04-. La mejor novia

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La mañana había amanecido totalmente soleada y eso eran buenas noticias ¿Por qué? Porque Dio no saldría de su habitación en todo el día y eso realmente era un alivio.
Un idiota menos que soportar.

Sí Kars no hubiese alcanzado la perfección y fuera alérgico al sol, entonces las cosas serían doblemente buenas.

—Kira ya he terminado de limpiar la cocina ¿Quieres que haga algo más? —Doppio era el único que se preocupaba por apoyar en los labores, siempre era amable y servicial, sumado a esa carita de ángel, era el único en toda la casa al que todos le tenían cierto aprecio, o por lo menos no lo odiaban

Dio nunca se metía con él, no decía absolutamente nada de Doppio, al menos que quisiera molestar a Diavolo, lo mismo aplicaba con Kars, y, aunque una vez trataron de comérselo, su carita preciosa los hizo desistir, y caer hacia atrás con un dolor en el pecho, pues sus corazones no aguantaron la belleza celestial que desprendía el pequeño pelirrosa.

Valentine, Pucci y él mismo, eran personas más tranquilas y civilizadas, así que tenían conversaciones calmadas o simplemente se repartían las tareas del hogar con él.

Diavolo lo adoraba.

Y Diego... bueno, él solo es una mascota, su opinión no cuenta.

Todo apuntaba a que hoy sería un gran día, Kira saldría hoy a visitar el parque ya que había pasado un tiempo desde la última vez que tuvo una cita con alguien, tal vez hoy podría conocer a una bella chica con manos hermosas, saldrían juntos, pasarían lindos momentos hasta que se pudiera y tuviera que reemplazarla por otras manos. Realmente acá no tenía nada de que preocuparse por matar a una mujer, el lugar donde vivían era un nido de impunidad y corrupción, los cadáveres en la calle eran parte del paisaje tercermundista.

Lo único malo eran los constantes problemas con asaltantes, policías en busca de sobornos y la pirotecnia a altas horas de la madrugada que asustaba a Diego. Fuera de eso todo era perfectamente tranquilo y no tenían problemas, excepto por aquella ocasión en que unas prostitutas confundieron a Diavolo y lo agarraron a golpes entre todas por pararse en su esquina.

Él solo estaba esperando el autobús.

Vivir ahí tenía sus ventajas y desventajas, pero ninguna desventaja era tan mala como tener que soportar a Dio y Kars en casa todos los días.
Sí tan solo pudiera hacerlos estallar con Killer Queen.

—Esta noche llegaré tarde así que te encargo la preparación de la cena, Doppio—pidió el fetichista de manos mientras se acomodaba el sacó y los zapatos—Procura tener todas las ventanas y fuentes de luz abiertas durante el día, así por lo menos mantendremos a DIO en su habitación, si Pucci intentá poner las cortinas lanzale el crucifijo a la cabeza

—Entendido, que tenga un buen día señor Kira—Doppio lo despidió en la puerta y regresó a hacer su deberes en el interior de la casa.

Kira Yoshikage había conseguido un buen empleo en una oficina donde lo trataban bastante bien solo por ser guapo y rubio, su paga era lo suficientemente buena para cubrir sus gastos y darle regalos lindos a sus novias. Kira caminó por aquél parque, visualizando a cada mujer que ahí había: chicas de todas las edades, desde pequeñas niñas, adolescentes y mujeres que pasaban por una edad más adulta, esas eran su objetivo. Pronto su atención se dirigió hacia una chica bastante bonita que corría junto a su perro por el perímetro del parque, haciendo ejercicio por supuesto, su rostro era bello pero sus manos eran aún mejores, se notaba que se había hecho manicura el día anterior, o quizás esa misma mañana.

Yoshikage comenzó a seguirla hasta la parte más arboleda, una vez ahí actuó rápido y asesinó tanto a la mujer como a él perro, dejando intactas únicamente las hermosas manos de aquella mujer.

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⏰ Última actualización: Feb 29 ⏰

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