En verano el sol era el mejor amigo de su sonrisa de mejillas abultadas. Minghao solía pensar que ambos —la preciosa sonrisa y el brillante sol— tenían una competencia, donde los dos buscaban saber cuál era el más resplandeciente ser de la tierra.

Soonyoung caminaba por la tienda con una sonrisa en su rostro, perfecta, increíble, maravillosa, como si Dios la hubiese tallado a mano. La mejor obra de ese Dios, la sonrisa de Soonyoung. La mejor sonrisa que Minghao ha podido ver, esa que le dedicaba desde que tuvieron su primer beso en los sucios baños de la secundaria.

A pesar de que Minghao mantenía su rostro inexpresivo, sus ojos eran contrarios a esa inexpresividad. Estaban brillosos, estaban abiertos de par en par y se movían con Soonyoung a donde fuese que caminara.

—Minghao-ssi— llamó Soonyoung desviando su mirada de los libros que acomodaba a la caja donde estaba Minghao. El mencionado solo hizo un sonido gutural en afirmación de que lo oía—. Carry On…¹ —Minghao lo miró interesado al oír el título del libro—, ¿lo has leído?

Asintió a su pregunta, porque así era. No había libro en ese sitio que él no hubiera leído.

Luego de eso Soonyoung volvió a su trabajo ordenando los libros. No hubo más palabras en lo que transcurrió el día. La tienda era muy solitaria gracias a los jóvenes de esa época que mantenían un interés escaso por los libros.

Cualquiera que viese a Soonyoung dudaría que trabaja en una librería, tan extrovertido y radiante como el sol, y cualquiera que viese a Minghao creería de inmediato que se la pasa absorto en los libros de esa tienda, tan introvertido y apagado como la luna.

La verdad entre ellos era tan básica y compleja a la vez, como el hecho de que la luna necesita del sol para poder brillar y ser hermosa.

Minghao conocía todos y cada uno de los libros dentro de la librería por Soonyoung. Fue una rutina que adoptaron. Soonyoung le comentaba de un libro y Minghao de inmediato iba a leerlo, todo por él.

La librería de los Chwe tenía alrededor de 1.000 libros para prestar, como una mini biblioteca, y para vender, siempre llegaban nuevos libros que Soonyoung ya se había leído y estaban en la tienda a causa de sus sugerencias.

Hacía un mes no llegaba una carga nueva de libros y Minghao tomó su tiempo para leer los últimos que habían llegado. Un par de sagas, bilogías, trilogías, tetralogías y más. Disfrutó oír a Soonyoung comentarle de cada uno y luego disfrutó llenarse de un gran éxtasis por todo lo que leía.

Carry On fue uno de esos tanto libros que se leyó y amó; cuanto le había costado a Soonyoung poder tenerlo en la librería, un libro lleno de tabú para una sociedad cerrada, sin embargo, luego de insistir tanto como daba su paciencia consiguió tenerlo ahí.

Cuando terminó el día laboral, ambos cerraron y al salir, sin mucho interés en lo que pasaba alrededor, entrelazaron sus dedos, comenzando a caminar por las transitadas calles de Seúl.

La noche estaba fresca y las calles bastantes llenas, la mano de Minghao se sentía en un buen lugar junto a la de Soonyoung.

Ambos llegaron al barrio donde eran vecinos desde hace más de cinco años, cuando tenían trece y Minghao se mudó a la casa frente a la de Soonyoung.

“Eres un monstruo.”

Esas fueron las primeras palabras de Soonyoung a Minghao.

“Cachetes de marrana flaca”.

Esas fueron las de Minghao a Soonyoung.

•••

¹. Carry On es un libro buenísimo de fantasía y homosexual, de la escritora Raibown. Si conocen de Harry Potter, pues, es un mundo parecido a ese y la pareja principal es una relación parecida al Drarry (Harry y Draco).

100 % recomendado.

De estrellas, flores e infinidades,,, haosoonDonde viven las historias. Descúbrelo ahora