Debajo del Manzanar

Capítulo VIII.- La promesa

Fleur quedó atónita en su lugar, aún tenía las piernas abiertas y un incómodo cosquilleo entre las piernas. Sacudió un par de veces su cabeza tratando de asimilar lo que había ocurrido y entonces reparó en sus palabras "De alguien que no está aquí". Sacudió la cabeza con fuerza, era obvio que Hermione había mal entendido sus palabras, Ella misma no había sabido expresar sus palabras. Sus piernas se cerraron con protesta, la mezcla de fluidos entre ellas hizo que pararse fuera todo un reto, cerró los ojos tratando de dispersar su excitación. Apretó los puños mientras caminaba, siguiendo los pasos de la castaña, atravesó el marco de la puerta y quedó de frente a lo que parecía la sala, giró a su alrededor hasta que halló el pasillo que creía la llevaría hasta la castaña y lo atravesó con paso firme. Fue apenas un par de metros hasta que llegó a lo que parecía la cocina y finalmente la castaña sentada en el borde de la puerta, tenía la cabeza baja, con su mano sosteniéndole la frente. Fleur adivinó que no estaría nada contenta- ¿Qué fue eso? -Se aventuró a inquirir

Hermione rio secamente- Sabes cómo matarle el modo a una chica

La rubia apretó sus labios un momento antes de responder- Tú preguntaste

La castaña se levantó, Fleur se percató que sostenía una copa de vino con la mano, el interior se ladeó peligrosamente por los bordes pero a la castaña no pareció importarle, apenas giró unos grados, sin molestarse en mirar a la rubia pero asegurándose que su rostro era visible- Es cierto, olvidé que eras bien conocida por tu sinceridad

Fleur gruñó- ¿En serio? ¿Otra vez con eso? ¿Cuántas veces planeas echármelo en cara?

Hermione se encogió de hombros- Si soy sincera, creo que esperaba el momento en que te arrepintieras… de verdad, no esas palabras al aire que sueltas cada vez que hablas -La castaña tomó un trago de su bebida, hizo una mueca de disgusto antes de continuar su monologo- Quizás aún guardaba la esperanza de que tuvieras algo en tus entrañas, que no fueras el lindo adorno de tu familia… que la muñeca que aparentas ser tuviera sentimientos... que te preocupara alguien más que tú, que fueras capaz de amar más allá de tu nariz

Fleur no pudo contener la risa sarcástica- ¿Alguien cómo tú?

Hermione ignoró la pregunta- Quería creer que valías la pena -el tono de la castaña había sido suave, sus ojos se habían perdido en el horizonte mientras pronunciaba las palabras

Fleur sintió una punzada en el pecho, esperaba que sus facciones no reflejaran el dolor- Vaya -tuvo que aclarar su garganta para poder responder, tantos años dentro de la familia Delacour le había enseñado a continuar peleando aunque estuviera herida- ¿Eso es lo mejor que se te ocurrió? Veo que no eres muy creativa

Hermione rio, esta ocasión sus ojos se despegaron del paisaje y observó a Fleur con real interés- ¿Acaso herí tu ego? Porque dudo mucho haber tocado tus nulas emociones

La rubia suspiró, tratando de contestar algo que desequilibrara a la castaña- A diferencia de ti, tengo ego y reputación… pero no, nada de lo que diga puede herirme

Hermione levantó una ceja y dio un sorbo de su vino, esta vez no hizo ninguna mueca, sus ojos permanecieron apacibles sobre la silueta de la rubia- Imaginó… Tu reputación como la puta de la familia debe ser muy alta

Fleur sintió su rostro empezar a hervir, las palabras de la castaña estaban teniendo mayor efecto en ella del que esperaba y deseaba- No tienes idea de lo que hablas -sabía que no era la respuesta más sabia pero fue lo único que se le ocurrió responder