo de mí? — me preguntó, mientras su mano subía por mi espalda.
— No, no tengo miedo de ti — le dije.

Sin ningún problema me alzó entre sus brazos y conmigo encima comenzó a caminar hacia la habitación. Besé suavemente sus labios, mientras sentía sus fuertes manos sobre mi trasero, sosteniéndome sobre él. Con una de mis piernas abrí la puerta de la habitación, entramos sin dejar de besarnos. Mi corazón latía rápido, iba a salirse de mí. Al fin pasaría, al fin sería mío. Solo mío. 

NCT & WAYV [ONE SHOTS]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora