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Escucho como la llamada se corto y suspiro torpemente. Su caminar se volvió algo torpe mientras admiraba las veredas iluminadas, todo le parecía tan hermoso ahora, después de escuchar la voz de su jefe todo se volvía bello, hasta la más diminuta cosa le causaba felicidad.

Abrió con las llaves la puerta para entrar y cerrarla a sus espaldas. Camino con cuidado hasta el comedor para simplemente recostar su rostro en la mesa mientras se sentó en una de las sillas del lugar.

— Ugh... ¿Que es ese escándalo? —

La chica caminaba con algo de desdén hasta donde había proveído el ruido que había escuchado. Al entrar no tuvo una gran sorpresa al ver a la de cabellera crema con una sonrisa, lo cual fue contagioso por unos momentos, claro, de no ser porque acaba de levantarse por culpa de Yashiro.

— Nene, sabes que no debes de hacer tanto escándalo, estaba durmiendo... —

Menciono mientras se acercaba con los brazos cruzados, no le era placentero despertar en medio de la noche por culpa de su acompañante de hogar.

— L-Lo siento —

La menor -Por un año de edad- se acerco para sentarse en otra de las sillas incentivando a que la contraria hablara. La ojos carmín se acomodo correctamente y rasco su mejilla avergonzada, siempre le contaba lo que pasaba a su acompañante, pero esta vez creía que era más vergonzoso.

— Bueno... Me he enamorado... —

El silencio inundó el lugar, dejando en incomodidad a la mayor quien había desviado la mirada para que la humillación fuera menor.

— ¡Oh! ¿En serio? —

La peli negra sonrió mientras colocaba sus manos en sus mejillas emocionada, lo cual había dejado perpleja a la de cabello crema, generalmente esperaba unos cuantos sermones.

— ¿No piensas reclamarme? —

La de piel pálida ladeó un poco la cabeza confundida y negó ligeramente dedicando así una sonrisa a la contraria.

— No lo haré, después de todo si tú cometes un error o no, no me importa, es tú vida y tú decides que hacer con ella, nadie puede negarte a amar —

— Ow~ ¡Gracias Sumire-chan! —

La de mechas menta abrazo a la de moño quien solo decía un “esta bien” mientras palmeaba un poco la espalda de la misma al haberse dado cuenta que la contraria había comenzado a sollozar dramáticamente.

— Amane-kun, Aoi y Kou-kun siempre me miran de manera extraña y lastimosa cada vez que les digo que me enamore de alguien —

— Hum... No debería de importarles, además, si ellos no te comprenden es su problema — suspiro levemente y se separo de la muestra de afecto — Vamos a dormir, ¿de acuerdo? —

Yashiro asintió y se retiro a su habitación, dejando a la de ojos celestes atrás, quién camino hasta el refrigerador buscando algo de comer.

— Espera... Aquí no guardo las galletas de mora —

Cerró el electrodoméstico y se iba a dirigir a los gabinetes para sacar el tarro con las galletas, más el escandaloso ruido del celular hizo que se detuviera, a pesar de ello con rapidez abrió la puertilla para sacar lo que tanto quería y así al fin tomar el celular y contestar.

— ¿Hola? —

— Hola, disculpa, ¿no estará allí Nene-chan? —

— Depende, ¿quien le llama? —

「✿ T̷o̷d̷o̷ ̷p̷o̷r̷ ̷é̷l̷ ̷✿」Donde viven las historias. Descúbrelo ahora