Trois.

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Corea del Sur.

— Vas a llegar a primeras horas de la madrugada — explicaba Yoongi. — Intentaré enviarte dinero cada mes — Jungkook le miraba con cierto brillo en sus ojos, Min Yoongi era la única persona que confiaba en todo lo que hacía. — Pedirás un taxi a Moxon Street, ¿vale? Procura encontrar un trabajo para que comiences con la renta de tu nuevo hogar. Tus ahorros pagaron seis meses, así que tómalo con calma pero no demasiada —.

— Si hyung — respondió Jeon.

— Come, duerme y vive bien — Yoongi se colocó de puntas para poder besar la frente del castaño con mucho cariño. — Sabes a donde regresar si en algún momento sientes que no puedes seguir —. 

Las lágrimas se acumularon en los ojos de Jungkook, abrazó al peli menta para después tragar con dificultad el nudo formado en su garganta.

— Vas a estar orgulloso de mi — susurró el más alto. 

— Ya lo estoy — contestó Yoongi.

Minutos después el castaño abordaba un avión en el cual estaba poniendo su último aliento. Temía que sus padres hicieran algo por traerlo de vuelta, ¿Qué pasará después?

Ellos evitarían hacer un escándalo para que la prensa y toda su fortuna se reduzca en ceros, sin embargo Jungkook no imaginaba la paliza que esta vez le daría su padre. No tenía asegurado si quiera el entrar al grupo que encontró en internet, su futuro era como arena movediza desde ese instante.

Las horas pasaban y el castaño solo veía a través del ventanal las nubes obscuras, acaparando el cielo, obstruyendo el paso a las bonitas estrellas que brillaban con singularidad. Dibujaba con su dedo índice figuras mientras imaginaba como sería ser aceptado por tu familia, como las cosas serían más sencillas si tan solo todos pudieran cumplir sus mayores sueños, alegrías, pasiones. 

En las horas que estuvo en vuelo decidió que tenía que comenzar con su interior, dejar de lado su pesadez en el pecho y atreverse aún más de irse a vivir a otro país. Jungkook haría hasta lo imposible por ser un cantante exitoso.

Londres, 2:30 a.m.

Luego de su vuelo, tomó un taxi del aeropuerto indicando la ruta que Yoongi había apuntado en su agenda. El tiempo se volvió una paradoja en segundos y cuando se encontró frente a un para nada buen edificio soltó un suspiro de satisfacción. 

— Bueeeno — inhaló el aire frío, ensanchando su sonrisa. — Ahora tú eres mi nuevo compañero — le hablaba al tumulto de ladrillos viejos, pintura desgastada y fierros oxidados. — Espero me protegas lo necesario. — Jungkook agarró su maleta y comenzó a subir las escaleras puesto que el elevador no funcionaba.

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Jimin frunció el ceño viendo de mala forma al castaño que obstruía el paso en la entrada, estuvo a punto de quitarlo hasta que escuchó hablarle al edificio. 

Apretó sus labios para no soltar una carcajada, esperó a que el chico terminara su discurso y luego sobó su cuello lleno de cansancio, la noche fue muy agotadora y andar en patines de una mesa a otra lo hacía el doble de cansado.

Temprano tenía una presentación , que más bien se asemejaba a un examen de niveles. Subió al tercer piso y se sintió un poco aturdido cuando notó que el castaño rarito entraba al departamento que justo se hallaba al lado del suyo. Formó una mueca llena de intriga, ¿de cuándo acá la gente bien se mudaba a un destartalado edificio? Porque a juzgar, ese chico traía buenas marcas de ropa o al menos eso notó Jimin.

Intentando no darle muchas vueltas al asunto, se metió a su hogar, para después ducharse y caer profundamente dormido entre sus cálidas cobijas. 

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WUUUUUUUU.Pues sin más, damos comienzo oficial a la historia.No será triste SIN EMBARGO, habrá drama JAJAJA Las extrañé muchísimo :c Duerman bien, besos en la qka. Chauu❅

𝗛 𝗜 𝗩 𝗘 𝗥 º 𝗞𝗼𝗼𝗸𝗠𝗶𝗻Donde viven las historias. Descúbrelo ahora