Hermoso tono gris.

2.8K 189 40
                                    

Disclaimer: Los personajes no me pertenecen, son de Hajime Isamaya. Yo solos los uso para crear fantasías que me gustaría que fueran reales.

Advertencia: El contenido de este libro es Yaoi (Chico y Chico) si no te gusta hazme el favor de retirarte sin comentar algo ofensivo.

Para ti Demon (Aun no se tu nombre._.) que se por lo que estas pasando, esto es para ti amiga. Sabes que cuentas conmigo para lo que sea, estamos lejos pero igual unidas. Te quiero.

Prologo.

Ser un Zwent no es nada fácil, oh claro que no lo es, pasas tu vida probando labios amargos, algunos más que otros, dicen que cuando encuentras a tu compañero sus labios son los más dulces que probaras.

Yo, un chico de veintidós años de edad, de especialidad: maestro de musica. Soy un Zwent, no eh encontrado a mi compañero. Soy un aportador, así que todos los días tengo que repartir de mi energía a otros Zwent, todos saben amargos.

Vivo en Alemania pero nací en Francia, ya que yo y mi padres viajamos mucho para allá, cuando mi madre estaba embarazada de mi, fueron de vacaciones a Francia y allá naci, eso quiere decir que con la persona que estoy emparejado es Francesa.

Yo y mi mejor amigo, Armin, mandamos una solicitud de trabajo al mejor instituto de Francia, yo iré ya que allá esta mi novia, y Armin porque su novia se mudo hace unas semanas a Francia igual. Sí, tengo novia, que sea un Zwent no significa que no podía tener pareja, claro que puedo, solo la eh tenido a ella como pareja y es que nadie quería ser novio de un Zwent, pero ella, ella me acepto tal y como era, ella tenía una compañera, si una compañera mujer, no me importaba, no estaban juntas por lo mismo, al parecer su compañera ama a su primo menor y ella me ama a mí.

Hace una semana nos dieron respuesta de la solicitud, nos habían aceptado. Ya teníamos el departamento donde nos quedaríamos, esa última semana fue muy estresante, la mudanza me tenía muy ansioso y me distraía mucho. Cuando por fin llego el día del vuelo a Francia mama lloro, dijo que me extrañaría mucho, verla así hizo que unas lágrimas se me escaparan. El vuelo fue rápido, dormí en todo el viaje.

-Eren, Eren - Repetía mi rubio amigo moviéndome un poco.- ya llegamos.- Dijo con una cálida sonrisa.

Abrí mis ojos de una y me incorpore al asiento ¿ya habíamos llegado? Baje algo aturdido del avión, seguía algo confundido, de Alemania habíamos salido de madrugada y aquí llegamos y es de día. Los horarios, será difícil adaptarme a los horarios.

Tomamos nuestro equipaje, Armin y yo estábamos esperando a algún taxi, después de unos cuantos minutos uno se detuvo y nos bajamos del auto después de pagarle al taxista. El departamento que rentaríamos no estaba mal, era espacioso y bonito.

Entramos al departamento, dentro estaban ya nuestras cosas en cajas de cartón, tendremos mucho trabajo estos días. Era sábado, hasta que sea lunes empezaríamos nuestro trabajo, los dos como maestros de música. Estaba ansioso, en unas horas más Mikasa pasaría por mí, quería ver a los señores Ackerman, ya tenía meses que no los veía. Las últimas cuatro horas las pasamos arreglando todo como queríamos que estuviera, aun nos faltaban algunos detalles, pero eso sería otro día, en dos horas Mikasa pasaría por mi así que me dirigí al baño y me di una ducha relajante.

Me vestí casual pero algo formal, cepille mi cabello y eche perfume en mi cuello y pecho. Nunca había sido muy seguro de mi mismo, pero tampoco era de baja autoestima, aunque suene egocéntrico sé que mi cara es mi mejor atractivo. El timbre del departamento me saco de mis pensamientos, algunos narcisistas. Le dije a Armin que me iría y que no sabía a qué hora regresaría. Mikasa estaba afuera de casa, con un pantalón de mezclilla entallado, una blusa de color café y un suéter negro, se veía más bien que antes.

-¡Eren! Hola - Sonrió.

-Hola - Me acerco a ella y le doy un beso en los labios, el sabor amargo de su boca se queda en mis labios, pero ya me eh acostumbrado a ese sabor.

Subimos al auto de ella, puso una canción que los dos nos sabíamos y empezamos a cantarla, ella tenía una voz hermosa, contrastaba muy bien con la mía.

-Oye Eren - Hablo Mikasa ya cuando estábamos afuera de su enorme hogar.

-¿Si?

-¿Recuerdas que te hable de un primo que tengo? El de que mi compañera está enamorada de él - Contesto ella.

Si, ella me había hablado ya de su primo, pero no entiendo porque lo nombra ahora.

-Si ¿Qué pasa? - Pregunto.

-Mira, el solo vive con su padre, y mi tío fue a México por causas de trabajo, tal vez dure tres meses haya o mas.- Comenzó Mikasa - Y por ende mi primo se quedara con nosotros temporalmente.

-Aja... ¿Qué tiene de malo? - Pregunte aun si saber el por qué el tema de su primo.

-Ahora mi primo está en casa, el... bueno tiene una actitud nada bonita, es muy frio y gruñón, a veces, solo a veces es amable y muy muy muy rara vez lo veras sonreír, bueno desde que paso lo de su madre es serio, hace dos años no lo era.

-Oh, bueno no te preocupes, intentare no decir nada malo - Respondí.

-Aun así, digas lo que digas él será muy cortante.

-Bien, entonces no esperare nada de él - Sonreí - No tienes por qué preocuparte, no es como si no hubiera conocido a alguien así ya.

-Bien, entonces entremos.

Bajamos del auto y entramos a la grande casa, estaba como la recordaba, siempre limpia.

-¡Eren! -Escuche la voz de la madre de Mikasa - Cuanto tiempo ¿Cómo estás? - Me abrazo y beso mi mejilla.

-Hola, muy bien gracias y ¿usted? - Trate de sonar lo más formal que pude.

-Muy bien, gracias - Sonrió. Esa mujer me caía muy bien.

-¡Eren! - Llego el señor Ackerman - Que bueno verte por aca - Me saludo extendiéndome la mano, yo rápidamente le correspondí.

-Gracias, que bueno es verlos de nuevo - Dije viendo a los dos.

A pesar de que yo tenía a Mikasa en este momento, yo siempre soñé con encontrar a mi compañero, siempre fantasee como sería mi vida con esa persona, ya la conozco, hace muchos años, cuando yo era pequeño, los primero años de mi vida, los primero cinco años los viví en Francia, por lo mismo, por mi compañero, no recuerdo si era hombre o mujer, solo sé que tenía el cabello negro y unos hermosos ojos grises con finos iris azules. Mi relación con Mikasa no es nada extravagante, no somos muy románticos, solo de vez en cuando, ella es muy seria y yo, solo pienso que cuando la beso sus labios me saben amargo.

-Vaya, has bajado... - Hablo Mikasa sacándome de mis pensamientos.

Voltee a las escaleras, había un chico de unos dieciséis años, cabello tan negro como el carbón, y, y tenía los ojos grises con iris azules... ¿será él?, en ese momento sentí que mi corazón se saldría de mi pecho, era él.

Mi compañero.

Mis labios.

Zwent. /Ereri, Shingeki no Kyojin, Yaoi gay.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora