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El juego

"A veces lo que estás buscando llega cuando no estás mirando en absoluto"

Todavía estaba de pie en medio del salón de recepción. Namjoon y Hoseok propusieron salir a tomar un poco de aire fresco, pero les pedí que me dejaran en paz por un tiempo.

Pero, no estaba solo en absoluto.

El Tigre Negro no se fue, aunque todos volvieron a su trabajo, él se quedó. Estaba sentado en una pequeña mesa de café junto a la puerta de entrada. A veces lo veía mirar fijamente, especialmente cuando no podía controlarme otra vez y empezaba a llorar. Sorprendentemente, me calmó.

El apuesto oficial de policía me arruinó el día. Mientras aún me cuesta olvidar el incidente, tuvo que recordarme que soy un monstruo que merece pasar el resto de su vida en la cárcel... o morir.

No pude decir nada porque tenía razón, maté a dos jóvenes que aún tenían metas y una vida por la que luchar. Los privé de trabajar duro para tener éxito y hacer felices a sus familias. Todo por mis estúpidos celos e ira.

Sentí mi pecho apretado, me dolía tanto que no podía respirar bien. No es la primera vez que me pasa, solía tener estos ataques de vez en cuando desde que era más joven.

Mi médico me enseñó cómo tratar mi ataque de ansiedad sin la ayuda de nadie. Siempre debo cerrar los ojos y respirar profundamente, además de eliminar todos los pensamientos negativos de mi mente.

Cuando abrí los ojos, vi que me miraba fijamente. Parecía preocupado, o no. Estaba preocupado por mí. Pude ver que me miraba para asegurarse de que ahora estoy bien.

Todavía no puedo creer cómo los otros agentes pueden odiar a alguien como él. Sé que no habla con nadie y que a veces puede actuar de manera grosera, pero la gente como él raramente existe. Sólo unos pocos fueron amables conmigo antes. Por supuesto que mi novio y mi mejor amigo eran las personas más amables conmigo, sin olvidar a mi madre. El resto me ignoró desde el día en que supieron que era gay.

Qué mundo tan cruel.

Era el momento de la sesión de entrenamiento diaria con Jungkook, así que tenía que ir. Lo miré fijamente y le di una pequeña sonrisa y rápidamente dejé el salón. Caminé por el pasillo, con mis mejillas ardiendo como el fuego. Quiero decir, sólo le sonreí, ¿por qué demonios me estoy volviendo tímido?

Corrí a los dormitorios para agarrar mi bolsa de gimnasia y me dirigí a la sala de entrenamiento.

"Hey, Kook, ¡perdón por llegar tarde!" Tiré la toalla y la botella de agua al suelo y me uní al entrenador que me esperaba frente a la banca.

"No hay problema", sonrió. "¿Estás bien? Tae hyung me contó lo del oficial."

"Sí, estoy bien." Froté la parte de atrás de mi cuello. "Me asusté de seguro." Me reí entredientes, "Pero confío en Namjoon hyung."

"Y tienes razón en confiar en él." Jungkook asintió mientras ajustaba los pesos de la máquina. Pude ver que sumó unos kilos más, pero no debería quejarme porque noté cómo mi cuerpo iba cambiando gracias a él y me gusta.

"Diez series y cinco repeticiones en esta, ¿de acuerdo?" preguntó.

"¡Mierda, no!" Me quejé. "¿No es demasiado?"

"Oh sí." Él rió. "Tienes la habilidad de hacerlo, así que no seas perezoso, hyung."

"Aish." Puse los ojos en blanco y le di un puñetazo en el brazo cuando lo vi reír. Jungkook y yo nos acercamos más gracias a nuestras sesiones diarias. Llegué a conocer más cosas sobre él, como su gran pasión por el canto y el baile. También hablamos mucho de Busan y de todos los lugares que nos gustan para pasar el rato.