16.

4.2K 266 183
                                    

Momo

Lance una piedra a la ventana de Dahyun pero al parecer no se despertó, cuando iba lanzar una piedra, Mina mi gran amiga, le lanzo una roca logrando que el vidrio se le formara una grieta, lo único bueno de eso fue que Dahyun abrió la ventana.

—¿Momo?, ¿qué haces aquí?, son las tres de la mañana —se veía somnolienta, tuve que taparme la boca para no reír, ella llevaba un pijama completo, se veía extremadamente adorable—

—Dahyun, por favor, sé que no somos nada pero quiero que me des la oportunidad de que seamos algo, quiero dejar de mirarte como la nerd y empezar a mirarte como Dahyun, Mi linda Dahyun —sentía que mis ojos ardían, jamás había experimentado tener que dejar mi orgullo por la persona que me gusta, no solo por físico, sino por sentimientos— quiero que me mires con ese amor que había en la noche que pasamos juntas, quiero volver a sentir tus labios en los míos y bueno, en mi cuerpo —escuche una risa de su parte— ¿Dahyun podemos ser algo? —en ese momento mis amigas vestidas de mariachis se colocaron detrás mío—

—Estas son las mañanitas que cantaba el rey David —mire a las chicas molesta, ¿qué rayos están cantando—

—Les pido una cosa, solo una cosa ¿y esto me hacen? —las mire algo molesta, Nayeon iba a hablar pero la interrumpí— No Nayeon, no hables, ¿que pensara Dahyun?, seguro que estoy bromeando pero no lo estoy —me crucé de brazos—

—Pero Momo, detrás tuyo —mire a Sana confundida para luego voltearme y ser sorprendida por unos suaves labios en los míos—

Dahyun me abrazo de la cintura y yo la abrace del cuello, nuestros labios encajaban tan bien con los de la otra y aquello me gustaba mucho.

—Si Momo, podemos ser algo —Sonreí enormemente para luego volver a besarla—

Nayeon

—Está bien, nosotras nos iremos, las dejamos, adiós —Mina, Sana y yo nos alejamos para así quitarnos los trajes de mariachi, por suerte llevábamos nuestra ropa debajo de los trajes— Pero bueno, ¿y ahora qué? —las miré—

—Yo no sé ustedes pero yo me iré donde una amiga —decía Sana mientras se despedía con la mano y se iba corriendo—

—Bueno Mina, solo quedamos tu y yo —me volteé hacia Mina pero ella no estaba, ¿qué rayos?— entonces solo quedo yo —suspire para empezar a caminar a mi casa, sola—

Sentí algo en mis piernas, mire a hacia abajo y había un pequeño perro mirándome mientras movía su cola, que ternura, me agache a acariciarlo, su pelaje era muy suave.

—¿Estás perdido precioso? —el perro empezó a lamer mi cara con ternura haciéndome reír—

—Nanan hasta que al fin te encuentro, oh, hola Nayeon —me levanté cargando al lindo perro en mis brazos para encontrarme con una cansada Jeongyeon—

—Hola —le sonreí entregándole su perro— es muy lindo y adorable —el perro le gruño a Jeongyeon bajándose de ella y volviendo hacia mí—

—¿En serio? —reí ante la reacción de ella, ¿qué puedo decir?, todos caen bajo el encanto Im—

—Todos caen a mi encanto —me agache para volver a cargar a el lindo animal—

—Así es Nayeon, todos caen —la mire y llevaba una boba sonrisa en su rostro que me hizo ruborizar—

Jeongyeon se acercó a mí y acarició a Nanan, ella y yo hemos estado saliendo pero nunca nos hemos besado o algo, solo lindas palabras que nos decíamos.

Cuando dejo de acariciar a Nanan, lo agarró y lo dejo en el suelo, después me miró fijamente mientras apretaba los labios.

—¿Que pasa Jeong— no pude terminar la pregunta cuando sentí sus dulces labios sobre los míos, no había ningún movimiento hasta que mis manos fueron a su cuello y los de ella a mi cintura, empezamos a mover nuestros labios lentamente, era un beso en el mostrábamos nuestros sentimientos a la otra.

Sana

Toque la puerta con nervios, estaba en la casa de Tzuyu y tenía unas grandes ganas de verla, no sé, solo quería abrazarla. Luego de unos minutos la puerta se abrió mostrando una soñolienta y linda Tzuyu.

—Shiba, ¿Qué haces aquí tan tarde? —me pregunto luego de que me haya dejado pasar, ella vivía con su abuela, ya que sus padres vivían en Taiwán—

—Quería verte —respondí sintiendo mis mejillas tornarse rojas—

—Que linda eres —la mire y tenía una hermosa sonrisa en su rostro, ella se acercó, agarro mi camiseta y me jalo hacia ella para juntar al fin nuestros labios, me cargo sosteniéndome de los muslos mientras yo le daba leves caricias a su nuca, fue caminando a la sala y se sentó en el sillón conmigo encima de ella, hoy iba a ser una buena noche.

Mina

No te caigas, no te caigas, no te caigas, era lo único que había en mi mente mientras subía la escalera y así llegar a la ventana de la habitación de Chaeyoung, cuando al fin llegue abrí la ventana y entre, ella estaba dormida plácidamente en su cama, sonreí, ella están linda, con cuidado me metí a su cama y abrace su cintura acercándola más a mí.

—Hola Minari...—sonreí besando sus mejillas varias veces haciéndola reír—

—Hola tigre —la miré con una gran sonrisa, cuando se volteo quedamos ambas cara a cara— estas muy linda —sus mejillas se tornaron levemente rojas—

—Gracias, tu igual —susurró, yo me acerque a su rostro y le di un suave beso en los labios— te quiero —ella sonrió ocasionando que sus ojos se cerraran un poco—

—Yo también te quiero —dicho eso las dos caímos en el los brazos de Morfeo—

Sueños húmedos con la nerd ✫ DahmoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora