Me duele

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Pov Izuku.

Era otro día en el cual odiaba levantarme de mi cómoda cama que era la unica que me consolaba por las noches las cuales lloraba hasta caer del sueño y cansancio. Mire mi alarma, era muy temprano para mi gusto, pero mi alarma me obligaba a sacar mis pies y posarlos sobre el frio piso que me daba un escalofrío que recorría a traves de todo mi cuerpo. Comence con mi rutina diaria, lavarme la cara, al igual que los dientes, peinarme aunque fuera un poco y vestirme para la escuela. Pero tenia un problema, mis brazos seguian doliendo por lo que hice anoche por primera vez.

La noche anterior habia llegado de la escuela, con un cansancio terrible, Kacchan me volvio a molestar golpeándome en el abdomen, que era su lugar favorito. Luego de que él se fuera, a la hora de la salida, sus amigos me acorralaron en el salon de clases y de igual forma me golpearon y tiraron varias de mis cosas desde la ventana al jardin. Por lo que tenia que bajar y limpiarlas, pero una vez que baje note que una chica tenia una libreta muy importante para mi. Al verme me la dio de buena gana, obviamente se lo agradeci, pense que ella seria buena, pero en cuanto se retiraba, toco mi hombro y lo apreto con fuerza, haicendo que me retorciera del dolor. Se que deberia defenderme, pero ¿que se puede esperar de un Quirklees? a decir verdad muchos me molestaban, incluso los de grados inferiores, todo gracias a mi abusador principal y mi amigo de la infancia Kacchan. Una vez que guarde todo mis lagrimas comenzaron a derramarse sin que yo me diera cuenta, al parecer habia recordado nuevmaente aquel tiempo en el que Kacchan y yo nos llevabamos muy bien, pero al compararlo con mi situacion actual, era inevitable sentirme roto.

Ese mismo día camine a casa, pues me habian quitado todo el dinero que llevaba encima, así que no tuve de otra mas que caminar, pero al pasar cerca del arcade. Ahí lo vi, jugando despreocupadamente esos videojuegos de lucha, mientras soltaba amenazas a todo aquel que se le acercara, incluido a sus seguidores. Por un momento senti muchos celos, pero los ingnore para seguirme de largo y caminar a casa, en cuanto llegue no dije nada, pues era comun que mi madre estuviera trabajando a esas horas. Comi lo que me habia preparado mi madre y subi para hacer los deberes, pero cuando me resvale mis cosas volvieron a salirse de mi mochila, aunque esta vez habia algo que no estaba antes, era mi libreta que antes habia recogido aquella chica, de la libreta sobresalia un papel, el cual tome y al abrirlo solo pude verlo con desgana y tirarlo a la basura donde pertenecia. Sin embargo me afecto mucho, vi mi lapicera y de allí saque mi cuter. Ya habia escuchado de alguien que concodi hace mucho que cuando él se sentia mal, hacia sangrar su piel, para ya no sentir el dolor en el corazon, pues todo se dirigiria al dolor fisico. Sabia perfectamente que estaba mal, pero ya nada podia estar peor. Tome el cutter y me dirigi al baño donde pense que seria mas facil de limpiar, me quite mi saco y arremangue mi camisa, para así sacar con mucho cuidado la hoja filosa y posarla ceca de mi piel, por un momento tuve miedo así que cerre los ojos y en un rapido y seguro movimeinto la movi, enterrandola en mi piel y sintiendo el frio metal que esta tenia, pero a la vez experimentando una nueva sensacion. Tal como me lo habia dicho, el dolor en mi corazon habia disminuido por muy poco, pero necesitaba mas, con otro movimientos termine dejando marcas en mis dos brazos. La gotas de sangre que se acumulaban para caer, las vi deslizarse por el lavamanos, hasta que escuche un fuerte ruido de la puerta principal. Era mi madre quien habia llegado temprano, rapidamente me puse el saco, sin siquiera acomodar la camisa, pues sabia que se ensuciaria. Me lo puse tan rapido que cuando mi madre llego a mi habitacion yo estaba sentado haciendo mis tareas. Como siempre me levante con una gran sonrisa y la abrace, sientiendo una picazon insaciable, pero no podia decir ni hacer nada que le diera indicios de sospecha. Una vez me cambie de ropa y me avente a la cama, dispuesto a tomar una larga siesta.

