-¿Estás segura de que puedes manejarlo? Mi madre no es nada fácil de tranquilizar.
-Decuida, Mila. -Respondió Dinah mientras limpiaba el mostrador de forma despreocupada. -Tu madre y la mía están bastante ocupadas con su reunión de tejidos en mi casa como para notar tu ausencia.
-¿Y qué pasa si vuelve a casa antes que yo?
-Le diré que nos faltaba azúcar o harina y que fuiste a comprarla.
Camila se mordió en labio en un gesto pensativo, mientras movía su pie derecho de un lado a otro en su lugar con impaciencia.
-No lo sé, Dinah. Creo que será mejor esperar hasta mañana.
-¿Es una broma? Ya pasaron tres días desde que Lauren estuvo aquí, las aguas se calmaron, tu madre no está; es el momento perfecto para que salgas.
-No estoy segura. Me asusta.
-¿Acaso no extrañas a tu novia?
-Baja la voz. -Pidió Camila, aunque no había ningún cliente alrededor. -Por supuesto que la extraño más que a nada en el mundo.
-Pues entonces será mejor que partas cuanto antes, cada segundo que estás ahí de pie temblando es un momento menos con ella.
Camila suspiró y asintió con la cabeza.
-Sí, tienes razón. -Tomó su abrigo, que descansaba sobre una de las mesas vacías cercanas. -Volveré en una hora o dos, no tardaré más que eso.
-Bien. Y relájate, ¿Sí? Tu madre no se enterará de que estuviste allí.
-Gracias, Dinah. -Le sonrió Camila con sinceridad. -Eres la mejor amiga que cualquiera podría desear.
Camila salió del café a paso rápido, y caminó aquella pequeña cantidad de cuadras hasta la casa de Lauren. Tardó un poco más de lo usual, pues decidió tomar las calles por las que menos gente transitaba, y por supuesto, evitar cruzar la casa de Dinah, en la que su madre y la señora Milika deberían estar.
Eran pasadas las cuatro de la tarde y el clima era frío y seco como el de cualquier día de invierno. La morena suspiró y se abrazó a sí misma dentro de su abrigo luego de tocar la puerta de la casa de su amada.
-¡Adelante! -Escuchó su voz desde el interior.
Abrió la puerta con cuidado y se adentró por el pasillo hasta el estudio. Allí, en el sofá más grande, Lauren y Normani parecían terminar de compartir una taza de té. La ojiverde había juntado toda la loza en la pequeña mesa de centro.
-Buenas tardes. -Saludó Camila con una sonrisa cordial.
-Camila... -Balbuceó Lauren y se puso de pie. -Buenas tardes, ¿Qué hace usted aquí? ¿Qué se le ofrece?
La menor carraspeó y saludó a Normani.
-Espero no ser una molestia, tan sólo quería hacerle una consulta.
-Estoy bastante ocupada justo ahora -Suspiró Lauren con disimulo. -Pero si eres breve podría concederte unos minutos.
-No se preocupe, seré lo más concisa posible.
Normani se levantó de sofá y tomó su abrigo para ponérselo sobre la espalda.
-Bueno, creo que es hora de que me vaya, tengo un par de cosas que hacer. -Dijo. -Gracias por el té, Lauren. Y no te preocupes, luego continuaremos nuestra conversación sobre los arriendos.
-Vuelve cuando quieras, Normani. -Se despidió Lauren de vuelta.
-Con Dios. -Se dirigió a ambas.
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hold me while you wait; camren.
Fiksi Penggemar《Penas por actos de inmoralidad. Levítico 20:13: "Si alguno se ayuntare con varón como con mujer, abominación hicieron; ambos han de ser muertos; sobre ellos será su sangre."》 fic ambientado en principios del siglo XX. Lauren sabía que no debía, que...