Capítulo 16

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Era domingo; el día del baile. Habían pasado casi ocho días desde el robo —Si podías llamarlo de esa forma, pues básicamente no había sido más que una intrusión. — Y todavía la familia Cabello no había recibido ninguna respuesta o pista de lo que había sucedido en su casa mientras ellos no estaban. Matthew no recordaba mucho de ese día, había tenido una especie de contusión. Nada muy grave, pero lo suficiente como para causarle tres días de reposo y una venda en la cabeza por dos semanas. A Camila le hacía gracia que tuviese que ir al baile con la cabeza vendada.
Aún no sabían si faltaba algo en la casa que pudiesen haberse llevado. O no estaban seguros. Pero todas las cosas de valor seguían en su lugar, la radio, las joyas de su madre, su anillo de matrimonio, el dinero, las cosas del café. Todas estaban donde debían estar. Si algo faltaba, era tan mínimo que no habían tenido tiempo de fijarse aún. Camila estaba un poco asustada. Creía que algo así sólo podía ser por motivos personales. Quizás su padre tenía que ver, además de su forma violenta de reaccionar al saber que su casa había sido asaltada, Alejandro era un hombre bastante serio y amenazante, no hablaba mucho de su trabajo, de hecho, Camila apenas podía recordar cuál era su profesión, así que aquella intervención la hacía sospechar. No quería decir que su padre fuese una mala persona, pero si se enterase de que un montón de gente con malas intenciones quería algo de su padre, no estaría realmente sorprendida.

Su primera semana siendo la novia —falsa — de Matthew había transcurrido particularmente lento, pero no tenía demasiado de lo que quejarse. El chico siempre había sido igual de engreído, igual de insistente e igual de molesto. La diferencia era que ahora no podía recordarle lo molesto que era cada vez que se le daba la oportunidad. Debía sentarse y sonreír como una muñequita. Como algo de colección que le pertenecía a aquél hombre. Había sido un infierno lograr convencerlo de que no era necesario ir a recogerla a casa de Lauren todos los días. No podía imaginarse cómo sería vivir el resto de su vida de esa forma si llegase a casarse con él. Se le hacía tortuoso estar con alguien a quien no le interesaba su opinión, sus gustos y que sobre todo no respetaba su manera de pensar. Era como ser una pared. Era una de las razones por las que Lauren era tan especial para ella, siempre tan atenta, siempre hablándole de cosas interesantes, siempre preguntándole como se sentía sobre las cosas y diciéndole como se siente también, siempre preocupándose por ella como de sí misma. Estar en una relación con Lauren era lo más cómodo y dulce que podía pedir.

Estaba particularmente ansiosa por ver el vestido de Lauren en el baile, y por supuesto también de asegurarse de que el suyo fuese lo suficientemente bonito como para impresionarla también. Odiaba no poder ir a ese baile con la persona que amaba en realidad, odiaba no poder lanzarse a sus brazos en el momento que la viese y decirle lo preciosa que se veía. Pero de todas maneras, aquél coqueteo indirecto y secreto que tenían cada vez que alguien más estaba presente la hacía sentir un cosquilleo en el estómago que no le disgustaba en lo absoluto. A veces era tan sólo una mirada de la ojiverde que recorría a Camila de pies a cabeza, y hacía su corazón latir tanto que creía que iba a explotar. Otras veces, aquella caricia juguetona entre sus manos cada vez que Lauren le pagaba el café. O cuando se llamaban “Señorita Camila” y “Señorita Jauregui” e inmediatamente sonreían por la formalidad. Todas esas cosas hacían que Camila sintiera que flotaba. Y jamás podía tener suficiente. Aquél domingo no habían tenido clases, pues el baile sería por la noche y ambas necesitaban prepararse. Todo el pueblo debería estarse preparando. Y Camila estaba muy impaciente, pues Lauren no la había dejado espiar su ropa antes de ese día.

—¿A dónde vas? —Le había preguntado días atrás, porque se había levantado de la cama.

—Oh, a ningún lado. —Camila dijo en un tono melodioso y juguetón, mientras se acercaba como un gato astuto al clóset de Lauren.

hold me while you wait; camren.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora