Capítulo 2

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Cuando entro, Heejin vio a Hyunjin tras la mesa mirando a la nada, sus ojos rojos e hinchados, una copa de vino en su mano.

Fingiendo una tranquilidad que no sentía, cerró la puerta tras de ella, y el sonido hizo que Hyunjin la mirara.

Su esposa parpadeo para luego sonreír levemente.

Heejin llevaba sin verla tres días, en los que estuvo durmiendo en un hotel para darle su espacio, y estaba esperando que cuando se vieran, Hyunjin comenzara a llorar y a pedirle que se alejara, no que le sonriera.

La carta de divorcio en su bolso peso un poco más. Necesitaba ser firmada para llevar a cabo el tramite pronto, así que si o si tenía que hablar con Hyunjin en ese instante

—Te extrañe mucho – comento Hyunjin de pronto, poniéndose de pie.

Antes de decir algo, Hyunjin le dio un beso suave en los labios.

Su estómago se contrajo, atónita.

Se alejó, arrugado el ceño en confusión.

-Pensé que no vendrías a cenar – prosiguió Hyunjin como si nada, sin dejar de sonreír-. Estaba a punto de llamarte.

Abrió la boca, pero las palabras no salieron de su boca, aturdida.

¿Acaso.......?

Miro hacia abajo, viendo los papeles de divorcio

—Hyunjin – dijo con la voz suave -. Vine para que firmes los papeles.

Y los levanto.

La hermosa sonrisa que la había enamorado cuando era más joven se convirtió en un mohín de dolor, pero no retrocedió. Necesitaba hacer eso pronto. Una vez que los papeles fueran firmados, sacaría sus cosas de la casa para irse a un pequeño departamento que vio los últimos días.

Hyunjin sacudió la cabeza

—Qué dices, Heejin? –pregunto con la voz temblando -. ¿Papeles de qué?

Suspiro

Se lo había planteado: cuando los papeles estuvieran listos, pensó que Hyunjin podría reaccionar de distintas formas, y la negación fue una de ellas. La triste, terrible negación.

Heejin habría preferido que Hyunjin colapsara, le gritara, le rogara, le tratara mal y no quisiera verla más, pero no sé qué se esforzara en negar lo que era inevitable. Negarlo era lo peor, porque significaba que Hyunjin seguía teniendo esperanza de que lo que había ocurrido fue solo una broma o, peor, un invento

—De divorcio – dio sin perder el tono suave

Hyunjin parpadeo

—Oh – fue lo único que dijo

Se dio vuelta antes de que Heejin pudiera añadir algo

Heejin percibió, entonces, que la más alta estaba pálida, con ojeras bajo sus ojos hinchados, sus labios resecos y partidos. Incluso podía notar que su rostro estaba más delgado. Le preocupo que Hyunjin no hubiera comido bien los días anteriores, no se atrevía a preguntar.

—Prepare tu plato favorito – dijo Hyunjin entonces, sin mirarla.

—Hyunjin – ahora su voz salió dura -, por favor, no hagas esto más difícil.

—Difícil – repitió Hyunjin -. No lo entiendo.

Sintió como se desesperaba, algo se estrujaba al ver los ojos de Hyunjin, tan cálidos y tiernos, pero llenos de un infinito dolor que parecía sacudirla por dentro, que le rompía en mil pedazos. Esos mismos ojos que siempre parecían contentos y felices ahora estaban asustados, temerosos de ella.

Apego 2jinDonde viven las historias. Descúbrelo ahora