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Una búsqueda no es sencilla, ninguna lo es. BeomGyu se había propuesto un enorme desafío. Era valiente por proponerse aquel reto verdaderamente difícil.

Eran las siete en punto de la mañana, BeomGyu debía de comenzar a prepararse para sus estudios, sin embargo estaba dispuesto a no ir, con la finalidad de emprender su búsqueda a su padre.

Se vistió portando su uniforme escolar y no levantar sospechas. Y simular que iba a su escuela, después colocó en su mochila un poco de dinero, un cuaderno para tomar apuntes, comida, audífonos y su cargador. No sabía a qué hora volvería a casa.

-¿no vas a desayunar?.

BeomGyu saltó debido al susto que se llevó, en ver a su abuelo en la cocina. Aquel tomó una manzana y dándole una mordida intentó salir de casa, sin embargo, prefirió regresarse y preguntar.

-Abuelo... ¿Sabes el nombre de mi padre? ¿O en dónde trabajaba?.

-Ese nombre está prohibido decirlo en casa. Dijo tu madre. Así que te diré que trabajaba en una agencia, pero no recuerdo exactamente de que tipo de agencia era.

-De acuerdo, ya me iré.-Y dicho aquello salió de su hogar.

Caminando por las calles se encontraba, debía buscar un sitio donde detenerse y comenzar su búsqueda en las redes sociales.

Choi, 2.333.927 personas en corea con aquel apellido y contando. Uno de ellos le pertenecía al de su padre. Caminó a la biblioteca pública donde tomó el Internet gratuito y comenzó a buscar algún sitio colocando el nombre en el buscador de "Agencia Choi".

Aparecieron varias, por lo cual comenzó a apuntar las direcciones y prepararse para la búsqueda de su padre.

Una vez que terminó, se dirigió a la más cercana.
Y de aquella forma comenzó a recorrer toda la ciudad. Llegaba al sitio y preguntaba por un hombre de apellido Choi que tuviera su físico, en señal de que en verdad buscaba a su padre.

-Lo siento, no hay alguien que cumpla con las características que usted indica.-Respondió una mujer de una agencia inmobiliaria.

Aquel soltó un suspiro y dio media vuelta. Ya rendido, pues había visitado la mayoría de los sitios. Y sus piernas estaban palpitando agotadas. Al caminar con cabeza baja e ir con su mente  distraída. No se percató de que se había topado con alguien que vestía un traje formal y un portafolio con documentos en el. Por razones de la física, al golpear de manera brusca con una velocidad verdaderamente rápida provocó que en el momento del impacto el señor haya soltado su portafolio y este, al descender al suelo se abriera. Dejando caer todos sus documentos.

-Lo siento.-Articuló BeomGyu con cansancio, comenzando a ayudarle en recolectar todos los papeles. Y colocarlos en su sitio.

El señor del traje, de la misma manera hizo lo posible por tener todo en orden.

-Gracias.-Fue lo único que dijo, en el momento que había contado todas las hojas para asegurarse de que no le faltara ninguna. Y después cerrar su portafolio.

Sin embargo, en ese momento, BeomGyu quedó en silencio mirándolo, pues tenía el físico que buscaba. Digno de aquella fotografía de la cual le habían enseñado anteriormente. Así que se decidió hablar sin pena alguna.

-¿Papá?.

El adulto le miró con rostro inextricable, comenzando a hacer movimientos de negación de un lado a otro.

-Creo que te has confundido. No tengo hijos.-Dicho aquello soltó un suspiro y caminó directo a la salida del sitio.

-¡Por supuesto que sí! ¡Soy yo! ¡BeomGyu! ¡Choi BeomGyu!.-No era de extrañarse que aquel pelinegro le siguiera el paso. Sin embargo, en el momento que dijo su propio nombre, aquel hombre se quedó quieto, no realizó ningún movimiento esperando a que el joven continuara hablando. Lo cual hizo.-Mamá me acaba de confesar la verdad. Acerca de ti. Viví todo este tiempo sin saber que tenía un padre, así que quise buscarlo para poder conocerlo. Al parecer te encontré.

Dicho aquello, no le importó nada del mundo y se acercó a él, con el fin de abrazarlo. Unas cuantas lágrimas se escaparon, pues de verdad estaba feliz de que logró cumplir su mayor reto.

-Me has hecho mucha falta.

