Capítulo 6

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—Hola, Haseul, ¿Cómo estás?

Jo Haseul le sonrió a Hyunjin como si nada, sentándose frente a ella con Yeojin es sus brazos, la niña sorbiendo su nariz llena de mocos, mirándola con ojos llorosos.

—Yeojin no ha mejorado mucho desde la última vez que nos vimos-. dijo Haseul con pena en su voz-. Ya me está poniendo nerviosa, ¿y si empeora, Hyunjin?

—Oye, tranquila, Haseul – trato de consolar Hyunjin poniéndose de pie. Vamos, Yeojin, ¿Confías en la tía Jinnie?

-Si – lloriqueo Yeojin dejando que Hyunjin la tomara en brazos.

Silenciosamente, Hyunjin comenzó a revisar a la niña con el ceño fruncido en concentración, preguntándole donde era que le dolía más y consultándole también a Haseul ciertas cosas. Luego de diez minutos examinando a la menor, Hyunjin suspiro y le dijo a Haseul que al parecer la amigdalitis de Yeojin había derivado en una pequeña sinusitis bacteriana aguda.

—Tendrá que tomar antibióticos por una semana y media – le dijo a Haseul anotando los nombres de los remedios en la receta -, luego la volveré a evaluar. Ya te vas a poner mejor, Yeojin, y podrás correr y jugar en el parque.

Hyunjin hizo amago de caminar hacia la puerta para abrirla, sin embargo. Antes de poder hacerlo, Haseul tomo su brazo deteniéndola en el acto. La miro, con una ceja enarcada por la intriga, para luego sentir su garganta seca al notar los ojos suplicantes de Haseul.

-Jinnie, um... - comenzó a decir Haseul con timidez-, yo te quería preguntar sobre lo que ocurrió con tu ex esposa. Sé que no debo meterme, pero....

-Oh – Hyunjin se removió, incomoda, mordiendo su labio inferior -. Bueno, Heejin y yo... nos estamos dando una nueva oportunidad....

La mirada de Haseul pareció apagarse ante las palabras de Hyunjin, y sin saber por qué, se sintió algo culpable. Quería que Haseul no se hiciera ilusiones con ella, que no la esperara, pero tampoco se sentía capaz de intervenir en su corazón de esa forma porque, por mucho que quisiera que Haseul no la mirara de esa manera, Hyunjin no podía decidir por ella.

—¿Estas segura? – levanto la vista ante el serio tono de Haseul -. Tu dijiste que Heejin ya no te amaba. Entonces ¿estas segura de que vale la pena darle una oportunidad a alguien que dejo de amarte?

Sabía que Haseul no lo hacía con mala intención, que debía estar preocupada por ella, que no quería verla pasándola mal – eran, después de todo, las mismas palabras de Jungeun y Jinsoul le dijeron dos días atrás-, pero eso no lo hacía más fácil.

Todo el mundo creía que Heejin no lo merecía, y puede que tuvieran razón, pero el mundo no debía tratarse de dar segunda oportunidades a las personas que realmente lo merezcan y quitárselas a las que no.

No, Heejin no merecía que estuviera haciendo esto por ella, pero Hyunjin la amaba con tanta fuerza, con tanta desesperación, sentía un amor tan intenso por ella, un apago tan enorme por esa mujer, que sentía que debía hacerlo.

Por ella. Por Heejin. Por esos ochos años que estuvieron juntas, como novias, casadas, compartiendo días, semanas, meses; compartiendo sueños y anhelos; compartiendo risas, gritos y llantos.

Y Heejin estaba poniendo de su parte, eso lo podía jurar por su vida, porque su esposa iba a buscarla todos los días, le preguntaba cómo le había ido, desayunaban y cenaban juntas, conversaban y no permitían que el silencio entre ellas se instalara. ¡incluso habían salido unas veces el fin de semana pasado!

No solo fueron al cine y luego a cenar, sino que el domingo decidieron ir al zoológico a ver un show de pingüinos recién inaugurado, y si bien no se besaron, hubo un breve momento en el que ambas se quedaron mirándose en silencio, a punto de fundirse en un beso, pero terminaron desviando la vista avergonzadas, como dos tontas adolescentes en su primera cita.

Apego 2jinDonde viven las historias. Descúbrelo ahora