┊Capítulo uno

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“Cuando la muerte llegue ya no estaras tu, si ella está, tu seguiras siendo” ¿Por qué tenerle miedo? Según Epicuro, no hay que temerle a la muerte porque es la ausencia de sensaciones de la vida, nos preocupamos por la ausencia de ellas. Temerle a la muerte no es otra cosa que creerse sabio sin serlo; pues es creer saber lo que uno sabe o no sabe, o puede ser que no sea precisamente miedo a la muerte, sino más bien, miedo al sufrimiento o miedo a la pérdida de los seres queridos, pues nadie conoce la muerte, ni siquiera si es precisamente el mayor de los bienes, pero le temen como si supiera con certeza que es el peor de los males. 
Epicuro busca la ataraxia, que es la ausencia de miedos, cuando dejemos de estar aterrados por estos mismos, podremos ser felices. Nos dicen “No tengan miedo a la muerte, vivir con miedo no es vivir, mientras todo muere, tu sigues aquí” No obstante, no hay miedo, hay tranquilidad. 

Una exposición de ciencias llegó a Southwood, una hermosa ciudad a una hora Falltown, que por cierto las diferencias eran demasiadas como para no comparar, el pueblo Falltown, o quizás de la muerte, de la mala suerte o de la neblina carmesí, hay tantos nombres enigmáticos que suele tener, y lo comprendía, el miedo era normal cuando vivias ahi; los veranos eran largos, solitarios y estresantes, en cambio, el invierno era peor, la neblina arropaba al pueblo, y todas las mañanas los rastros sangrientos de personas desaparecidas se hacían presentes, el turismo no es normal ¿quien vendría al pueblo por gusto? es un pueblo sin color, donde la gente parece enferma por lo pálidos que suelen ser sus habitantes, el mal clima y los horrores ocultos que los de clase alta como el gobernador trata de ocultar por un bien inexistente. 

Hasta ahí todo puede ir fantástico, de no ser por ese encuentro que me hizo cambiar mi destino, solo por unos insignificantes dulces de una tienda de veinticuatro horas. 

—Es curioso que nos veamos de nuevo después de que hace exactamente tres días hayas prometido que no volverías a hacer esto, Sam.

—¿Verdad? Creo que esta sucediendo de nuevo, los demonios invaden mi cuerpo y me hacen hacer atrocidades de las que estamos seguros que jamas haria, oficial.

Un pesado suspiro fue suficiente para dar a entender que estaba hasta la coronilla de mis palabras y acciones que me llevaran seguido a la estación de policía, de seguro ya tenía como veinte votos por parte de los vecinos y comerciantes para que me encerraran o algo por el estilo. 

—¿No piensas dejar de hacerlo? Esto no es bueno para ti, y bien lo sabes, desperdicias buenos momentos y cosas que necesitas, has sacrificado el dinero de tus estudios por idioteces que no son para tu bien, Sam. 

Hubo un silencio, no iba a decir que me arrepentía de hacerlo, robar quizás era malo, la adrenalina que sentía al hacerlo era mucho mejor que cuando corría de mis hermanos en espera de que no me dieran un buen golpe que me dejara internado en el hospital. Robar era malo, pero el significado de ‘malo’ perdió el sentido desde hace mucho tiempo. Lo perdió desde la llegada de mi padre a la casa, desde que nos condenó a todos a vivir en la miseria, así que, era inevitable, robar era más bien un impulso por mi bien.

El oficial Cooper era diferente a los demás, bueno, tenía su motivo principal, el amor de mi madre antes de que a mi padre le aceptara el anillo de compromiso, ellos en realidad se amaban el uno al otro como verdaderas almas gemelas. Sí, muy lindo, lleno rosas y chocolates, pero repugnante de tan solo pensarlo, claro que hubiera preferido mil veces a Evans Cooper que al idiota de mi padre. Quizás y esa era la única razón por la que solo me tratara bien, pero también desde un punto lo he sentido tan cercano a mi, desde que tengo memoria él siempre ha estado salvando nuestros traseros de mis incompetentes travesuras. 
Le tengo cariño a Cooper, fue una figura paterna cuando mi padre desapareció durante años, recuerdo con nostalgia aquellas salidas fallidas en los domingos cuando íbamos a ver los partidos de Baseball. 

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⏰ Última actualización: Sep 24, 2021 ⏰

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Cuando el infierno nos llame Donde viven las historias. Descúbrelo ahora