Entre jaulas.

Es mejor así.

Hoy cogí mi arcoíris y lo transformé en tormenta. Hoy cogí mi paraguas y lo destrocé, para que la lluvia simplemente me golpease más fuerte en la cara. Metí mi mano hacia adentro y noté que ahí había un hueco. Cogí y rebusqué, mi corazón se había escapado. Corazón dónde estás pregunté, no hubo respuesta. Abrí los ojos y decidí salir hacía aquel cuarto oscuro. Has vuelto me dijo él, tirando del collar por el cual estaba completamente encadenado. Subí mis ojos hacía él y lo noté, estaba todo rasgado, enorme y completamente partido en trozos. Me dejó arrodillado mirando hacia él y ahí me agarró suavemente el mentón con su mano, me hizo ver su cara y nos quedamos observándonos a los ojos.Observé sus preciosos ojos vacíos y toqué una de sus millones cicatrices. Se alejó y se sentó. Era mejor así,¿no?Lo escuché decir de lejos. Sin decir palabra alguna me senté encima suyo colocando mis brazos alrededor de sus hombros. Cogió una jaula pequeña y ahí estaba mi corazón, enjaulado entre diamantes fríos. Él me dió una mordida en el cuello para que despertara de mi mundo oscuro. Agarró más fuerte el collar de bronce que llevaba colgando y me dijo algo que me hizo enamorarme de él. Las personas, por mucho que las queramos ver como diamantes, hay veces que simplemente están hechas para ser bronce en nuestras vidas. El significado del enorme collar de bronce que te encadena, son ellos, las personas que te mata aceptar dejarlas atrás cuando ya ni están. Y la jaula de diamantes, eres tú, que te matas a ti mismo. Entonces lo comprendí todo. Le besé los labios sin previo aviso, fue un beso tan largo, que al despertar de él, me miré al espejo. Él y yo éramos uno mismo. Con lágrimas en los ojos pude sonreír frente al espejo y admitir que porfin logré amarlo, te logré amar le dije a él que estaba dentro de mí, te amo mi querido miles de demonios. Por qué lo llamo así, porque él son mis mil demonios hechos persona. Y así es como me quedó una lección de vida, que a pesar de vidrios rotos y de cicatrices sin fondo, me tengo a mí, para arreglarme y tirar hacia adelante a pesar de estar roto.