Prefacio

2.2K 130 20
                                    

      Mis oídos lanzaban un pitido estremecedor el cual lograba ocasionar una mueca disgustada en mi enojado rostro, en el cual las mismas muecas conseguían que mis facciones dolieran, al igual que las incontables heridas que recorrían parte de mi cuerpo. Mis manos temblaban por el uso excesivo de aquella arma natural y problemática que causaba el desgarre de cuerpos y vidas ajenas, qué, aunque fueran enemigas; la importancia de aquellas se mantenía en los hombros de nosotros, los cuales las terminaban. El mismo extraño e inexplicable poder que se encontraba en mí y en muchos de los otros que peleaban por sus vidas, aún sabiendo que el porcentaje de perderlas sería alto. Tosí con fuerza por el polvo mordaz que se encontraba en mi garganta debido a todas las cenizas y el humo de aquella conveniente destrucción. Todo se volvía borroso a mi alrededor, como si una viñeta oscura estuviera apagando mi vista, se escuchaban gritos, gritos recurrentes con algunas tonalidades parecidas y otras mas fuertes que lograban querer que vomitara, que hacían retorcer mi estómago. Mi corazón latía desesperado mientras mi mente debatía conmigo haciéndome querer levantar mi cuerpo y correr, el mismo que estaba herido me detenía al tratar de caminar, se sentía como un caso perdido el intentar luchar. Lograba enfocar la vista de vez en cuando ante la temible guerra que veía frente a mis ojos. Aunque el término de guerra le quedara corto. Puesto que escucharlo como un cuento era algo para el disfrute, aunque aquí el único disfrute era el simple hecho de aún poder respirar, saber que estabas vivo, pero el miedo no dejaba tiempo de pensar nada positivo, ni mucho menos aquel temeroso momento.

     Las gotas de sudor descendían por mis mejillas y por mi ropa rasgada y sucia, me escondía detrás de una roca de buen tamaño mientras una ola de calor me había invadido por completo, me habían lanzado algo, algo inmenso de eso estaba segura, puesto que las olas de calor y fuego tenaz que invadían la roca casi quemaban mi piel, me escabullí y corrí lo más que pude, no porque fuera cobarde y no para salvarme. Para actuar y hacer algo por mi debatido equipo, todos contaban conmigo, solo no sabía por qué. No encontraba respuestas, no sabía por qué estaba ahí, no sabía por qué tenía poderes... No sabía siquiera quién era. 

     Aquellos ataques hacia mi vulnerable aunque poderoso cuerpo que se encontraba débil me dejaban cada vez más debatida, sentí un fuego tenaz quemando mi pantorrilla mientras que al mismo tiempo sentía un dolor inmenso en todo mi cuerpo, como si cada parte de mi piel se desgarrara lentamente, destrozandome desde adentro. Pero sabía dentro de mi que se debía a un simple poder de los experimentados que me atacaban. ¿Experimentados...?, ¿De donde había sacado esa palabra...?.

     Era como si todo estuviera ocurriendo en automático yo no entendía aquellas palabras que salían de mi boca o llegaban a pasar por mi pensar.

     Entonces todo se volvió negro. Como si la oscura viñeta abrumadora se hubiera cerrado por completo. Entonces estaba de frente, ya era yo. Elizabeth... Viendo todo. Como un temible sueño extraño. Como si de alguna forma estuviera viendo una extraña historia.

      La chica que parecía ser yo en el principio se encontraba acostada, estábamos en una especie de cueva con una leve y tenue luz entrando desde arriba. Iluminandola simplemente a ella y a sus terribles y desgarradoras heridas. Podía escuchar el débil latido de su corazón debatido y cansado justo a mi lado. Estaba muriendo. Y a su lado se encontraban cinco personas. Dos chicas, tres chicos.

     Cada uno tomaba su mano. Había algo... Algún tipo de luz pasando por sus venas, mientras tenían sus manos entrelazadas con la chica moribunda. Y entonces... Voltearon sus miradas justo hacia mí. Los ojos de todos esos chicos a su alrededor, eran fosforescentes. Mirándome con cierto asombro. Cada uno tenía un color. Me daba un poco de miedo. Sentía el temor y la adrenalina correr por mi cuerpo, la misma que me dejaba sin poder moverme mientras que el poco aliento que me quedaba se escapaba de mí.

         —Tú serás elegida.

     Habló aquella mujer en el medio, mirando justo directo a mis ojos. Cada uno tenía un rostro que casi no podía distinguir pero aquella mujer... Aquella mujer tenía el mío.

     Y entonces desperté.

     Abrí los ojos con totalidad mientras el asombro y el miedo me llenaba por completo. Observé el cielo razo de mi habitación mientras de momento recuperé el aliento en una fuerte bocanada de aire, me senté en mi cama asustada, mientras me encontraba sudando y mis manos temblaban.

     "Que sueño tan raro..." fue todo lo que pasó por mi mente.

Editado. 10/06/24.

El Experimento Elizabeth [Trilogía ETB #1] (En edición)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora