Capítulo III.- Presentaciones

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- ¡Maldita sea! ¡Mil veces maldita! -Fernán derramó el café sobre la mesa


- ¿Por qué siempre haces berrinche en la mesa? -Inquirió Fleur irritada

- La maldita Granger sigue en sus tierras ¡en sus tierras! -Gritó Fernán- los malditos del banco "perdieron" un papel y ahora todo el embargo se ha atrasado, si no aparece el maldito papel el embargo puede aplazarse varios meses

Fleur levantó una ceja- ¿No puedes dejarlos en paz? Deja que el embargo sea a su tiempo

- ¡Maldita sea Fleur! ¿No lo entiendes? -Fernán se rascó la cabeza- La próxima reunión de consejo será en mes y medio y planeaba poner las malditas tierras de los Granger sobre esa mesa

- ¿no puedes hablar sin decir maldecir? ¡Maldito esto! ¡Maldito aquello! ¡Maldito tú! ¡Maldito ella! ¡Maldita vaca! -Burló Fleur haciendo su voz grave

- Fleur, cuida tu vocabulario -La madre de ambos entró sonriendo y con una revista en mano- ¿Por qué no puedes hablar como la gente decente? Deberías aprender de tu hermano

Fleur abrió la boca incrédula para protestar pero su madre chasqueó la lengua- Espero que aprendas a comportarte como es debido, recuerda que eres una señorita -Su madre levantó la mano para acallarla y dirigió su atención a su hijo- ¿Fernán?

- ¿Madre?

- ¿Qué pasó con el asunto Granger? Mis amigas del club dicen que no habrá embargo -La mujer arrugó su nariz en desagrado- Empiezo a creer que no eres capaz de manejar este asunto

Fernán palideció ligeramente- Un pequeño inconveniente, pero lo resolveré pronto

- Eso espero, tus tías están muy impacientes… dicen que tienen un hermoso cafetal que actualmente está en desuso, podrías regalárselo a la Tía Miri, le haría mucha alegría

Fernán asintió instantáneamente- Claro, cuenta con ello

- ¿Fleur?

La rubia la miró y tardó unos momentos- ¿Madre?

- Mañana irás conmigo al club, necesitas salir…. Conocer a un chico

- El club me da dolor de cabeza -Protestó

- Entonces tómate dos aspirinas -La mujer mayor sonrió y miró a sus alrededores- ¿Dónde está la sirvienta? Que me traiga un café

Fleur rodó los ojos y suspiró resignada, quizás necesitará tres aspirinas

- Entonces -Ginny se acercó a la rubia sonriendo, tratando de ser amable, había estado observándola desde la semana que llegó sin poder comprenderla- ¿Zafiros?

Luna levantó la vista de la gruesa carpeta que leía y sonrió, se colocó los lentes sobre la cabeza antes de hablar- Si, Zafiros

- Debe ser un tema que… atrae la atención -Ginny se sonrojó un poco- Ya sabes, por aquello de lo elegante y ostentoso -Luna rio y Ginny sonrió- Aunque debe ser decepcionante cuando te dicen que son zafiros de mentira, imitación

- No -Luna alegó, su cara se contrajo de manera seria- No son imitación, hay una gran diferencia, hay piedras preciosas originales, las de imitación y las artificiales. Los zafiros de imitación sólo imitan de manera cosmética a las piedras originales, los zafiros artificiales o "cultivados" por medios del laboratorio comparten propiedades físicas y químicas casi idénticas con el espécimen natural

Debajo del ManzanarDonde viven las historias. Descúbrelo ahora