MARIPOSAS

CAPITULO 1: MARTINA

Narra Ana:
-¡Martina! Vas a llegar tarde al cole, vamos, ven ya a desayunar-Es la quinta vez que le digo que venga a tomar su desayuno, y nada, que no aparece.
-¡Ya voy mami!-grita mi pequeña entrando por la cocina.
-Tomate tu desayuno, y vuelve a tu habitación a ponerte tus zapatillas-me acerque a ella y deposite un beso en su frente-¿Tienes ganas de empezar el cole?
Mi pequeña tiene 5 años y empieza su último año preescolar, y ya veréis como está, no sabéis cómo es esta niña de inquieta.
-¡Si mami! ¿Veré a mis amiguitas de nuevo?
-Claro mi amor-sonrío-vamos, date prisa.
Dejo a mi pequeña en la cocina terminando su desayuno, mientras yo hago mi cama, anoche Martina quería dormir conmigo, aunque no me gusta acostumbrarla a dormir conmigo, pero me lo pedía tanto, que no le podía decir que no a mi preciosa.
Mi pequeña aparece por el umbral dando saltos, se le veía tan feliz, que no podía yo no estarlo.
-Ve a calzarte-salió de mi cuarto y fue directa a la suya.
Cuando termino por fin, le coloqué bien su falda de uniforme y sus coletas rubias que ya tenia despeinadas.
<<Esta niña>> pensé sonriendo.
Cogió su mochila rosa y salió corriendo hacia la puerta. Nuestro casa no era muy grande, pero para nosotras dos, era suficiente.
-Vamos mami, no quiero llegar tarde.
Sonreí al verla tan feliz. Al salir de casa, estaba mi vecina y amiga Carlota, ansiosa porque saliera su pequeña Lucia, amiga y compañera de Martina.
-¡Lucia, no te lo repito más, vamos a llegar tarde!-gritaba una vez más, histérica, nerviosa.
-Tranquila Carlo, estas niñas están histéricas-se giro y sonrío al vernos.
-No sabes las veces que he tenido que gritar para decirle que se comiera su desayuno.
Por fin su pequeña salía por la puerta, igual que Martina ansiosa, por volver a ver a sus compañeros. Al verse ambas se abrazan. Me encantaba su amistad me recordaba mucho a cuando Carlota y yo éramos así. Uña y carne.
-Vamos niñas, o llegaréis tarde ¿verdad que no?
-No mami-dijo mi pequeña-vamos Lu-ambas se cogieron de sus pequeñas manos y bajaron las escaleras para salir directas a su escuela.
En el camino, Carlota hablaba del viaje que tenían planeado hacer la pareja. Y no tenia con quien dejar a Lucia.
-Carlo, déjala conmigo, seguro Martina está encantada-sonreí-Sabes que yo nunca me muevo de casa.
-Ahí de verdad, me salvas, no me gustaría dejarla con mi cuñada, es un horror-ambas reímos. Sabia que dejar a Lucia con su cuñada sería someterla a una cárcel.
Llegamos al colegio de nuestras pequeñas y ambas se despidieron de nosotras con un beso y un abrazo.
-Ten cuidado, y pórtate súper bien-deposite un beso en su mejilla-te quiero mucho.
-Y yo mami-volvió a abrazarme. Salió corriendo detrás de Lucia que ya se había juntado con sus compañeras. Carlota y yo nos miramos y sonreímos.
-¿Tomamos algo?-preguntó Carlo, volviéndose a mi. Estaba en mi semana de vacaciones. ¿Así que por qué no ?
-Vamos anda tonti-dije cogiéndola del brazo.