I Am Here For You

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Ya había pasado una semana desde la muerte de Ford, y sólo uno de los gemelos Pines había vuelto a ser la misma de antes, la castaña se había recuperado de su muerte bastante rápido mientras que el castaño seguía sin poder dormir por las noches, sus pesadillas no cesaban ni una noche, cada día deambulaba por la cabaña sin un rumbo o destino, únicamente paradas rápidas cosas como tomar comida/ ir al baño, por las noches salía a escondidas al bosque para ir al lago y apreciar la bella luna iluminando tenuemente la noche con su esplendor, lo más peculiar a su parecer era que cada vez que estaba ahí sentía esa calidez rodearlo y a veces podía sentir besos en su frente, de vez en cuando tenía la sensación de que alguien le tocaba su trasero, pero no parecía importarle lo que le pasara de ahora en adelante, de igual forma ahora era la propiedad de un demonio, que sentido tendría poner resistencia el día que lo rapten? Había aceptado completamente su nuevo destino.

(...)

—ahí iba un castaño caminando de un lado a otro con unas ojeras tan oscuras que parecían ser maquilladas, su esponjoso cabello castaño desordenado y su piel pálida de tanto estar encerrado— que sucede tío Stan?—pregunto entrando a la tienda de regalos donde su tío lo había llamado—

—Dipper, sé que sigues triste por su muerte, y que no quieres salir por ningún motivo pero, necesito que alguien vaya al supermercado a hacer las compras, yo tengo que trabajar y tu hermana me está ayudando—dijo Stan desde la caja registradora mientras atendía a algunos turistas que habían comprado sus baratijas—

—el castaño suspiro con pesadez, realmente no quería salir de su cueva, pero debía hacerlo, extendió la mano y trató de esbozar una sonrisa que pareció más una mueca que otra cosa—dame el dinero y una lista—dijo con una voz débil, quien diría que mantenerse en silencio tanto tiempo afectaría sus cuerdas vocales—

—Stan le sonrió al castaño mientras le daba su billetera y señalaba al interior de la cabaña—en la puerta del refrigerador esta la lista, en mi billetera hay 500 dólares, compra las cosas y toma cien para ti, cómprate algo bonito talvez una gorra diferente—habló con una sonrisa viendo al castaño mientras antedia a los clientes, el Stanley Pines avaro, tacaño y materialista había sido cambiado por uno más tranquilo y algo consentidor—

—deja me cambio y cepillo el cabello, luego me voy—dijo el castaño, el mayor sólo asintió y luego siguió con su labor—

En el pasillo por el cual el castaño caminaba pasó su hermana a su lado, él sólo le pasó de largo, no quería una charla motivacional de parte de su hermana, no otra vez, podría llegar a ser molesta de vez en cuando, al entrar en la cocina tomo la lista, se arregló un poco y luego se fue al pueblo para hacer las compras, vestía un pantalón de mezclilla color azul, un abrigo negro por sobre una de sus camisas rojo manzana, estaba lloviendo un poco por lo cual no había llevado su teléfono y llevaba la capucha de su abrigo puesta, al entrar al supermercado tomo un carrito e iba leyendo la lista mientras metía el cereal en él, soltó un suspiro de cansancio, había olvidado cuando fue la última vez que pudo dormir una noche completa, estaba en la sección de lácteos, tomo la leche descremada pero no el yogurt, la razón? Estaba demasiado alto para él, por más que se ponía de puntitas no alcanzaba el maldito yogurt, soltó un suspiro decepcionado y estaba a punto de irse cuando una voz lo hizo parar.

—¿cual quieres?— dijo el rubio de antes detrás del castaño, tenía una sonrisa un poco coqueta mientras cubría uno de sus ojos con su rubio cabello—

—bueno, necesito más de uno, espero que no sea una molestia—dijo el castaño y el rubio negro con la cabeza manteniendo su sonrisa—pues, seria uno de frutas, dos de arándanos y uno de fresa—dijo con un pequeño sonrojo viendo a los amarillentos ojos del más alto—

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