Y asi es como llegamos al dolor que ahora siento en mis brazos, ero ya que mas da. Baje a tomar mi desayuno el cual mi madre con gusto me preparaba y sali de casa, una vez estando afuera mire al cielo, esperando que hoy fuera un mejor día, a todo aquel que me veia le sonreia de manera dulce. Todo el transcurso de la casa a la escuela fue muy bueno, no me tope para nada a Kacchan o alguno de mis compañeros. Una vez en el entrada suspire pesadamente y mi rostro de felicidad desaparecio en cuanto vi a dos chicos señalarme y burlarse de mi. Estaba harto de este trato, pero sabia que siempre me culparian de todo, no importaba que pasara yo debía quedarme callado. Me adentre con paso lento para llegar a mi salon, pues sabia que ahí forzosamente veria a Kacchan. Y en efecto en cuanto me vio, solo chasque la lengua y desvio la mirada, no sin antes verme con furia. Me acerque a mi asiento y saque el pañuelo que traía limpio todos los días para ensuciarlo de esa horrible tinta que pintaban en mi asiento, toda clase de tintas con palabras que me hacian sentir horrible. Las clases inciaron y justo cuando llego la hora de educacion fisica, jugariamos quemado y como siempre nadie me queria en su equipo, el profesor ya se habia acosumbrado a este tipo de escena, pero creo que algunos ya aburridos, corrieron en mi direccion con un balde de agua fria y me la aventaron, haciendo que toda la clase se riera y yo sin aguantar nuevamente a paso lento me fui del lugar, mientras a lo lejos escuchaba los regaños del profe dirigidos a mis compañeros, esto lo pagaria despues y me doleria, eso era muy seguro.

La semana habia pasado volando y con ella mis marcas se hacian mas profundas e incluso dolian un poco mas, pero no tanto como el dolor que sentia en mi corazon, el cual era desgarrador. Kacchan me pateo, insulto y dejo que hicieran conmigo lo que quisieran, algunas veces me preguntaba ¿como es que un malnacido como él me guste? no es que fuera masoquista, pero Kacchan hacia latir mi corazon. Pero hoy viernes, era el pero dia de todos para mi, pues todos abusaban de mi, solo para irse a casa satisfechos y sin preocupaciones todo el fin de semana, para empezar mi asiento escurria de agua sucia, mi mesa pintada y por si fuera poco en el compartimiento debajo de la mesa metian toda clase de alimentos hechados a perder y para que ningun profe sospechara, tenia que llegar temprano para limpiar adecuadamente. En el receso no tenia comida, pues me la quitaba y ni se la comian ellos, solo la arrojaban al suelo y la pisoteaban mientras se burlaban de mi. En clase de orientacion donde la profesora se iba, me usaban como esclavo, hiendo por cosas o limpiando sus desastres, mientras los insultos no saciaban. A parte que ese mismo día era otro mas en el cual practicabamos educacion fisica, y tal como la vez pasada me aventaron una cubeta de agua, pero esta vez esta sucia, mal oliente y con algun que otro bicho, esto fue sufiente para mi. Sali corriendo con mis lagrimas a no poder mas, llegue a los vestidores, donde me cambie rapidamente y donde en uno de mis bolsillos cargaba conmigo el cutter, sin mas me dirigui al 3er almacen el cual nadie usaba mas que en los festivales deportivos. Una vez estando allí cerre la puerta y llore como un bebe, sentia como mis palabras de auxilio se ahogaban en mis lagrimas y mis jadeos, para hacerme sentir mejor, deslice la hoja y la pase una y otra vez en mi piel, la cual ya no podia definir su color, pues ahora era tan roja y humeda. Mis jadeos se fueron extienguiendo con cada corte, pero mis lagrimas no paraban, doble mi camisa un poco mas y llegue avr mi codo, donde del codo a la muñeca realice mas de una linea. Me sentia... mal. No estaba funcionando. Desesperado enterre la punta den cutter y estaba por deslizar la hoja, cuando escucho la puerta abrirse y ver una sombra quien se queda parada y yo intento identificar, pero en cuanto logro identificarlo, este corre a mi y me arrebata el cutter con agresividad y estira mis abmos brazos para verme sorprendido, pero yo sin emabargo no podia parar de llorar, hasta que siento unos brazos rodearme y acariciar mi espalda.

−Perdon− Es lo unico que logro articular aquel cenizo que ahora me abrazaba, sin embargo yo harto de esta farsa, lo aparto de mi, para recoger el cutter que me habia quitado y aventado. Pero mi cuerpo se siente mareado y despues de ello... solo obscuridad.

Amor de pocas esperanzasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora