Harry Potter: Things || EDITANDO

ϟ 51. Draco Malfoy

▸ I can help you with that.

ADVERTENCIA: contenido explícito y smut.

¿Por qué tenía que pertenecer a Slytherin?Quiero decir, normalmente no me quejaba, me podía identificar y mezclar con facilidad en mi casa, pero desde hace un mes no había otro tema que no fuese sexo. Y estaba fastidiada, y bastante asqueada también.

Los chicos eran grotescos. Y también la mayoría de las chicas de mi curso, sintiéndose superiores por ir adquiriendo experiencia en esos temas. ¿Qué había de malo en jamás haber tenido sexo? Teníamos dieciséis —casi diecisiete— años a penas, y había temas más importantes, como que una inminente guerra mágica estaba sobre nosotros y el Señor Tenebroso estaba asechando a nuestras familias.

— ¡Cassie! —llama Blaise, mirándome con una ceja enarcada desde el otro lado de la habitación.

Me he perdido la mayor parte de su estúpida conversación, sumida en un libro sobre pociones avanzadas que Slughorn nos ha dado en su Club de las Eminencias. Cuando paseo la cabeza por el lugar, me percato de que todos me miran de la misma forma.

— ¿Uh?

— Les he preguntado que a quién de Ravenclaw se darían —interviene Pansy, ladeando la cabeza.

— A nadie, eso es asqueroso —me apresuro a contestar. Mis compañeros sueltan una sonora carcajada al unísono y me hundo en el sillón.

— Siempre dices lo mismo, Cassiopeia —se mofa Theo—. ¿Nadie es lo suficientemente bueno para meterse en tus bragas, o sólo eres muy mojigata?

Me sonrojo hasta la médula cuando ellos siguen riendo, pero me mantengo firme y cierro con fuerza las tapas del libro. La furia crece en mi y sin querer consigo que las llamas de la chimenea emitan una explosión que les alcanza las túnicas. Me miran con espanto y entonces Millicent se aclara la garganta para decirles: — Creo que deberíamos ir a la cama, ya es bastante tarde.

No me inmuto, los sigo mirando como queriendo pulverizarlos cuando suben a sus habitaciones.

Una vez que creo haberme quedado sola, me apresuro a abrir el libro donde lo he dejado y es entonces cuando alguien carraspea a mi lado y pego un brinco del susto.
— ¿Entonces? —cuestiona Malfoy, casi aburrido.

— ¿Qué? —respondo, acomodándome un mechón de pelo tras la oreja. Intento ignorar las cosquillas en el estómago que su forma de mirarme causan.

— La pregunta que te hizo Nott, me intriga saber la respuesta.

Ruedo los ojos y una sonrisa socarrona aparece en su boca. Nos miramos un momento que me parece una eternidad y él se moja los labios, logrando que mis sentidos se pongan alerta y quiera arrancarme el suéter por el sofocante calor que de pronto envuelve la habitación.

— No intento burlarme como ellos, solamente siento curiosidad. Siempre estás muy callada cuando hablan de eso, te pones nerviosa y evitas verlos porque te sonrojas —continúa.

No sé si debo pasar desapercibido el hecho de que ha admitido estarme observando, sin embargo lo hago y me limito a poner lo que llevo en las manos a un lado para inclinarme hacia él.
— Tú tampoco hablas mucho sobre ello —espeto—. Así que, ¿nadie es lo suficientemente buena para que te metas en sus bragas, o sólo eres muy mojigato?