LOOK AT ME (songfic Bakudeku/Tododeku)

PARTE ÚNICA

Todoroki estaba cansado, seguir a Mina hasta ese ruidoso club nocturno no fue buena idea y lo estaba lamentando.

Debía intentar ser más expresivo cuando no estaba de acuerdo con algo, pues por lo visto la única persona que sabía interpretar correctamente el silencio del "sí" y el silencio del "no" después de una pregunta era Midoriya, quien no había podido acompañarlo debido a sus próximos exámenes. Maldición, cómo le gustaría estar sentado frente al pecoso viendo las muecas extrañas que hace cuando no entiende algún tema de estudio y no en ese incómodo lugar lleno de ruido, desconocidos y olores no del todo agradables.

Pero al mal paso darle prisa, ya habían pasado las 3 horas que amablemente decidió dejar pasar para que su argumento de estar muerto de sueño convenciera a su amiga y por fin lo dejara ir; así que antes de poner en práctica su plan bien elaborado, primero iría al baño para mojarse un poco el rostro y el cabello y poder aparentar que había bailado hasta el agotamiento y por eso estaba empapado en sudor.

Abriéndose paso entre la multitud alocada, al tratar de ver la hora en su teléfono un grupo de alborotadores lo echó a un lado descuidadamente provocando que el aparato cayera al piso, y con un humor de perros, se agachó lo más rápido que pudo para evitar que la pantalla fuera apuñalada por todos los tacones que aporreaban el piso con fuerza. Soltó un suspiro cuando tuvo el celular intacto en su mano, pero cuando trató de ponerse nuevamente de pie, algo llamó su atención.

No había visto esos distintivos zapatos deportivos en otra persona que no fuera él. Rojos, agujetas negras y suela blanca, los logró ver gracias a las parpadeantes luces que brillaban al ritmo de la música, pero no podía ser, eso era imposible. A estas horas él debía estar dormido o tomando un té después del estudio, ¿qué iba a hacer Midoriya en ese lugar cuando claramente le dijo que estaba hundido en tareas? Una simple coincidencia, debía ser eso. Y una vez convencido, al momento que se incorporaba echó un vistazo al dueño de ese sello distintivo para sacarse de dudas, congelándose nuevamente al mirar la escena completa.

Aquel cuerpo se balanceaba libremente, vistiendo una playera negra ceñida al cuerpo y unos pantalones de mezclilla, con una mano se sujetaba del hombro de su acompañante, que estaba a sus espaldas y tenía ambas manos en la pequeña cintura, mientras la otra peinaba esos rizos verdes, ya húmedos por el sudor. Su rostro se coloreaba con las luces del lugar, ojos cerrados, una sonrisa que jamás le había visto, entre coqueta y divertida, adornada con esas adorables pecas. Sin duda era Midoriya.

La canción cambió a una más sensual y el otro chico giró el cuerpo del ojiverde para pegarlo contra sí, provocando que su amigo riera y rodeara el cuello ajeno con ambos brazos. Bailaban tan apretados, pecho contra pecho, caderas moviéndose con sincronía, contoneándose, restregándose. Ni en sus sueños más extraños se hubiera encontrado con una escena tan bizarra como esa. Y caliente.

Sintió la garganta seca e intentó tragar, fue ahí cuando trató de ver quien era el otro sujeto.

¿Pero qué demonios hacía él con Izuku?

El usual rubio agresivo y gritón en esos momentos no despegaba la mirada de su amigo, dando el tiro de gracia cuando lo empezó a besar. Según recordaba esos dos se conocían desde la infancia, y los encuentros que había presenciado se limitaban a miradas de desprecio e innumerables "Maldito nerd de mierda" o "Deku inútil" a los que el peliverde respondía con sonrisas incómodas y un "Kacchan siempre ha sido así". A Shoto le impactaba que los dos se llevaran tan bien como para que el rubio apretara sin ninguna pizca de vergüenza el trasero del otro.

Todo era muy confuso, y entre tanto ruido y tanta gente, no sabía si se comenzó a sentir sofocado por todo el ajetreo o por lo que acababa de presenciar, apartó la vista un momento de los dos chicos que seguían comiéndose a besos. Su mente estaba en blanco y un sudor frío cubrió su frente. ¿En verdad ese era el mismo Izuku que él conocía? Aunque la posibilidad fuera casi inexistente, ese pudo haber sido un chico extremadamente parecido a su amigo, el cual tenía un novio también muy, muy, muy parecido a ese tal Kacchan, o incluso podía tratarse del hermano gemelo de Midoriya, y por ende también conocía al rubio y de amigos de la infancia pasaron a una relación romántica. Fuera lo que fuera, no era momento para idear una teoría extremadamente conveniente para evitar que sufriera un colapso mental, pues ahí estaban, un inusual calor en el cuerpo y el zumbido extraño en sus oídos cuando se sentía de lo más confundido; pronto lo único que pudo escuchar fue la música.