Capítulo 5

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Otro disparo pasó cerca de él, aunque no con tanta precisión como antes. Esto debia ser porque su seguramente su atacante se estaba poniendo nervioso al no poder verle entre los árboles y no poder conducir cómodamente. Sin embargo, no desistia en la persecución y ya notaba que su caballo se estaba empezando a cansar. El siguiente movimiento podría parecer una locura pero no podia hacer otra cosa.

Indicó a su montura que fuera dirección a una explanada que había en medio del bosque.




***




Todo se había vuelto más extraño a partir del último combate. En el ambiente se respiraba un aura de tensión, sobretodo cuando el chico nuevo se encontraba cerca. Nadie le hablaba y él no hablaba con nadie. Desaparecía durante horas y casi siempre estaba escoltado por guardias o por las personas en bata de científicos. Definitivamente, no era alguien normal.

Chanyeol pegó el primer puñetazo a su saco de boxeo, derribandolo de donde estaba colgado. Arrugó la frente y se quedó mirando a sus propios puños. No era la primera vez que rompía los enganches del techo, pero eso sucedía cuando usaba mucha fuerza, no cuando solo estaba calentando.

Y para caliente el ardor que sentía en su piel. Se acercaba el verano y las temperaturas altas ya se notaban, lo que hacía que enseguida empezara a sudar y se le pegara la ropa. Odiaba aquella sensación.

—A la mierda, me voy a la ducha. —dijo para sí mismo, aunque le importaba una mierda que alguien más le escuchara, y se dirigió a las duchas comunes.

A esa hora todo el mundo estaba entrando así que tenía todas las duchas para el solo, o eso pensaba. En cuanto se acercó a uno de los cubículos más alejados de la puerta, se encontró con una espalda un poco ancha pero delgada a comparación con el resto de los que allí habitaban, una cintura más bien estrecha y unas piernas blancas. Lo que más le llamó la atención: El collar que llevaba.

—¿Qué demonios haces aquí? —le gruñó como si aquella persona no tuviera derecho a darse una ducha. El chico se giró hacia él sin una pizca de sorpresa en su rostro, por lo que Chanyeol pudo deducir que el delgaducho le había escuchado entrar en las duchas. ¿Y le daba la espalda a cualquier que viniera al mismo sitio donde le violaron? ¿Es que no le daba miedo que volviera a suceder lo mismo?—. Responde, maldita sea, ¿O es que eres mudo?

El chico no le contestó y le volvió a dar la espalda con total tranquilidad. Chanyeol cayó en la cuenta de que tal vez si era mudo. Nunca había hablado y ni siquiera habia soltado algún tipo de sonido por la boca mientras luchaba en los combates.

En ese momento, se dió cuenta de algo más que tenía en la nuca, medio oculto por el collar que llevaba.

—04... —leyó el tatuaje grisáceo que marcaba su piel. El chico pareció tensar sus músculos al escucharle. Abrió el grifo de la ducha para mojar todo su cuerpo que ya estaba más que empapado, tal vez en un intento porque Chanyeol le dejara en paz—. Eso no es posible... —Chanyeol se llevó su mano a su propia nuca, justo donde tenia el tatuaje del mismo tono con el número "61"—. Soy el único aquí que tiene algo así.

Las gotas de agua frenaron en el aire y se quedaron en suspensión. La vista de Chanyeol palpitó como los latidos de un corazón. Vió como las baldosas del suelo se abría y se separaban bajo sus pies, creando un pozo profundo y negro del que no se veía el fondo. El alto intentó agarrar a algo, llamando desesperadamente al chico nuevo que seguia dandole la espalda sin notar nada, pero de su boca no salía ningún sonido.

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⏰ Última actualización: Sep 28, 2020 ⏰

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