Juguemos

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ADVERTENCIA:
Sutiles spoilers de la tercera temporada.

ACLARACIONES:
Está parte se divide en dos drabbles de no más de 500 palabras cada uno.
El primero se enfoca en Ogiwara. Reinicio.
El segundo se enfoca en Nijimura. Futuro.

Reinicio.

Podía mirar un par de ojos de dos colores distintos, uno rojo y otro dorado. Estos lo miraban desde arriba, casi con desprecio, diciéndole lo muy por debajo que se encontraba.

Al otro lado se podía encontrar con cuatro pares de ojos de colores totalmente distintos. Dorado, azul oscuro, verde claro y violeta. A pesar de ser diferentes, todos mostraban lo mismo. Nada. Lo pasaban totalmente de largo, ignorando su existencia, como si no fuera más que una pequeña piedra fuera del camino.

Recibió un golpe al examinar el marcador y ver la abismal diferencia.

111-11

A lo lejos, en el extremo más apartado, observo un último par de ojos, del color del cielo de esos que podrían reconfortar a cualquiera. Excepto que en ese momento ese par celeste solo le miraba con el peor sentimiento de todos. Pena. Era lo único que reflejaban.

Ah, eso dolía en verdad.

El joven castaño despertó totalmente agitado en medio de su cama, su respiración era errática, sus pensamientos iban a gran velocidad y un par de gotas se deslizaban desde sus ojos, deslizándose por su rostro y cuello, dejando un camino a lo largo hasta perderse en la camisa de su ropa de dormir.

Las lágrimas caían justo como en aquel momento.

Aquel día en dónde se podría considerar en que recibió el peor golpe de su corta vida. Cuando no hizo más afrontar, a la fuerza, el hecho de que había perdido y de la más horrible manera posible en su deporte favorito. Ese que compartía con su mejor amigo de la infancia. El que fue la razón por que se conocieron y también por el que llevaban tiempo separados.

Sin embargo, después de tener la misma pesadilla por, tal vez, enésima ocasión y en el periodo de tan solo seis meses, ha llegado a una absoluta conclusión.

Las miradas que recibió aquel día y el impactante marcador le provocaron un fuerte dolor.

Pero por encima de ello hay algo que le molesta aún más. La frustración, decepción que siente consigo mismo no hacía más que revolver sus entrañas.

Sabía que antes de ese partido su mejor amigo se estaba esforzando y aún así se sentía insuficiente, pero seguía dando todo de sí.

El pensamiento de que aquel día el primero en rendirse, en huir fue él mismo lo dañaba, le causaba el suficiente asco y vergüenza como para querer enterrar su cabeza bajo tierra y no volver a mostrarse.

Pero no.

Ha tomado una decisión. Esa noche sería la última en que lloraría en la soledad  y oscuridad de su habitación, sintiendo compasión por si mismo.

Era joven. Cualquiera tenía uno o dos tropiezos en la vida. No anhela ser un profesional o convertirse en el mejor jugador del mundo. Solo quiere pararse en la misma cancha que su mejor amigo y enfrentarse a él. Desea, con todas sus fuerzas, volver a reír mientras juega su, aún, deporte favorito.

Para poder lograr esos objetivos sabe que debe hacer.

Reiniciar.

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Futuro

Sus oscuros ojos se encontraban deslizando su mirada por la hoja, analizando el contenido escrito en ella. Al parecer lo de su padre no era tan grave como para ser considerado mortal. Sin embargo era lo suficientemente serio para que su manera de vivir necesitará ser ajustada, sin contar el hecho de que su progenitor se movería a los Estados Unidos para recibir el tratamiento adecuado.

Aún con esas no era necesario que el como su hijo lo acompañará, su hermano se había ofrecido para hacerle compañía en su estadía al otro lado del mundo. Pero para el era suficiente para sentir que debía abandonar el club de basquetbol y por lo tanto su puesto como capitán para cumplir con la autoimpuesta responsabilidad para con su familia. Aunque si era totalmente sincero consigo mismo, la verdadera razón para dejar el equipo era otra.

Los chicos que conformaban su equipo aquellos de primer grado que conoció durante su segundo año, es decir Akashi, Murasakibara, Aomine, Midorima y Haizaki, a quienes llegó a conocer en su último año en el club y preparatoria refiriéndose a Kuroko y a Kise, eran realmente talentosos. A su manera, todos y cada uno de ellos tenía habilidades únicas, tal vez insuperables, de verdad impresionantes. El talento natural, y el esfuerzo por parte del más bajo del grupo, era algo que nadie podía ignorar. Sus capacidades eran tan asombrosas y crecían a gran velocidad que era cuestión de tiempo, tarde o temprano esos jóvenes le superarían.

Sabiendo eso tenía algo muy en claro era cuestión de tiempo que llegara el momento en que el no les podría hacer frente y por tanto aún dando su mejor esfuerzo no los podría controlar. Por eso decidió dejar el equipo y sugirió a quien creía más apto para dirigirlo, Akashi. Sí. Tal vez era cobarde e irresponsable de su parte huir y dejarle la responsabilidad a alguien menor, aunque sea solo por un año, que él. Pero pensaba que era lo mejor. El de ojos rojos tenía todo, la inteligencia, astucia y habilidades adecuadas para tomar el mando de ese grupo.

Nada más tomo la decisión se lo anunció a el entrenador y al joven que tomaría su lugar. Fue relevado de sus funciones de capitán y como miembro del equipo. Al momento sintió como un peso había sido quitado de sus hombros.

No fue más de un año después que el sentimiento de extrañar el sonido del balón rebotando en la cancha, la sensación de mover su cuerpo alrededor de esta y lo más importante, el recuerdo de aquel grupo de jóvenes que actualmente llamaban la generación de los milagros, lo golpeó.

Esperaba volver a encontrarse con ese grupo desde el tranquilo Akashi, pasando por el joven fantasma Kuroko, el último integrado Kise e inclusive el problemático Haizaki. A todos los extrañaba.

Su mayor deseo era volver a jugar junto a ellos y ver cómo habían crecido. Estaba seguro, y de eso se encargaría, que algún día lo conseguiría.

 Estaba seguro, y de eso se encargaría, que algún día lo conseguiría

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Y llegué al último día, mas temprano que los otros porque la inspiración me llegó a medianoche. No creí que conseguiría llegar al final sin saltarme ni uno, pero lo hice ✊

Los dos drabbles de aquí los escribí casi con el mismo sentimiento y tal vez se hallan dado cuenta. Eso es porque eso es lo que creo que pensaron cada uno.

Añadiré una última parte a la historia pero solo serán datos extras o ideas que se me ocurrieron mientras escribía cada una de las partes. Por si les interesa.

Ya no me alargó más.

Espero que les haya gustado el libro ❤️

Nos leemos en los siguientes.

Let's Win Together! Kuroko no Basket Week 2020Donde viven las historias. Descúbrelo ahora