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Iba directo a su trabajo. Después de lo que había ocurrido antes con la pelea que había causado en esa maldita empresa tuvo que buscar en un lugar, en donde, su jefa era más que insoportable.

Entró a la locación comenzado así a subir al elevador, tocó el número de piso correspondiente y soltó un suspiro al notar como alguien más había entrado antes de que las puertas se cerrarán.

— ¿No crees que hay personas tan repugnantes en este mundo? —

— Un claro ejemplo eres tú. —

Respondió a lo dicho antes. Intentaba controlarse para no volver a cometer el mismo error, pero, le parecía cada vez más imposible por esa idiota que estaba a su lado.

Las puertas se abrieron y así ambos salieron del elevador yendo a sus correspondientes lugares, pero antes, esa chica dijo algo que... Le hizo hervir la sangre.

— Dile a tu estúpido hermano de mierda que no abra la boca, si quiere abrir algo... Que sean las piernas. —

— ¡Maldita hija de pu- —

— Tsukasa-kun~ al fin llegas. —

El peli negro contuvo todo lo que sentía al sólo haber escuchado esas palabras, no debía armar alboroto frente a su jefa a menos que quiera ser despedido de nueva cuenta.

— Esto no se quedará así. —

Dijo para la chica molesta y sin mucho remedio se dirigió a donde estaba la mayor - por cinco años de edad -  quien le sonreía mientras le saludaba.

— Shijima-San, lamento las demoras, prometo ser más puntual. —

— Esta bien. No te preocupes, se que aprendes rápido, además... Eres buen chico. —

Se quedo callado y bajo la mirada unos momentos sosteniendo con fuerza los papeles que tenía en las manos, no deseaba seguir en este empleo, pero, al no haber sido recibido en ninguna otra empresa por los reportes de que era violento hizo que tuviera la peor reputación de la región.

Siguió a la castaña quien no dejaba de hablar, algo que debía prestar atención pues está siempre le hacia luego preguntas sobre cosas de ella, algo que no era parte de su trabajo, pero, debía responder.

Llegaron a la oficina de Mei, quien seguía con aquella sonrisa, o eso fue hasta que escucho como la puerta se cerró al igual que las persianas notando así como esa mayor ya no tenía ni una sonrisa en su rostro.

— Tsukasa, Sabes que es lo que pasa con los que me subestiman como tú, ¿Cierto? —

— Si... Shijima-sama... —

Este día... Sería largo.

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— ¡Yashiro-Senpai! —

La de cabellera crema soltó un chillido agudo al haber escuchado ese estruendoso grito por parte de su amigo, no se esperaba para nada eso, después de todo se había quedado embobada al ver a Teru pasar no hacia más de diez minutos.

— ¿Qué sucede, Kou-kun? —

Pregunto un poco avergonzada por su reacción a aquel llamado de atención, que para su suerte no fue de alguien de mayor rango.

— ¡Logre lo que querías! —

— ¿Qué cosa? —

— ¡Yo- —

「✿ T̷o̷d̷o̷ ̷p̷o̷r̷ ̷é̷l̷ ̷✿」Donde viven las historias. Descúbrelo ahora