El hombre no sabía cómo reaccionar, estaba inmóvil en aquel sitio, con el mismo gesto. Dio unos pasos en reversa, para poder mirar mejor al chico.

-Yo también creía que mamá era una mentirosa. Pero en realidad... Me di cuenta que no es tan mala como creía.

Dicho aquello, el hombre no pudo evitar dejar espacar unas risitas para después disculparse por ello.

-¿Tu madre? ¿Una persona mala? ¡JA, JA! estás en lo cierto. Tu madre tiene un corazón muy sencible. Te aseguro que ahora mismo está preocupada porque no estás en casa.

BeomGyu sonrió al escuchar que aquel hombre, verdaderamente era el que estaba buscando durante todo el día.

-Cierto. Pero el abuelo debería cubrirme.

-Te llevaré a casa. ¿Siguen viviendo en aquel departamento de trece pisos?.-BeomGyu asintió contento de que en verdad aquel hombre siguiera recordando la dirección, a pesar de los años.

Caminando junto a él, subieron a un automóvil negro. Debido a que era de noche, no supo diferenciar el modelo del auto y mucho menos el año. Pero por como se veía su interior podía deducir que se trataba de un vehículo del 2017. No tan nuevo, ni viejo.

BeomGyu pensó que el camino sería incómodo e incluso silencioso, sin embargo su padre estaba muy dispuesto a hablar. (lo contrario a su madre).

-Y... ¿Por qué te confesó todo recientemente?.

-Se lo pedí.-Habló nervioso, ya que en cierto sentido, quería ocultar la verdad de su capricho o amenaza tonta.-Tuve que insistir mucho. E incluso, el abuelo me lo tuvo que comentar, porque al parecer mamá quedó muy dañada desde que te fuiste y no quería saber nada de ti.

-Lo recuerdo perfectamente.-Un silencio que duró el mismo tiempo de un semáforo en rojo se presentó en aquel momento, cuando cambió a la luz verde, volvió a hablar mostrándose indeciso al escoger las palabras adecuadas para responder lo que su hijo había dicho.-Yo, también sufrí mucho. Y debido a eso, no volví a casarme. El amor que le tenía a tu madre, era inmenso.

-¿era?. Yo creo que mamá te sigue amando. ¿Tu... La amas también?

-Son temas delicados, ¿Sabes?. Estoy seguro de que cuando te enamores, podrás entender mejor la situación.

Enamorarse... BeomGyu necesitaba enamorarse.
Recordó el día en que fue a la playa con Hitomi y lo comparó con el día en que TaeHyun comieron un helado juntos, o cuando, él y TaeHyun habían tenido su momento en el bosque, o aquella noche en que durmieron juntos e incluso aquella escapada que ambos se dieron. La diferencia era enorme. En una sonreía como bobo, y en la otra, solo hacía una mueca de desagrado.

-Te quedaste callado. ¿Estás enamorado?.

-¿Qué?.-Respondió aterrorizado de lo obvio que se había visto.-Yo...no lo sé.-De esta manera quedó en silencio escuchando la risa que soltaba su padre.

-Y dime... ¿Ella te mandó a buscarme o lo hiciste por tu propia cuenta?.

-En definitiva lo hice por mí. Quería conocerte y saber como eras. Creí que serías feo. Pero me doy cuenta de que no. ¡Eres guapo, como yo!.-Dicho aquello el hombre simplemente soltó una carcajada.

La carcajada finalizó en el momento que el auto se detuvo, así mismo se unió el grito de una mujer desesperada.

-¡BEOMGYU!.

-Al parecer te buscan, deberías ir.

-¿Te volveré a ver? Por favor. Vuelve con mamá. Te aseguro que soy hijo de ambos.

-Pero si tu fuiste quien me pidió que, me fuera de esa casa.

BeomGyu iba a bajar del auto, pero al escuchar aquello simplemente se quedó quieto con la puerta abierta. Giró su rostro estando confuso a mirarlo.

-No entiendo. ¿A qué te refieres con que fue mi culpa?.

-No fue tu culpa. ¿Acaso no lo recuerdas?. Tu gritabas "aléjate de mí", no querías que te tocara. Decías que no era tu padre, después tu físico me lo confirmó.

-BeomGyu. ¿Por qué no contestas mis llamadas?.-La voz de una mujer se presentó en aquel instante. Mirando al adulto que acompañaba a su hijo.

Mi Pequeño Fraude (TaeGyu) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora