Discusiones

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El entrenamiento había finalizado, se podía escuchar las voces de aquellos que se habían quedado hasta ese momento y como hacían jaleo para tomar sus cosas para así retirarse a sus hogares. La relativa tranquilidad que había en el gimnasio fue interrumpida por la voz de la única chica dentro del lugar, la manager del equipo masculino de básquet, Momoi Satsuki. La linda pelirrosa se encontraba detrás de su amigo de la infancia, Aomine.

—Dai-chan, ¿Cómo pudiste olvidarlo? —exclamo la joven en tono preocupado.

—No sé Satsuki, lo olvide y ya. —respondio el moreno, riendo. En seguida llegó un rubio a meterse a la conversación.

—¿Eh? ¿Qué pasa Aomine-cchi, Momoi-cchi? —la última mencionada lo volteo a ver para responder adecuadamente.

—Dai-chan olvidó su paraguas. —enseguida el de ojos dorados volvió a preguntar.

—¿Paraguas?

—¿No viste el reporte del clima, Ki-chan? Hay probabilidades de lluvia.

—¡¿Eh?! ¿En serio? —Kise no tardó en quejarse. —Ahora que haré. . . ¡Ah! Midorima-cchi tú tienes un paraguas para ti al menos déjame cerca de casa.

—Kise debo de recordarte que vamos en direcciones contrarias. —contesto sin dudar el de cabello verde, acomodando sus lentes. —Además, ¿cómo pudiste olvidar el tuyo?

—Bueno me levanté tarde así que salí corriendo de casa, no me dió tiempo de ver el pronóstico mucho menos de tomar el paraguas, ¿cómo sabría? —replico el rubio. —Entonces. . . Akashi-cchi tú siempre traes uno pero regresas en auto, ¿no?

—Si, pero una chica de primero tuvo un problema con el suyo, así que le preste el mío. Lo siento. —respondio tranquilamente el aludido.

—He, como se esperaba de un caballero. —dijo en voz baja el modelo. Al tener la respuesta volteo a ver a su última esperanza. Se quedó mirando fijamente al más alto del equipo hasta que esté le devolvió la mirada y respondió con su usual tono arrastrado.

—No te daré de mis dulces Kise-chin. —conclusion errónea.

—No es eso, Murasakibara-cchi. —resoplo el rubio. —¿Tú no tendrás un paraguas?

—Ah. . . Yo uso un impermeable así que no. —respondio el de cabellos violeta, y cuando pareció que había acabado termino por añadir de manera casual. —Si usará un paraguas no podría comer dulces.

—Eso. . . no creo que deberías ir comiendo en la calle de hecho. —contesto resignado el de ojos dorados.

—Kise-kun. —escucha clara y repentinamente la suave voz del chico fantasma justo detrás suyo provocando que diera un pequeño salto y un gritito.

—¡AH! No me asustes así Kuroko-cchi.

—No fue mi intención. Quería saber si quieres que te acompañe a casa. —contesto de manera inexpresiva el de cabellos celestes.

—Eh, ¿no te molesta? —pregunto el rubio.

—No, igual vamos casi en la misma dirección.

—Pero no separamos casi a la mitad. —comento el modelo.

—Planeaba pasar cerca de un tienda que está de paso. —contesto de manera tranquila el de ojos color cielo.

El rubio ya llevaba un par de meses en el club así que se sentía cómodo en el equipo. Todos podían ver la buena o respetuosa relación que tenía con casi todos, en especial con el sexto hombre pero el modelo, aún con la admiración que demostraba por el otro, seguía recordando la actitud que tuvo con el de cabellos celestes cuando era un recién llegado y debido a ello no podía evitar sentirse avergonzado algunas veces. Cómo en ese momento, así que siguió buscando excusas para no molestar al más bajo.

Let's Win Together! Kuroko no Basket Week 2020Donde viven las historias. Descúbrelo ahora