Sueños húmedos con la nerd ✫ Dahmo

9.

Dahyun

Estaba muy nerviosa, ya había sonado el timbre para irnos hace diez minutos pero Momo no aparecía por ningún lado.

—Le daré diez minutos más y si no llega me voy —me dije a mí misma mientras apretaba el agarre en mi camisa—

Diez minutos después

—Le daré diez minutos más, e—ella llegara...—murmure con algo de esperanza—

Media hora después

—E-ella, ella llegara....—lleve mi mano a mi mejilla limpiando una pequeña lagrima que se deslizaba por esta—

Sentí gotas caer en mi rostro, esas gotas se volvieron más y más, busque refugio debajo de un árbol, no sé cómo pude tener la esperanza de que Momo fuera amable una vez, que no piense solo en su maldita y hermosa cara.

Sentí que alguien me abrazaba con fuerza por detrás.

—Dahyun, Dios mío, lo lamento tanto, me olvide por completo nuestra tutoría —su voz sonaba preocupada y solo por eso la perdono un 5%— seguro estas molesta pero para mí no hay problema de aún hacer la tutoría —sonreí un poco antes de voltearme—

—Me tendrás que hacer chocolate caliente —le dije y ella sonrió asintiendo para luego abrir la sombrilla e irnos a su casa—

Casa de Momo

Cuando entre a su casa me sorprendí bastante, era una casa sencilla pero muy elegante.

—Quédate aquí te traeré ropa seca —asentí a lo que me dijo Momo y la vi subir las escaleras hasta perderla de vista—

Me acerque a ver las fotos colgadas en la pared, habían fotos de Momo con una mujer que lo probable es que sea su madre, también habían fotos de un chico, seguro un primo o hermano.

—Aquí tienes —me entrego la ropa y sonreí asintiendo—

—agarre la ropa— ¿dónde está el baño? —pregunte y Momo me señalo una puerta que seguro llevaba al baño de invitados— gracias —agradecí con una sonrisa y camine al baño, tal vez Momo si era buena persona—

Momo

Me maldecí por no haberme acordado de la tutoría, se había mojado y tenía miedo de que le fuera a dar un resfriado por mi culpa.

Corrí a la cocina a preparar el chocolate caliente, tal vez con esto se pueda calentar.

Camine a la sala a ver si Dahyun había salido pero al parecer no, pues la sala estaba sola.

—¿Qué tal? —casi doy un brinco del susto, me voltee y mire a Dahyun, sentí un rubor en mis mejillas, ella se veía realmente bien con aquella ropa—

—T-te ves bien —murmure mirando a otro lado—

—Gracias, oye, huele a que algo se quema —ay no, corrí a la cocina y por supuesto se quemó el chocolate—

—Estúpida Dahyun...—susurre y volví a la Sala— no podré darte chocolate caliente —la mire apenada pero ella me sonrió calmadamente—

—Está bien, empecemos a estudiar —asentí para luego a su lado en el suelo frente a la pequeña mesa—

Una hora y media después

—¿Era así de fácil? —pregunte divertida mientras completaba el ejercicio—

—Si Momo, el problema es que tu entendieras —rodé los ojos por su comentario, pude sentir como Dahyun se acercaba a ver lo que hacía, mire que su mano se apoyaba en el suelo a mi lado, podía sentir como su suave respiración chocaba en contra mi oreja, trague saliva nerviosamente— Momo, concéntrate —su voz sonó algo ronca al hablar—

—¡Listo! —exclame con una sonrisa, levanté la vista y me encontré con el rostro se Dahyun muy cerca del mío— l-listo...—murmure suavemente—

Ella sonrió y se acercó un poco más, no sé porque pero no retrocedí, me quede quieta mirándola.

—Momo te han dicho lo hermosa que eres, que digo, seguro te lo dicen a menudo —reí suavemente asintiendo, la distancia se fue acortando, un poco más y la podía besar—

—¡Hola! —las dos nos separamos de inmediato, mi madre había llegado y les aseguro que no en el momento correcto— oh, hola —mire a mi madre, esta sonreía grandemente viendo a Dahyun— Soy la mama de Momo, Hirai Maru, un gusto —Dahyun le sonrió amablemente—

—Kim Dahyun, tutora de su hija —mi madre asintió—

—¿Te quedaras a comer? —le preguntó mi madre— dudo que te vayas con esta lluvia —las dos miramos por la ventana y estaba lloviendo aún más—

—Yo, no sé...—ella me miro apenada—

—Claro que te quedas —le sonreí y pude notar un fuerte rubor en sus mejillas, adorable—

—Genial, puedes dormir con Momo —ay no, hoy iba a ser una larga noche—